Chapter Capítulo 22
La evidencia
-Adelante–pronuncio Arthur alzando un poco el tono de su voz para permitirle la entrada a la persona que llamaba a la puerta. Era un hombre moreno, alto y delgado.
Supuse que se trataba del hombre que había sido amenazado por Arthur si no llegaba en los próximos minutos, llevaba un uniforme puesto que era más o menos.
similar a los de la policía, una gorra negra que tenía la palabra “Segurity” en letras plateadas y por supuesto, una identificación con sus datos que colgaba de un gafeter
cerca de su pecho.
Parecía estar cansado, quizás por correr hasta este lugar para no perder su trabajo,
cosa que me parecio muy exagerada por parte de Arthur, pero él era el jefe, de alguna
forma necesitaba imponer su autoridad o al menos eso pensé que debería ser un jefe, aunque si yo tuviera que ser su empleada, definitivamente renunciaría.
-Disculpe la intrusión–se disculpó el hombre mientras se adentraba a la oficina y
mientras eso sucedía, Taylor desvío la mirada de él con el propósito de limpiarse aquellas pequeñas gotas que se le habían escapado, como me habría encantado. burlarme de ella, pero enseguida volví la vista hacia el joven que, en realidad, estaba
pálido o asustado de tener que estar frente a Arthur.
¿Y la grabación?-cuestiono Arthur enseguida alzando levemente la ceja.
-Aquí tiene–le expreso el hombre extendiéndole una unidad USB plateada, la cual
alcance a leer el nombre de la revista “American Stile”
-Puedes irte–le ordeno Arthur ya sin dirigirle la mirada, pues le importaba más
averiguar que había en aquella memoria USB.
Por supuesto yo también estaba muy interesada en saber que se suponía había ahí,
era obvio que alguna de las cientos de cámaras que grababan a sus empleados todo.
el día tuvo que captar el momento en que aquel video había sido hurtado o copiado
de sus archivos, pero lo que me interesaba saber era si alguna de esas cámaras había captado la cámara de aquella persona.
El hombre finalmente se fue de la oficina, quizás un poco más tranquilo aunque no del todo recuperado por estar frente a Arthur, él era un hombre muy fácil de temer,
puesto que solo bastaba una mirada suya, únicamente para sentirte inferior e inútil,
o
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esa había sido la misma sensación que yo había sentido la primera vez que nos habíamos visto. El día de nuestra boda, él me miro como si yo no fuera suficiente para complacerlo y claro, no estaba dispuesta a eso, pero odie su mirada y la forma en como torció levemente los labios cuando tuvo que pronunciar la palabra “Acepto”
Taylor se acercó a Arthur, por supuesto ya no con la misma confianza que había tenido al principio, sino que se limitó a guardar su distancia mientras Arthur colocaba la unidad sobre la pantalla de la computadora y hacía un par de “clic’s” con el mouse para abrir el archivo.
Tanto Taylor como Arthur se quedaron en silencio mientras se reproducía un video, tenía audio, pero se escuchaban muchas cosas, muchas voces, por lo que Arthur tuvo que bajarle el volumen, entonces solo hubo un silencio y al estar sentada del otro lado, lo único que pude observar fueron las expresiones tanto de ambos. Al principio tanto Arthur como ella estaban bastante tranquilos mientras observaban la pantalla, pero mientras avanzaban los segundos, Taylor comenzó a fruncir el ceño y Arthur simplemente desvio la mirada para mirar de reojo a Taylor.
No
-No quiero volver a verte–le dijo de pronto y de pronto ella se cubrió el rostro, se dio
media vuelta y comenzó a llorar–¡Ah! Y estás despedida.
Y tal y como se tratara de una ruptura entre dos amantes, Taylor salió de la habitación hecha pedazos a toda prisa mientras yo solo observaba.
-¿Entonces fue Taylor quien filtro el video?– supuse mientras cruzaba las piernas.
sintiendo que es situación era una victoria para mí.
-No, ella no lo hizo–respondió soltando un suspiro, entonces se levantó de su lugar,
giro hacia la ventana y observo la vista nocturna de la ciudad mientras jugueteaba
con las mancuernillas de las mangas de su camisa.
-¿Entonces porque la despediste? ¿No era ella tu amante?– me burlé.
-Lo era–me corrigió- pero si algo no soporto de las personas son las mentiras. ¿
Crees que podría acostarme con alguien como ella?
Quise soltar una carcajada, todo esto y lo que decía no era más que un chiste paral
mí. Arthur y en general, los hombres no sabían como ver más alla de la belleza y de las curvas, mientras que para nosotras las mujeres, es mucho más sencillo reconocer
quién de nosotros es una serpiente en todas sus formas, un lobo vestido de oveja o
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incluso un cordero perdido y a punto de ser devorado. Eso lo había aprendido de la experiencia, con las personas que me había criado, con Sophie y ahora con Taylor.
-Si no fue Taylor quien robo el video. ¿Quién diablos lo hizo y porque?
-Miralo por ti misma- me animo mientras hacía un movimiento de cabeza indicándome que tomara asiento para reproducir el video, así que me levante de mi lugar algo dudosa e hice lo que me indico. Rodee el escritorio y me senté. Mire la pantalla y volví a reproducir el video.
La grabación mostraba a una joven mujer, no muy linda como para tentar a Arthur, pero si bastante presentable para pasar desapercibida entre la gente y los empleados, ademas portaba un gafete muy parecido al del chico que había entrado a la oficina minutos atrás. ¿Acaso se trataba de una empleada despechada? ¿Alguien a quien Taylor había hecho daño? ¿La filtración del video se trataba de una venganza?
-¿La conoces?-me atreví a preguntar luego de pausar el video. Mire de reojo a Arthur, pero él seguía con la mirada perdida en la ciudad y al no recibir una respuesta, volví a lo mío, pero antes de reproducir el video escuché que Arthur se aclaraba la garganta.
-Me parece que esta oficina anteriormente le pertenecía a ella- respondió sin dar muchas explicaciones, pero con eso era suficiente