Esposa

Verdades 

-No puedo esperar hasta mañana–le indico Taylor sin explicarle que el hombre que pagaba su sueldo estaba sentado frente a ella- es urgente. 

<b******nedo hacer nada si el editor en jefe no firma la autorización, se lo dije la última vez que hablamos, no quisiera meterme en problemas señorita James- expreso el hombre, al parecer recordandole algún punto que ambos ya habian tratado. 

-No estará en problemas a menos de que no siga esta simple orden- interrumpió Arthur no muy tolerante con la situación, a pesar de que el tipo que estaba al teléfono solo estaba cumpliendo con su trabajo, merecia algo de reconocimiento. 

-¿Con quién me estoy dingiendo?-le pregunto el de seguridad a Arthur, 

desconociendo quién rayos era el como para hablarle asi 

Esta hablando con el dueño de esta compañia Señor 

-Smith Mi nombre es Carl Smith 

-Bien señor Smith, tiene 10 minutos para traer ese video a esta oficina o de lo contrario, mañana en lugar de tener un trabajo estable, lo que estará haciendo será buscar uno nuevo–lo amenazo y entonces colgó la llamada sin tomarse la molestia de esperar a que el tipo respondiera 

Arthur sabia como hacer sentir a las personas como basura, de estar en el lugar de ese pobre hombre, seguro estaría algo desconcertada y estaría preguntándome si esa llamada era cierta 

No entiendo por qué haces todo esto–interrumpió Taylor mis pensamientos sobre el pobre empleado de seguridad, pero no me hizo la pregunta a mi, sino a Arthur, al parecer yo seguia siendo solo un objeto que bien podia ignorar, puesto que su reclamo, me parecio exactamente a los tipicos que las parejas tienen. No era más que una espectadora, su público mientras ellos actuaban frente a mi- ¿Acaso dudas de lo que dije? 

-¿No fuiste tú quien me exigió justicia y castigo?-le respondió Arthur en cierto tono irónico. 

Si, pero parece que la única culpable aquí soy yo – protesto colocando su mano 

derecha sobre su pecho y no era la única que pensaba eso, yo también había llegado a la misma conclusión- sabes perfectamente que yo soy la víctima aquí. ¿Sabes lo que se esta diciendo de mi en internet? 

Me rei y no lo hice exactamente de forma sutil, sino que fue una carcajada. 

-Por favor, no hay nada que digan en internet que no sea cierto de ti- me burley entonces Taylor me dirigió una mirada severa, pero no se atrevió a mover un solo dedo en contra mia, pero supuso que tal vez Arthur lo haría por ella. 

-¿Por qué permites que me hable de esa forma?-se quejó y en cierto punto la mano de Taylor busco la de Arthur, tal vez buscando que ese pequeño contacto entre sus manos le hiciera rememorar momentos juntos, lo cual por supuesto me vi obligada a tolerar, pero no pude no sentir asco. 

-Porque es verdad, cariño–le respondió Arthur, cosa que realmente no esperaba. ¿ Por qué me estaba dando la razón?-estas últimas semanas has hecho cosas sorprendentes, muchas de ellas, si puedo aclarar, no son exactamente cosas que una dama digna de respeto haría y no me refiero solo al sexo, querida. Eres una bonita serpiente, me gustan las mascotas peligrosas y te habría conservado mucho más tiempo de no haberme mentido. 

-¿De qué diablos hablas?-cuestiono Taylor levantándose de su lugar, mirándome y posteriormente mirando a Arthur, ahora alterada–¡Nunca te he mentido! ¿Qué mierda te dijo estc***ler? 

Me señalo con rabia, como si yo fuera el origen de su desgracia, pero ella sola se había puesto la soga al cuello y se había lanzado al precipicio sin retorno. 

Mire a Arthur esperando su respuesta, pero enseguida me di cuenta de que él me observaba con cierto aire reflexivo o algo así. 

-Por mucho que me desagrade, esa mujer que señalas, es mi esposa y al igual que tú tienes reclamos en mi contra, aunque al menos ella tiene un punto y evidencia que avalan lo que dice, tú, en cambio, solo has dicho mentiras y por lo visto también has intentado tener tu propia copia del video. ¿Para qué la querías? ¿Para manipularla y hacerme quedar como un imbécil mentiroso frente a mi esposa? 

-¿Desde cuándo te importa lo que diga o piense ella?– cuestiono, con pequeñas 

Verdades 

lágrimas asomándose entre sus ojos- hace una semana ella no era más que un nombre sobre un papel y ahora ¿La amas? 

Volví a soltar otra carcajada, solo que esta no fue tan calmada como la anterior, sino que fue escandalosa a tal punto que incluso Arthur se volvió a verme. 

-Ahora entiendo por qué estabas con ella Arthur–le apremie y lo que dije quizás fue bastante desconcertante para él. 

-¿Por qué?-pregunto con cierta curiosidad. 

-Porque es estúpida y manipulable–me limite a decir–recuerdo cuando yo era así de ingenua. 

Un par de imágenes cruzaron por mi mente, me recordé a mí misma en esa tienda comprando una corbata y un pañuelo para Arthur, también me recordé recorriendo ese departamento que no era para mí y luego me recordé a mí, llorando y llena de ira jurándome que nadie volvería a tratarme como el tipo que hoy en día estaba frente a mi lo había hecho. 

-¿Cómo te atreves?-cuestiono Taylor llena de ira, la misma que yo había sentido hacía mucho tiempo, sintiéndome herida y humillada. La Christine de antes jamás le habría hecho daño a una mujer al menos no intencionalmente y menos por un hombre, pero esa Christine había muerto en ese departamento meses atrás, yo la había enterrado en lo más profundo de mi ser para olvidarla para siempre, de ese modo jamás volverían a dañarme. 

Me parecio que Taylor tenía la intención de hacerme daño, alzo la mano en el aire para darme una bofetada, pero un sonido que nadie esperaba que sonara tan pronto la distrajo, el sonido de alguien llamando a la puerta. 

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