Chapter Capítulo 24
Capítulo 24
Al regresar a la habitación del hospital, Paco, quien estaba llorando, vio a Valentina y corrió a abrazarla de inmediato, “Mamá, finalmente regresaste! Ese hombre malo no te molestó, ¿verdad?”
Valentina, recordando lo sucedido en el elevador, se sonrojó un poco, “No, Paco, estoy bien.”
Solo entonces Paço se quejó ante Maximo, “Papá, hace un rato una señora mala me molestó, pero mamá me protegió, ives cuánto me ama!”
Valentina se sintió extremadamente incómoda, cualquiera pensaría que ella le había enseñado a Paco a decir eso para ganarse la simpatia.
Maximo le acarició la cabeza, “Papá ya sabe, ¿no querías comer comida italiana ayer? Esta noche iremos.”
¡Si
Maximo luego miró a Valentina, “Valentina, ven a cenar con nosotros.”
“No hace falta.”
“Hoy cuidaste de Paco, y gracias a eso está bien, debería agradecertelo, le dijo Maximo. “Y seguro que Paco también quiere que cenes con nosotros.”
Paco inmediatamente se unió a la conversación, “Por supuesto, si mamá no está, no comeré.”
Valentina no pudo resistirse, “Está bien.”
“Vamos ahora, es un buen momento para llevar a Paco a tomar aire fresco.”
Valentina cambió a Paco de su camisola de hospital, y los tres salieron juntos.
Paco sostenía la mano de Maximo con una y la de Valentina con la otra, saltando de felicidad.
En la habitación contigua, Nieve, con su móvil en la mano, capturó esta escena cálida a través de la rendija de la puerta y se la envió a Alejandro.
Ella se preguntaba cómo Alejandro castigaría a Valentina después de ver el video, cuando alguien tocó la puerta de su habitación.
“Adelante.”
Entró un joven vestido de traje. Nieve le pregunto, “¿ tú quien eres?”
“Hola, soy el asistente del padre de Paco, que está en la habitación de al lado. He oido que Paco dañó tu pulsera, he venido a compensarte.”
Nieve frunció el ceño, “Mi pulsera es muy cara, puedes compensarlo?”
“Aunque Paco no lo hizo a propósito, entendemos que debemos compensarla por los daños causados. ¿Cuánto vale esa pulsera?”
“Veintiocho millones,” le dijo Nieve con arrogancia. “Solo la he usado por poco más de un mes. Incluso con la depreciación, debería ser veinticinco millónes.”
El asistente no dijo nada.
“¿Sin palabras, eh? Sabia que no podrian compensarlo.” Nieve se burló. “Si no pueden pagar, está bien, hagan que ese niño y su cuidadora vengan a disculparse conmigo. Tal vez si estoy de buen humor, podria perdonarlos.”
El asistente sacó su móvil, “Digame su número de cuenta bancaria
“Vas a pagarme, de verdad?”
‘Dimelo.”
Nieve, escéptica, le proporcionó su número de cuenta. En menos de dos minutos, recibió una notificación de deposi por veintiocho millones, ni un centavo menos.
Capitulo 24
En el momento que Nieve se quedó boquiabierta, escuchó al asistente decirle, “Ya le compensamos por la pulsera, ahora hablemos de cómo golpeaste al niño.”
“Yo…”
Antes de que Nieve pudiera decir algo más, recibió una bofetada fuerte en la cara.
Los hombres son naturalmente más fuertes, y él no se contuvo. Nieve se quedó viendo estrellas, “¿Cómo te atreves a pegarme? ¿Sabes quién soy yo?”
¡Paf!
Otro golpe la dejó sangrando por la boca.
Nieve, dolorida y furiosa, le dijo, “Solo le di una bofetada, por qué me pegas dos!”
n dijo que solo te daría dos bofetadas?” El asistente movió su muñeca y continuó golpeándola con fuerza.
“¡Ah, socorro!”
Los gritos de dolor y súplicas de Nieve resonaron sin cesar en la habitación.
Cuando el teléfono sonó, Alejandro estaba observando sombríamente el video que Nieve le habla enviado.
Sin ganas de atender la llamada, silenció el móvil y lo lanzó a un lado.
Poco después, su secretario entró apresuradamente, reportándole con apuro, “Sr. Nortes, jhay problemas, Nieve fue golpeada!*