Potter Girl [Draco Malfoy]

Chapter Capítulo 40



Terminado el partido (después de una corta despedida con Draco y Blaise) pese a la insistencia de Sirius y Remus porque se quedaran, el cuarteto de Slytherin afirmo que deseaban pasar esa noche en sus respectivos hogares, o en el caso de Theo y Lily, en la Mansión Nott. Por el contrario, Hermione, quien había sido invitada por Ginny a pasar el resto de las vacaciones en la madriguera, acepto quedarse. Gracias a un elfo de la familia Nott, los cuatro pudieron llegar a salvo a sus hogares.

—Tengo un mal presentimiento.—dijo Lily en cuanto llegaron a la Mansión.

—Quisiera decir que quizá no sea nada, pero considerando que eres tú, será mejor tener cuidado.—dijo Theo con un suspiro.

—Por ahora descansemos, veamos si para mañana ya no tengo ese mal presentimiento.—dijo Lily

—Descansa, Lily.—besó su mejilla.

—Descansa, Theo.

La joven Potter se dirigió a la que había sido su habitación los últimos tres años y se acostó en su cama, no sin antes darse un baño y colocarse la pijama. Se puso sus audífonos y mientras la música comenzaba a sonar, Lily pensó por última vez en los ojos de Draco Malfoy y cayó en brazos de Morfeo, deseando que su mal presentimiento solo fuera una tontería.

Pero desgraciadamente no había sido así.

A la mañana siguiente, Theo y Lily desayunaban tranquilamente cuando el periódico llegó junto a una carta de Hermione. El titular del periódico rezaba: ESCENAS DE TERROR EN LOS MUNDIALES DE QUIDDITCH. Inmediatamente abrieron la carta de Hermione, preocupados.

Queridos Lily y Theo:

Probablemente ya han despertado y visto el titular de El Profeta. No deben preocuparse, estoy bien, todos los estamos.

Después de que ustedes partieron, nos quedamos en la casa de campaña celebrando la victoria de Irlanda, analizando el partido y contando historias, a decir verdad, me divertí mucho con Ron y Ginny. Entonces, por la madrugada, cuando teníamos solo unas pocas horas de haber dormido, todo comenzó.

El señor Weasley nos levantó con urgencia, afuera todo era un desastre. La gente corría hacia el bosque, huyendo despavorida de una gran multitud de magos que iban muy apretados entre sí, moviendo todos juntos apuntando hacia arriba con sus varitas, tenían mascaras y capuchas. Ron me informó que eran mortífagos, seguidores de Quien-Tu-Sabes. Estaban torturando a la gente, pero especialmente al señor Roberts, el muggle encargado del camping junto a su mujer e hijos.

El señor Weasley, Sirius, Remus, el señor Diggory, Cedric, Bill, Charlie y Percy, se dispersaron por el lugar para ayudar lo más posible. Se nos ordenó ir al bosque. Ginny fue encargada a los gemelos para protegerla, Ron y yo terminamos separándonos de ellos debido a la multitud que corría.

Era horrible. Las farolas de colores que iluminaban el camino estaban apagadas. Oscuras siluetas daban tumbos entre los árboles y se oía el llanto de niños; resonaban gritos de ansiedad y voces aterrorizadas.

En algún punto en que Ron y yo caminábamos al bosque, tropezó con algo y perdió su varita. Nos encontramos entonces con Malfoy y Zabini. No parecían muy felices con la situación actual, al menos lo que pude notar de Zabini, puesto que Malfoy tenía el mismo rostro indiferente de siempre.

Ron los acusó de que sus padres estaban entre los enmascarados, ninguno lo negó pero tampoco afirmó nada. Malfoy me dijo que nos fuéramos pronto, pues iban detrás de los muggles y nacidos de muggles. Ron lo tomó como una amenaza, pero distinguí claramente que lo decía para protegerme, posiblemente gracias a mi amistad con ustedes.

Mientras volvíamos a correr rumbo al bosque nos encontramos con Winky, la elfina del señor Crouch, la pobre estaba muerta de miedo y corría, ¡La pobre es una esclava! ¡No se como puede existir eso! Pero bueno, ese no es el punto ahora. También nos encontramos al señor Bangman, no parecía saber lo que estaba ocurriendo y se fue rápidamente.

Entonces paso.

Una voz desconocida en el bosque conjuró la marca tenebrosa, la cual se levantó en el cielo grande, verde y brillante. El bosque se llenó de gritos. Ron y yo solo habíamos dado unos cuantos pasos cuando al menos veinte magos del ministerio nos detuvieron, pensaban que habíamos sido nosotros quienes invocamos la marca tenebrosa.

Por suerte, el señor Weasley también estaba ahí al igual que Amos Diggory (aunque este último no fue de mucha ayuda) y aseguró que ninguno de nosotros podría haberlo hecho ya que no conocemos el conjuro. Entonces, el señor Diggory encontró a Winky con la varita de Ron en la mano y la acusó de haber conjurado la marca tenebrosa.

Para mi es más que obvio que eso no puede ser, en realidad, si hubieran estado ahí, habrían visto como el señor Crouch estaba incrédulo y hasta algo asustado y la elfina aseguró que no había sido ella, pero finalmente se la llevaron.

Me encuentro bien y a salvo en la Madriguera, no deben preocuparse, pero si tengan cuidado. Me da miedo que lo que sucedió signifique que Quien-ustedes-saben este retomando fuerza.

Con amor,

Hermione.

Cerraron la carta y Theo se levantó.

—Toma tu baúl y dame diez minutos en lo que hago el mío, nos vamos a casa de tu tía.—informó.

—¿Porqué? Estamos protegidos aquí.—dijo Lily, imitándolo.

—Sí, pero si es verdad que los mortífagos se están moviendo, te recuerdo que eres la chica que destruyo a su líder, querrán matarte a ti y a tu familia.

—Recuerda las protecciones que hay en mi casa y también recuerda que aunque vayamos, no podemos hacer magia fuera de Hogwarts.

—Primero, esas protecciones se caerán si matan a tu tía en cualquier salida que haga, segundo, yo no puedo hacer magia, pero mis elfos sí. Vámonos.

—Theo...—llamó antes de que este subiera las escaleras y la miro.— No te lo dije antes pero, el ayer en la madrugada la cicatriz me dolió. Más fuerte que otras veces y vi...vi algo.

—Cuéntame mientras empaco.

Lily le explico el dolor de su cicatriz y como había visto a Pettigrew, una enorme serpiente y a un anciano muggle siendo asesinado por Voldemort. Theo no dijo nada. Diez minutos más tarde, Lily y Theo se aparecieron con ayuda de un elfo en la casa de tía Petunia, quien al verlos los miro sorprendida.

—¡Chicos! ¿Ha pasado algo? Creí que pasarían el resto del verano en la Mansión de Theo.

—Tía, será mejor que hagas té.—dijo Lily con seriedad.

Media hora más tarde, dos tazas de té para cada uno y unas cuantas galletas después, Theo y Lily habían terminado de explicarle la situación. Petunia lucía muy preocupada y Dudley había perdido el apetito.

—Lo mejor será ir a Gringotts.—dijo Theo.— Podemos encontrar algunas runas en tus bóvedas, Lily, runas antiguas y protectoras que sirvan para la casa.

—Entonces vayamos ahora mismo.—dijo Lily y miro a su tía y su primo.— No salgan, por favor. Como puede que no nos hagan nada, puede que sí. No quiero arriesgarme.

—Tu tampoco deberías salir, cariño.—dijo Petunia, asustada.

—Tranquila, Theo va conmigo y Gringotts es un lugar seguro. Estaremos bien.—aseguro Lily con una confianza que no sentía.

Nuevamente, con la ayuda de uno de los elfos de Theo, se aparecieron en el Callejón Diagon.

—Posiblemente la visión que tuviste tenga que ver con el hecho de si un horrocrux reside en ti o no.—dijo Theo en voz baja mientras caminaban hacia el banco.

—Yo también lo pensé.—suspiró Lily.—¿Cuántos de esos habrá?

—Ni puta idea, pero tenemos que empezar a descubrirlo. Por lo mientras ya eliminamos el diario, peor es nada.—dijo Theo y Lily asintió, de acuerdo con el.

Llegaron al banco, donde fueron recibidos por los duendes.

—Buen día, que su oro siga creciendo.—saludó Lily educadamente.

—Que su oro siga creciendo, señorita.—saludó el duende, algo sorprendido porque supiera el saludo correspondiente.—¿Qué necesita?

—Soy Lily Potter, quisiera visitar mi bóveda.

—¿Tiene su llave?

—Eh...no...—admitió Lily y Theo la miro asombrado.

—¿Cómo que no?—pregunto incrédulo.

—Bueno es que solo vine una vez en primer año y Hagrid tenía mi llave por ordenes de Dumbledore y pues después mi tía decidió que no tocara la pequeña fortuna que me dejaron mis padres, que ella me pagaría todo.—explicó encogiéndose de hombros.

—¿Pequeña fortuna?—pregunto Theo frunciendo el ceño.— Eres la última de la familia Potter, ¿De dónde sacaste que solo tienes una pequeña fortuna?

—Bueno, eso fue lo que vi cuando vine con Hagrid, quizá mis padres se gastaron el dinero.—dijo Lily.

—Ejem.—carraspeó el duende y ambos lo miraron.— Soy Ragnok, señorita Potter. Como el joven Nott ha dicho, usted tiene una fortuna muy vasta, la bóveda que debe haber visitado ha de haber sido la bóveda para gastos escolares que dejaron sus padres. Como no tiene llave, hay una forma muy fácil de que pueda acceder a sus bóvedas, solo tiene que hacerse una prueba de herencia con escaneó de magia.

—¿Qué es eso?—pregunto Lily a Theo.

—Bueno, nunca lo he hecho pero supongo que demostrará que eres la heredera de los Potter, ¿cierto?—pregunto Theo a Ragnok y este asintió.

—De acuerdo, ¿Cuánto cuesta?—pregunto Lily.

—100 galeones.—sonrió Ragnok.

—Tómelos de la bóveda 513.—dijo Theo

—Bien, síganme.—pidió el duende.

El duende los guío a través de una pequeña sala privada donde el duende cerró la puerta, invitó a Theo a sentarse y le pidió a Lily que se mantuviera de pie.

—¿Usted, Lily Jamie Potter, da su consentimiento para una prueba de herencia con escaneó de magia?—cuestionó Ragnok.

—Sí.—dijo Lily.

—Bien, empezare con el escaneo.—asintió el duende.

Ragnok levantó sus manos frente a Lily y de las yemas de sus dedos se desprendió una especie de humo plateado. Lily sentía una especie de cosquilleo que erizo su piel. Ragnok frunció el ceño y la miro.

—Señorita Potter, ¿De casualidad se ha sometido a algún ritual mágico o un encantamiento de larga duración?—pregunto seriamente y ambos jóvenes se sorprendieron.

—¿Cómo dice?—Lily lo miro sorprendida.

—Creo que tiene algunos bloqueos y encantamientos en su cuerpo, señorita Potter, pero no estaremos seguros hasta que haga la prueba de herencia. Ahí lo demostrara todo.—aseguró el duende.

Lily miró preocupada a Theo, quien asintió, muy serio ante la situación. Ragnok le extendió una daga y un largo pergamino que brillaba. Con algo de dolor, Lily sacó un poco de sangre de la palma de su mano y la dejó caer sobre el pergamino. Entonces, unas letras cursivas aparecieron:

Nombre:

Lily Jamie Potter

Nacida:

31 de Julio de 1980, Godric’s Hollow, Inglaterra.

Padres:

James Fleamont Potter, Lilianne Marie Potter-Evans

Sirius Orión Black (Padrino, 1 de agosto de 1980)

Albus Dumbledore (Guardián Mágico autonombrado, 1 de noviembre de 1981)

Títulos:

Heredera de sangre de la noble y más antigua casa Potter.

Nombrada heredera de la noble y ancestral casa Black.

Heredera de sangre de la antigua casa Peverell.

Heredera conquistadora de la antigua casa Slytherin.

Bóvedas:

Bóveda de respaldo escolar Potter

Bóveda Evans

Bóveda de la casa Potter

Bóvedas de la casa Black

Bóveda de la casa Peverell

Bóveda de la casa Slytherin

Habilidades mágicas, compulsiones y bloqueos:

Lengua pársel (libre)

Magia no verbal (bloqueada. Albus Dumbledore, 1 de noviembre de 1981)

Magia ancestral (bloqueada. Albus Dumbledore, 1 de noviembre de 1981)

Compulsión lealtad a la casa Gryffindor (destruida, 1 de septiembre de 1991)

Compulsión lealtad a Albus Dumbledore (destruida parcialmente, 6 de febrero de 1992)

Compulsión lealtad a la Orden del Fénix (vigente, 1 de noviembre de 1981)

Compulsión desconfianza a la magia negra (destruida, 15 de junio de 1991)

Asientos disponibles en el Wizengamot:

4

Todos estaban en silencio. Lily, Theo y Ragnok revisaban el documento con los ojos muy abiertos. Al final de este, venía una muy larga lista con las propiedades que estaban a nombre de Lily.

—¿Q-Qué son compulsiones? Nunca vi ese termino.—pregunto Lily, notablemente asustada.

—Es como un encantamiento aturdidor, requiere un largo proceso de al menos dos horas y a partir de que te lo ponen, dependiendo para que es la compulsión, te hace obedecer.—explicó Theo con rabia. —¿Cómo se atreve este imbécil a colocarte compulsiones siendo una bebé? No, ¿Cómo se atreve a bloquear tu magia ancestral? ¡Merlín! ¡Podrías haber muerto si no nos enteramos de esto, Lily!

—¡¿Qué?!—lo miró preocupada.

—El señor Nott tiene razón, señorita Potter.—habló Ragnok.— Cuando un mago que proviene de una larga familia de magos, en su caso, los Potter y Peverell, nace con magia ancestral que se manifiesta a lo largo de su crecimiento para terminar de brotar en su mayoría de edad. Si no quitamos el bloqueo, al cumplir los diecisiete años su cuerpo no lo resistirá y morirá debido al exceso de poder. De hecho, ni siquiera es seguro hacerlo ahora sin que usted sufra al menos un poco las consecuencias.

—¿Hay alguna forma de que le quiten los bloqueos y el resto de las compulsiones?—pregunto Theo mientras Lily se dejaba caer en la silla.

—Por supuesto, tenemos un sanador que puede hacerlo en un instante. Es una suerte que de las cuatro compulsiones, dos estén destruidas y una en proceso de. Así será más fácil, pero no miento con que quitar el bloqueo de su magia ancestral le dolerá. Es probable que este en cama unos días.—advirtió Ragnok.

—Maldición, siempre pensé que tu talento en la magia era por tu magia ancestral, —la miro con burla— y ahora resulta que sin ella ya eras bastante poderosa. Merlín me ampare de ser tu enemigo algún día.

—¿C-Cómo es que destruí unas compulsiones si ni siquiera sabía que las tenía?—pregunto Lily.

—Al parecer su mente es bastante poderosa, señorita Potter. Tiene una fuerte mentalidad y tenacidad que hizo que no siguiera las ordenes incluso de Compulsiones tan poderosas.

—Ya veo...—susurró Lily. Theo, al ver su estado, le tomó la mano y miro a Ragnok.

—Llamen a ese sanador y cóbrense de mi bóveda. Quiero una copia de ese pergamino y que la original se quede aquí, pero no quiero que nadie más la vea. También solicito un abogado.—pidió Theo.

—En seguida. Un momento, por favor.

Ragnok se levantó y salió de la pequeña sala. Lily suspiro pesadamente y miro a Theo con molestia.

—Ni un año tranquilo puedo tener, ¿cierto?

—Lamento decirte, reina, que creo que esto solo será lo mínimo que pasará este año. Lo intuyo.


Tip: You can use left, right, A and D keyboard keys to browse between chapters.