Chapter Capítulo 123
Puedo escuchar como el ruido de la lluvia y los rechazos los cuales aumentan cada segundo. Sin dudarlo me pegué aún más al cuerpo de Fernando y reposé mi cabeza en su pecho.
—Mi princesita le sigue temiendo a las tormentas —Él ríe burlón
—¡Claro que no! ¡Ah! —Exclame cuando escuche un refucilo aún más fuerte y este arrojó una carcajada.
—Te recuerdo que sigues a prueba, podría decir que no pasado mañana.
Él une sus labios a los míos en un beso suave —Yo sé que dirás que sí, ya quiero escuchar tus votos.
Negué con la cabeza —Todavía no están listos.
Sé que afirme que iríamos lentos, pero ya no aguante más y hace un mes aceptar casarme con él, pasado mañana celebraremos la ceremonia.
Fue muy bella la forma en la cual me convendría el matrimonio. El pequeñito y ruidoso de la casa, nuestro sobrino y ahijado cumplió tres meses y por ello celebramos su bautismo.
Estábamos reunidos en familia y de pronto llegó Fernando con unos mariachis que contrato. Creí que era para el bautismo, pero la serenata era para mí. Canto mi canción favorita a pesar de que mi amorcito canta horrible y al terminar la canción me repitió cuanto me ama frente a nuestra familia y amigos y me pidió matrimonio.
No lo dude ningún segundo y acepte ser su esposa. Hace cinco meses que volvimos a ser, pero para mí una pareja es suficiente para estar segura de que deseo estar el resto de mi vida con él y nuestros pequeños.
Salí de mis pensamientos cuando él unió sus labios a los míos en un beso intenso y efusivo, adentró su lengua en mi boca y se posicionó arriba mío.
—Yo lograré que olvides está tormenta
Le siguió el beso con la misma intensidad enredando mis manos en su cabello.
Él deslizó sus labios hacía mi cuello dejando besos húmedos y succionando mi piel mientras sus manos se deslizaban hacía mis muslos subiendo mi camisón y bajando mis bragas.
-¡No! —Lo detuve en cuanto me sentí incómodo
Él en ese instante se detuvo y unió sus labios a los míos en un beso suave para luego estrecharme entre sus brazos.
—Está bien, Bell—Él lleva sus manos a mis mejillas deteniendo mis lágrimas.
-Lo siento
—No tienes que disculparte, princesita. Te prometí que sería muy paciente contigo.
De verdad quiero estar con Fernando, pero me ocurre lo mismo que con Emiliano. Cuando me besa y me toca me imagino a Diego, sus gritos, sus golpes, sus caricias entonces el asco y el terror me invaden.
La sensación de sentirme un objeto que se usa, se violenta y luego se desecha, la impotencia de no poder impedir que él se hiciera conmigo lo que se le dio la gana.
A pesar de que él está muerto no superará todo lo que me hizo.
—Estas a tiempo de cancelar todo, Fernando. No me enojaré si no quieres casarte conmigo.
—Belinda yo te adoro, princesa y lo que más deseo es estar contigo siempre.
—Sé qué sexo…
—El sexo no es lo más importante, Belinda. Eso me lo enseñaste tú cuando lograste enamorarme por primera y única vez en mi vida sin la necesidad de entregarte a mí. —Él deja un beso en mi frente —Te amo
—Yo te amo más y de verdad quiero, pero no puedo.
—No te presiones—Él vuelve a estrecharme entre sus brazos.
***
En este instante me encuentro desayunando con mi familia. El pequeño Ariel se encuentra lanzando las verduras debido a que no le gusta la calabaza y Mariana hace muecas.
El pequeño tiene el cabello oscuro, la tez pálida y los ojos grandes color gris como su padre. A pesar de tener tres meses es un bebe muy tranquilo.
—No torturas a mi ahijado —Bromea Fer
Ella ríe —No puedo lograr que coma verduras
—Es todo un arte Mariana.
Me percaté de que Megan simplemente observa su desayuno y, en cambio, Aarón lo está devorando a la carrera porque desea llegar a clase debido a que desea llegar temprano para sentarse con la niña que le gusta.
Así es, a mi bebé le gusta una compañera de clases.
—Meg ¿No te gusta el cereal?
Ella niega con la cabeza —Si me gusta, pero no tengo hambre ¿Por qué no se sientan bien?
Ella se refiere a que estoy sentada en las piernas de Fernando.
Durante el último tiempo notó muchos cambios en ella. Conmigo sigue siendo muy cariñosa, pero con Fernando se porta hostil ya no quiere jugar con él y lo ignora cuando le habla e incluso me cela cuando estamos juntos.
—Porque son unos melosos —Ríe Mariana.
El desayuno terminó rápidamente y ayudé a los pequeños a vestirse. Con Aarón fue muy sencillo porque solamente cepille su cabello y lo perfume debido a que ya se había cepillado los dientes y vestido solo, pero con Megan me estoy tardando más porque quiere un peinado.
—Este fin de semana podemos salir las dos
Reí —Me encantaría la muñeca, pero recuerda que me caso
—No quiero que te cases con Fer.
—¿Por qué no?
—Porque no, mami.
Reí —¿Desde cuándo me dices mami, amor?
—¿Te molesta?
Negué con la cabeza —Tú puedes decirme como quieras mi muñeca sabes que te amo como si fueras mi hija —Deje un beso en su mejilla —Hoy tenemos una junta muy importante y luego viene la boda por lo cual Fer y yo nos iremos algunos días , pero a mi regreso pasaré mucho tiempo con mi consentida.
—Pero no quiero que te vayas.
—Vendrá tu abuelita Leticia, también están la tía Mariana, Edward y Catalina, ellos te quieren mucho.
—Pero yo solamente te quiero a ti. —Ella se acerca a mí y me abraza de las piernas.
—También te quiero mi muñequita. Te prometo que habláremos por teléfono todos los días.
Creí que Aarón haría un gran berrinche al saber que Fer y yo nos vamos de luna de miel una semana, pero el niño está feliz al quedarse con sus abuelos sobre todo porque mi padre lo consiente mucho.
Incluso mi tío y Ángela prometieron visitarlo seguido para pasar a pasear y que no se aburra.
Ahora resulta que Megan quien siempre ha sido la más sociable de los dos no quiere separarse de mí.
—¡Qué hermosa escena! —Comenta Fer al vernos abrazadas —Son hermosas, pero es hora de ir al colegio, Meg.
La saludé con un beso en la mejilla y ella se alejó ignorando a Fer quien se acercó para abrazarla y despedirse.
—¿Qué le ocurre?
—No tengo idea, amor. Ahora dice que no quiere que nos casemos y que yo me vaya contigo de Luna de miel.
—Es normal que esté pegada a ti. Eres lo más cercano que ha tenido a una madre, pero bueno o malo ella adoraba a Diego y seguramente siente que intento reemplazarlo.
Puede ser que él tenga razón porque Megan siempre quiso que Diego y yo estemos juntos desde la primera vez que me vio, pero es muy pequeña para explicarle toda la verdad.
—Pronto se le pasará.
—Tienes razón, amor.
Luego de unos veinte minutos llegamos a la empresa y me dirigí a mi oficina a revisar algunos papeles para la junta de hoy. Es la primera que realizamos luego de recuperar la empresa y el objetivo es elegir al nuevo presidente.
Para mí será un gran desastre debido a que debo reestructurar el área contable porque Ariel quien manejaba esa área está encarcelado y en cuanto a Diego y Aníbal no me preocupan porque lo último que hacían es trabajar.
Con las acciones de Aníbal no sé que ocurrió porque él se las heredó a Diego en su totalidad, pero este último pasó y no hizo ningún testamento y en cuanto a las acciones de Olga ella se las pasó a Mariana ya Fernando.
Ella me ha contado que las veces en las cuales fue a verla y charlaron noto un cambio en la mujer y está le pide que le diga a Fer que desea verlo, pero mi casi esposo no quiere hacerlo porque aún le duele.
Cuando observe que ya estamos todos reunidos, es decir Papá, Fernando, Mariana, Guillermo, papá dio inicio a la junta.
Ariel representaba a los accionistas minoritarios y ahora otro empleado los representa, ese es Guillermo quien personalmente no me agrada, pero lo escogieron los empleados.