Chapter Una Esposa Capítulo 26
Capítulo 0026
Olivia estaba intranquila esa noche, por mucho que buscaba el sueño, este la eludía.
Se cansó de dar vueltas en la cama y se sentó en el cómodo sillón que mantenía frente a la ventana de cristal.
Mirar ese paisaje salvaje de blanco y verde siempre la calmaba.
Olivia se acurrucaba en una caliente manta de lana beige, intentando no pensar en cierta persona que perturbaba siempre su mente, cuando sintió unos pasos fuertes fuera de su puerta y se sobresaltó un poco cuando la puerta se abrió con brusquedad y Lucian irrumpió en el cuarto.
Lo que sucedió a continuación, fue la muestra en vivo de porno más caliente que Olivia había visto en su vida y no es que hubiese visto nunca una de esas exhibiciones, pero estaba más que segura que ninguna sería así de intensa como Lucian masturbándose justo frente a ella, recostado a su puerta y completamente ido en su manualidad”.
El cuarto estaba a oscuras y solo la luz de la luna que se filtraba por la ventana, era la que daba algo de claridad.
Olivia no podía ver exactamente, qué era lo que Lucian mantenía contra su nariz, oliéndolo como un pervertido enfermo mental, pero sí veía muy claramente la enorme polla que se balanceaba en su mano, poderosa y estaba más que segura, que sería demasiado placentera.
Recordaba que en su “sueño” se veía perturbadoramente parecida.
Se encontró tragando audiblemente e intentando contenerse con todo, para no acercarse a Lucian y ayudarlo con su trabajo manual.
Solo ella sabía, que se tuvo que poner a recitar la tabla mental de la multiplicación del 2 al 9 para no cometer una locura.
Por suerte, la tortura no duró mucho, porque al poco tiempo Lucian soltó gruñido, casi como si fuera un verdadero animal, y Olivia vio, como toda su semilla caía al suelo.
“¡Qué desperdicio!”, pensó y luego ella misma se dio un coscorrón mental, por ser comportarse como una pervertida necesitada.
Lucian respiraba de manera pesada y Olivia no sabía si ya era hora de hablar y decirle… no sabía qué decirle… “¿gracias por el espectáculo, te debo algo?” ”
De repente vio como el hombre se tensó, bajó lo que tenía oliendo hasta hace un momento y abrió los ojos para mirarla.
Ese fue, por mucho, uno de los momentos más embarazosos de los dos, Olivia no sabía muy bien que decir, ¿podía decirle que se tapó los ojos y no vio nada?
¿Hacerse la enojada y reclamarle el entrar a su cuarto y darse placer, mientras ella se lo comía con los ojos?
– Yo…yo – comenzó a decirle, pero del “yo” no pasaba, su mente se quedó en blanco y para más males de los males, ¡Lucian seguía con ese enorme monstruo afuera!
¡Tapate un poco, por favor, que no puedo ni concentrarme en una
oración!
Al parecer, finalmente Lucian se dio cuenta de su desnudes o quizás fueron los ojos persistentes de su mate, que siempre se iban hacia ese lugar.
El hecho es que apenado se subió los pantalones y se los acomodó como pudo.
Para un hombre lobo que cada vez que se transfor
las pelotas al aire delante de cualquiera, toda esta timidez, era ridícula.
Con todo tipo de maldiciones en su mente, se preguntaba ahora qué diría, ¿estaría ella molesta?, ¿habría visto la tanga en su mano?
“¡Mierda, la tanga!”, pensó y aprovechó el acomodarse los pantalones, para guardarla en el bolsillo de atrás, esperaba no haberla c4gado tanto, como para que Olivia la hubiese identificado.
Olivia, lo siento, yo, no sabía que estarías esperándome en mi habitación, es tarde y pensé que ya estabas dormida- comenzó a intentar justificarse Lucian con nerviosismo.
– Esta es mi habitación Lucian, o al menos la habitación que me diste, donde me he hospedado todos estos días- le dijo sin comprender, porque era obvio que la persona que se había colado repentinamente en su espacio, era él.
Entonces Lucian detalló como tonto su entorno y se quería golpear
en el acto.
Estaba tan metido en su necesidad de liberar sus deseos, que
terminó corriendo a su antigua habitación, donde siempre dormía y donde era obvio, que ahora estaba Olivia..
Lugh no paraba de reír en su mente, llamándolo imbécil y dándole las gracias por hacer que su mate los deseara más.
-Yo, lo lamento, de verdad, parece que tuve una confusión de cuarto:
–
– pidió perdón apenado, aunque sabía que todo el show en vivo que había protagonizado, no se podía deshacer.
Afortunadamente, el nombre de ella, que tenía en la punta de la lengua, no lo llegó a gruñir en su orgasmo, porque si no, ahí sí que no tendría justificación ninguna.
Olivia le dijo que no se preocupara que ella entendía y como si le hubiesen dado la amnistía, Lucian huyó en el acto para encerrarse, esta vez sí, en su propia habitación.
“Cada día más hombrecito y valiente ¿Verdad Alfa, súper poderoso Allen?”, se burló Lugh que encontraba muy divertida toda la situación. “¡Cállate Lugh, deberías saber perfectamente que ella estaba en esa habitación y ni siquiera me advertiste!”, le gruñó Lucian quitándose la ropa manchada de líquido blanco pegajoso.
Sin olvidarse de guardar, como el pervertido que era, la ropa interior de Olivia, dentro de su ropa en el closet, por si acaso, para usarla en futuras ocasiones… probablemente todas las noches y las mañanas.