EI Centímetro

Capitulo 241

Sergie gruña bain y tambien agarró del cuello a Jorge Me estremecí, dejando de lado mi tusten para intervenit para escucha Jorge decir tranquilamente: “¿Así que el

presidente Vasquez cree que soy astuto simplemente porque nunca has tratado a Camila

in et mismo corazon que yo?

mirada de Sergio se endureció repentinamente diciéndole a Jorge: “Jorge, tus trucos pare engatusar a jovencitas no engañarán a Camila. A ella no le gustan estas cosas ilusorias, ¿entiendes?”

Que no me gustaban? De hecho, una vez le dije a Sergio que no me gustaban. Recuerdo. nuestro primer Dia de San Valentin juntos, cuando no me regaló nada, ni siquiera una cena Al día siguiente, cuando comi con Pablo y los demás, Pablo bromeó preguntándome como Sergio y yo habiamos pasado nuestro primer Dia de San Valentin.

En ese momento, me senti extremadamente avergonzada, y después de que Sergio se disculpara por olvidarlo, me vi forzada a bajar la cabeza y decir que no me gustaba. ¿Pero que chica no disfrutaria de las flores y el romance? ¡El simplemente no me lo dio!

“¿Aún piensas que no le gusta?” Jorge preguntó en voz baja

Sergio me miró, no sé si pudo ver las lágrimas en mi rostro, pero las había visto antes. Solo tenia que no ser tonto para saber cuál era la razón de mis lágrimas.

Aparte de las lágrimas de alegria y nostalgia porque Jorge había revivido a mis padres con IA, también estaban mis lágrimas de conmoción y alegría por el esfuerzo que él habia puesto en mi. El amor de Jorge por mi estaba en los detalles, su amor era en cada comida que preparaba, su protección silenciosa, y el espectáculo de luces que había hecho solo para mi…

Después de una larga mirada, Sergio finalmente desvió la vista, mirando fríamente al Jorge mientras decía: “Cami me ama a mi. He estado con ella durante diez años, ella daria hasta su vida por mi.”

Jorge permaneció en silencio, y Sergio soltó una risa sarcastica preguntandole: “¿No lo crees? ¿Has notado el pequeño hueco en su dedo anular izquierdo? Eso es la prueba.”

Mis dedos se contrajeron involuntariamente, recordando la herida que sufri por él. ¿Pero recordaba las promesas que me hizo? La promesa de reemplazar con un anillo la carne que había perdido. ¡No! Ya ne lo recordaba. Si lo hiciera, no estaria enredado con una viuda a mis espaldas.

“¿Y cómo has tratado tú a esa chica que daría su vida por ti?” Jorge preguntó friamente.

Sergio se quedó callado, y Jorge levantó la mano, agarrando la muñeca de Sergio con firmeza: “Presidente Vásquez, fuiste tú quien no la apreció, dando me la ‘despreciable‘

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oportunidad, entiendes?”

Dicho eso, Jorge forzó la mano de Sergio hacia abajo. En ese momento también me acerque, sin decir nada, simplemente tomé el Brazo de Jorge diciéndole: “Jorge, ya es tarde, vámonos.”

Jorge me miró profundamente, siguiéndome al salir.

En el camino de regreso, ambos permanecimos en silencio. Incluso subiendo las escaleras, solo se escuchaban nuestros pasos.

“¡Buenas noches!” En la puerta de la habitación, Jorge habló, y luego fue a abrir la puerta.

“Jorge.” Lo llamé.

Se volteo hacia mi, bajo la luz tenue, me acerqué y pregunté: “¿Realmente no te importa mi pasado, realmente quieres estar conmigo?”

“¿No es obvio?” Respondió en voz baja. Era cierto, ya estaba viviendo frente a mí, había hecho todo lo posible.

Si aún lo dudaba, sería una falts

“Jorge.” Lo llamé de nuevo.

de respeto a todo lo que había hecho por mí.

Luego, me incliné hacia adelante, alzándome sobre mis pies para besar sus labios. Senti cómo se tensaba, y mis brazos rodearon su cintura diciéndole: “Estemos juntos!”

Jorge no se movió, ni respondió.