Chapter Capítulo 191-200
Capítulo 191
Esta situación no es como se difunde en linea!
Irene estaba muy cabreada, siempre era ella la que maquinaba a espaldas de los demás, y ahora resulta que le tocaba a ella ser el blanco de los ataques, sintiéndose indefensa…..
“Sr. Fierro, jesta situación no es como se dice en linea! Por favor, créame…” explicó apresuradamente.
Sergio no se vio afectado por sus palabras y dijo seriamente: “Srta Galán, el problema ahora no es si yo te creo o no, sino si el público te cree a ti. Si no estás de acuerdo con rescindir el contrato de manera pacifica, podemos seguir el proceso legal, pero permiteme recordarte que si pierdes en el tribunal, tendrás que pagar una compensación considerable“.
Irene comenzó a inquietarse, sabia que no podía ganar contra el Grupo BlackMoon en los tribunales, así que tras pensarlo un poco, decidió ceder, “Está bien, firmare…
Asi fue como Irene firmó el acuerdo de rescisión.
Eugenia observaba desde un lado y solo podia sentir lástima por su hija. Acababa de perder el papel en la película y el contrato de representación con Grupo BlackMoon. No sabia cómo se recuperaria Irene en el futuro.
Sergio recogió satisfecho el contrato y levantó la vista hacia Esther…
Esther asintió ligeramente, Sergio entendió su mensaje y se marchó.
Después de ser humillada frente a alguien a quien no podia resistirse, Irene descargó su ira en Esther.
“Esther, te despido ¡Devuélveme inmediatamente el salario anticipado que te pague!“.
Esther respondió, “De acuerdo”
Al ver la cantidad, Irene frunció el ceño insatisfecha, “¿Cómo es posible que sea tan poco? ¡Te pagué una buena suma de dinero!”
Esther dijo “Hermana, el trabajo que hice para ti estos dias es mucho más que el normal, darte la mitad del dinero es más que justo.”
Irene abrió los ojos de par en par “De verdad crees que eres tan valiosa? Esther, ¿crees que estás haciendo un trabajo dificil? Eres solo una asistente
común y corriente! Podria contratar a tres personas con este dinero para que me sirvan al mismo tiempo““.
“Ah, si? ¿Estás segura de que alguien querría ser tu asistente con la situación en la que te encuentras ahora?”
“Esther, aunque esté pasando por dificultades, no es tu lugar para menospreciarme!”
Esther se levantó, bostezó, “Hermana, no te equivoques, no te estoy menospreciando. Porque para mi, simplemente no existes.”
Irene estaba muy enfadada, “Tu…”
Eugenia, que ya es mayor, es más sensata, y se acerca a mediar, “Tre, vamos a casa a buscar a tu papá.”
Sin prestarles más atención, Esther bostezó y salió de la habitación.
Mientras esperaba el ascensor, donó el dinero restante a una organización benéfica.
Necesitaba el dinero, pero no echaba de menos esa cantidad.
Simplemente no podía permitir que Irene abusara de ella durante dias sin pagar ningún precio.
Esperaba que Irene aprendiera la lección esta vez y no volviera a meterse con ella.
Las puertas del ascensor se abrieron y Pablo salió de él, diciéndole: “Sra. Gómez, el Sr. Gómez me envio para recogerla“.
Capítulo 192
Al ver a Pablo, Esther frunció el ceño, ¿Cómo supo que estaba en el hospital?”
Esta mañana, el Señor Perfecto solo la dejó en la puerta de la familia Galán.
¿Acaso envió a alguien para seguirme?
Pablo explicó: “Es porque tienes su teléfono, puede rastrear la ubicación del teléfono.”
“Ah.”
Esther bajó la mirada hacia el teléfono en su mano, un poco molesta por ser monitoreada a distancia.
Pablo continuó: “También sabe que llamaste una ambulancia, pero debido a una importante reunión en la empresa hoy, no puede salir. Así que me envió para ver cómo estás“.
“No me pasó nada, es mi madrastra la que se lastimo,un poco.”
“Me alegra que estés bien, Sra Gómez.”
Que Pablo la llamara señora repetidamente hacia que Esther se sintiera muy incomoda.
Recordaba que antes, Pablo la llamaba “Srta Galán“, por qué de repente cambio?
No queria profundizar en el tema de cómo la llamaban, asi que preguntó: “¿A dónde quiere que el Señor Perfecto me lleve?”
Pablo dijo: “A ningún lado, solo me pidió que te llevara a casa de forma segura!
Parece que el incidente de secuestro de anoche ha hecho que el Señor Perfecto esté más alerta.
“Bueno, vamos Esther asintió, eso le ahorraría tener que tomar un taxi.
Estaba agotada, todo lo que queria era volver a casa y descansar bien!
Mientras el auto avanzaba por la carretera, Esther apoyaba su mejilla en su mano y miraba el paisaje fuera de la ventana, perdida en sus pensamientos, sus emociones eran complicadas.
Hoy Sergio le dijo que no era la hija biológica de Juan, esa noticia fue un gran golpe para ella.
Si no es hija de Juan, ¿de quien es hija?
¿Quién es su padre biológico? ¿Por qué no quiere a ella y a su madre?
¿Por qué Juan decidió llevarla a la familia Galán, criando a una niña que no tenia ninguna relación de sangre con él, cuál era su motivo?
Además, Juan en realidad no queria criarla, poco después de llevarla a casa, la envió al campo.
Estas preguntas formaban un gran misterio en su mente….
Cuando el auto llegó a la casa de la familia Gómez, Esther ya se había quedado dormida en el auto.
Pablo la despertó con cuidado. “Hemos llegado“.
Esther se frotó los ojos, miró por la ventana para confirmar que era la casa de la familia Gómez, y luego se desabrochó el cinturón y salió del auto.
Pablo también bajó rápidamente del auto, diciendo: “Por favor, espera un momento!”
Esther se detuvo, volvió la cabeza confundida y preguntó “¿Hay algo más?”
Pablo fue hasta la parte trasera del auto, abrió el maletero, “Tiene algunas cosas que quería que te entregara, ¿puedes venir y ver si son las que quieres?” ¿Qué cosas?
Esther estaba bastante confundida, se acercó y vio tres marcos de cuadros muy bien empaquetados en el maletero. ¡Eran las tres últimas obras de arte de su madre en la galería de Pedro Cevedo!
Pablo explicó a su lado: “Estos son los tres cuadros que compró y me pidió que te los entregara, ¿Son los que estás buscando?“.
Esther no reaccionó de inmediato, pero luego comprendió. “Si, jexactamente! Pero, ¿cómo pudo el Señor Perfecto obtener estos cuadros? ¿No dijo Pedro que no los vendería?“.
Pablo explicó: “Pedro y el Sr. Gómez son amigos desde hace muchos años. Muchos de sus negocios dependen de la colaboración con la familia Gómez, así que naturalmente le brinda un trato especial al Sr. Gómez“.
¡Así que era eso!
Esther acarició amorosamente el cuadro, su corazón lleno de emoción, como si a través de esta pintura, pudiera sentir el calor de su madre ausente… Así que cuando el Señor Perfecto dijo esta mañana que la trataria bien, jeso es lo que realmente quería decirl
Esa pintura era exactamente lo que ella quería.
Capítulo 193
“Eh, dile a Sr. Gómez que se lo agradezco!“, dijo.
Dicho esto, Esther tocó el timbre de la casa de los Gómez y pidió que el mayordomo mandara a alguien a ayudarla a traer las tres pinturas adentro.
Pablo miró su teléfono y luego levantó la cabeza para preguntar: “El Sr. Gómez me preguntó qué quieres comer esta noche“.
Esther se quedó perpleja, “Hmm?¿Va a volver a casa para cenar esta noche?
Pablo asintió, “Parecería que sí.
Esther frunció el ceño con cierto disgusto, pensando: ¿por qué iba a volver si la abuela Marisol no está en casa para vigilar a los dos?
“Lo que sea, no soy quisquillosa.”
“Um… de acuerdo“.
Siguiendo las instrucciones de Adrian, Pablo vio a Esther entrar segura a la casa de los Gómez antes de volver a su auto y marcharse
Mientras tanto, en Gómez International Co.
Adrian, que acababa de terminar una reunión, se recostó con pereza en su silla, frotándose los ojos cansados.
La secretaria tocó la puerta y preguntó respetuosamente: “Señor Gómez, el señor Ibarra vino a buscarlo. Ha estado esperando en la sala de espera durante una hora“.
Adrian levantó la vista con desgano, “Déjalo pasar.”
“Si!”
En poco tiempo, la secretaria guio a Brayan hasta la puerta de la oficina del jele.
Brayan entró con pasos decididos, observando nerviosamente a Adrián como si buscara alguna pista.
“Adri, ¿estás bien? ¿Qué sucedió anoche?”
Adrian sostenia una carpeta mientras revisaba los documentos. Al escuchar eso, le echó un vistazo a Brayan, “¿Crees que me pasó algo?”
Brayan frunció el ceño con ansiedad:
“¡No lo se! Anoche, Esther me llamó desde tu teléfono y dijo que necesitabas que mi hermana te ayudara con algo. Le dije que mi hermana está en el extranjero y le pregunté qué era lo que necesitabas, pero ella colgó sin decir nada. Adri, ¿qué pasó anoche que necesitabas la ayuda de mi hermana?“.
Recordando como Esther habia estado buscando mujeres para él la noche anterior, Adrián preguntó, “¿Cómo supo de tu hermana?”
Brayan respondió con total naturalidad: “Yo se lo dije! Le adverti que no esperara demasiado de ti y le dije que tú solo eres el hombre de mi hermana”.
Adrian frunció el ceño, mirando a Brayan seriamente, “No vuelvas a hablar de eso delante de ella *
Brayan se puso firme, “No dije nada malol Adri, ¿acaso olvidaste que mi hermana siempre te ha estado esperando? Tú y mi hermana…”
“Oh, Brayan también está acal ¿Estás de vacaciones? ¡Qué chido, vamos a salir a echar desmadre juntos Gerald llegó de repente e interrumpió a Brayan. Al escuchar que iban a divertirse, Brayan se emocionó al instante y se le olvidaron sus rollos anteriores. Abrio bien los ojos y pregunto con curiosidad: “¿A dónde vamos a ir a pasarla bien?” Gerald sonrió con alegria y dijo “Hace mucho que no vamos al Hipodromo de Montaña, seguramente mis caballos me extrañan. Además, el clima ha estado bien chido últimamente, seria perfecto para pasar unos dias alli” Brayan se emociono al escucharlo y exclamó “A montar a caballo! ¡Yo también me apunto!” Gerald sonrio y luego se dirigio a Adrián, que estaba detrás del escritorio. ¿Te late Adri?” Adrián bajo la cabeza, mirando los documentos, y respondió sin dudar. Vayan ustedes, no tengo tiempo”
Gerald parecia sorprendido, Cómo que no tienes tiempo? Mañana es fin de semana, no tienes que venir a trabajar a la oficina. Ah, puedes llevar a tu esposa! No han tenido luna de miel después de la boda, esta podría ser una buena oportunidad para llevarla a divertirse un poco.”
Esa pintura era exactamente lo que ella queria.
Capítulo 194
Adrián entrecerró los ojos, nunca habia considerado que su matrimonio con Esther tendría una supuesta fase de luna de miel.
Brayan murmuro insatisfecho “Gerald, estás pensando demasiado. Adri y esa Esther no durarán mucho tiempo juntos, no necesitan una luna de miel. Además, en el futuro Adri irá de luna de miel con mi hermana“.
“No entiendes nada“, Gerald miró a Adrián, que estaba sentado en su silla de oficina “Adri, ¿qué dices? ¿Vamos?”
Adrian pasó una página del archivo y dijo: “Hoy ella está cansada, no vamos ahora. Mañana por la mañana, la llevaré a reunirse con ustedes.”
Gerald estaba muy contento, “Entonces está decidido!” Luego se dio la vuelta para irse.
Al ver que Brayan todavia estaba alli, Gerald se detuvo, le dio una palmada en el hombro y dijo: “¿Qué haces aqui todavia? Vete.”
Aunque Brayan estaba dispuesto a irse con él, parecia algo molesto. Dudo un momento y luego pidió: “Gerald, ¿podrias llamar a mi hermano? Tengo miedo de que no me deje ir…”
Gerald sonrió ¿Por qué sigues teniendo tanto miedo de tu hermano?”
Brayan se mostró impotente Conoces a mi hermano! Es más estricto que mi padre…”
“Está bien, le llamaré en un rato.”
“Genial!”
Por la tarde, en la casa de la familia Gómez
Después de que Esther regresó, durmió toda la tarde. Cuando se despertó, estaba hambrienta y fue a la cocina a hacer algo para comer.
La casa de la familia Gómez tenía muchos sirvientes, pero aparte del mayordomo José, que mostraba cierto respeto hacia Esther, la mayoria de las personas estaban del lado de Verónica Gómez y la velan con hostilidad.
Además, todos pensaban que el Sr. Gómez no le daba mucha importancia a esta mujer que se habia casado con él apresuradamente y que rara vez venia a pasar la noche después de casarse.
Asi que cuando Marisol Gómez se fue, los sirvientes de la casa ya no le daban mucha importancia a Esther. Si el Sr. Gómez no volvia, nadie se tomaria la molestia de prepararle la cena.
Esther no le prestaba mucha atención a esto. Nunca se había considerado parte de la familia Gómez y tampoco le importaba la actitud de los sirvientes de la familia Gómez
Desde pequeña estaba acostumbrada a cuidar de si misma, si tenia hambre, estaba feliz de preparar su propia comida a su gusto.
Cuando Adrián regresó y vio que ella estaba sola en la cocina preparando la cena, sin ningún sirviente cerca, y que José, el mayordomo, tampoco estaba, se sintió muy triste. Se paró en la entrada de la cocina y le preguntó: “¿Qué estás haciendo?”
Esther se dio la vuelta, “Señor Perfecto, ¿has vuelto? Estoy cocinando, ¿quieres comer algo?“.
Estaba vestida con un delantal sencillo, la cinta del delantal estaba atada en un fazo en la espalda, muy apretado, haciendo que su pequeña cintura pareciera aún más delgada
Adrián se sintió un poco seco en la garganta. Miró la comida que Esther ya habia preparado, luego asintió y dijo con indiferencia: “Puedo probar”
Esther pensó que él se negaria con desdén, pero al oir que estaba dispuesto a probar, no pudo evitar sonreir para si misma. “Entonces ve a esperar en el comedor
Adrián no dijo nada, se dio la vuelta y dejó lo que tenía en la mano, se quitó el saco de su traje y lo tiró descuidadamente en el sofá, luego regresó a la
cocina
Su expresión era tranquila, se subió las mangas de la camisa con una actitud relajada y le pregunto: “¿Necesitas ayuda?“.
Esther levantó la cabeza y parpadeó, sorprendida de que este hombre que había vivido en un ambiente próspero se ofreciera a ayudar. Penso un momento y luego dijo: “Mmm… entonces ve a buscar dos huevos y ayúdame a batirlos.”
Adrian asintió, luego preguntó “¿Dónde están los huevos?”
Esther sonrio ligeramente: “Señor Perfecto, esta es tu casa, ¿no? ¿Cómo es que me preguntas dónde están las cosas en tu casa?”
Adrián frunció el ceño: “¿Crees que estoy tan aburrido como para ir a la cocina a ver dónde está todo?”
-Esther se rio incómoda, “…Los huevos están en el primer cajón debajo del refrigerador“.
Capítulo 195
Adrián estaba serio y se volvió para tomar los huevos del refrigerador…
En la cocina, ambos trabajaban en silencio, ya no conversaban.
Adrián batia los huevos mientras su mirada se detenia en la mujer concentrada a su lado, sin apartarla de sus ojos en ningún momento.
La comida estuvo lista rápidamente, Esther le dijo a Adrián: “Lleva la comida a la mesa, iré al baño y luego te alcanzo.”
Adrián tomó la comida y salió de la cocina.
En ese momento, el mayordomo José entró y al ver que Adrián estaba haciendo todo él mismo, se asustó y miró a su alrededor, no habia sirvientes aqui!
Esos holgazanes se habian ido a descansar a quién sabe dónde mientras él no estaba.
“Señor Gómez, ¿cuándo regresó? Por favor, entrégueme las cosas, ¿cómo puede hacer estas tareas usted mismo?“, exclamó José, asustado. Adrian le echó un vistazo a José y no le entregó las cosas, él mismo fue a la mesa y las dejó alli. Se sentó y dijo con indiferencia: “¿Crees que no puedo hacer estas cosas? ¿Solo la dueña de la casa puede hacerlas?“.
José se sorprendió y entendió de inmediato lo que queria decir. Explicó apresuradamente, sintiéndose incómodo: “Lo siento, Sr. Gómez, fue un descuido mio. Estaba regando las flores en el jardin y no sabia que la Sra. Gómez se habla despertado para cenar… Los sirvientes de la casa están un poco resentidos con la Sra Gómez por el incidente de su arresto, así que…“.
Adrián bajo la mirada y comenzó a ajustar las mangas de su camisa lentamente, “Si están resentidos, entonces despidalos a todos“.
La voz de Adrian era tranquila, pero desprendia una autoridad innegable que asustaba.
José tampoco se atrevió a defender a los sirvientes, podia ver que el Sr. Gómez estaba realmente enojado y no estaba jugando.
Esther regresó del baño y al ver a José también alli, pregunto cortesmente: “José, vas a cenar con nosotros?”
José se sorprendió, “Sra Gómez, es demasiado amable, pero no tengo hambre. Ah… todavia tengo algunas tareas pendientes, disfruten de la cena“.
Dicho esto, José se fue para encontrar a los sirvientes perezosos y regañarlos.
Esther se sentó y notó que había una caja de carne asada para llevar en la mesa, ¡sus ojos se iluminaron al instante!
Era su carne asada favorita!
Sorprendida, preguntó: “¿Compraste esto?”
Adrian no mostró ninguna emoción, “Pablo pasaba por ahí y la compro.”
Esther se lo creyó y agarró un trozo para comer.
Adrian dijo. “Eso es para ti?”
Esther lo miró con desdén, Tú comes la comida que hago, yo como la comida que compras. Intercambio de recursos, comercio justo“.
Adrian resopló y sonrio, luego probó la comida que ella habia hecho.
Sabe bien.
“¿Fuiste al hospital hoy?” preguntó Adrián de repente.
Esther asintió mientras comia carne, “Si, mi madrastra resultó herida. ¿El secretario Hernández te lo dijo, verdad?“.
Adrián volvió a preguntar, “¿Te hiciste un chequeo también?”
Esther frunció el ceño, “¿Por qué deberia hacerme un chequeo? Estoy bien!”
Adrian habló con seriedad, “Deberías revisarte para asegurarte de que no te lastimé anoche por no controlarme.”
La cara de Esther enrojeció al instante y casi se atraganta con la carne en su boca.
Capítulo 196
Adrián le pasó un pañuelo a ella, su tono lleno de desesperación y seriedad, recordándole: “Come más despacio, nadie va a robarte la comida”
Esther tragó con dificultad la comida de su boca, tomó la servilleta y se limpió la boca, luego giró su rostro incómodamente, evitándolo, “Señor Gómez! ¡Por favor, no vuelva a mencionar lo que pasó anoche!”
“¿Por qué?” El rostro de Adrián llevaba una sonrisa irónica, “¿La Señorita Galán se siente avergonzada?”
Esther respondió molesta: “No es que me sienta avergonzada, simplemente no quiero recordarlo.”
¿No quiere recordarlo?
Adrián la miró durante un par de segundos, sonrió y dijo: “Señorita Galán, anoche hiciste algo bueno con tanta generosidad, deberías estar feliz de recordarlo.”
Al escuchar sus palabras irónicas, las mejillas de Esther se pusieron inmediatamente rojas de verguenza, y pestañed avergonzada…
Claramente estaba jugando con ella a propósito!
Si no fuera por salvarlo, no hubiera hecho eso anoche….
Adrián la observo, su rostro se enrojeció por la verguenza.
Sonrio, dejo de burlarse de ella y preguntó en serio: ¿Tienes planes para mañana? Si no, ven conmigo al Hipódromo de Montaña”
Cambiando el tema, finalmente Esther se atrevió a mirarlo, preguntó con curiosidad, “¿Hipódromo de Montaña? ¿Tengo que ir?”
Adrián la miró con una expresión de disgusto, “Tienes algo más que hacer mañana?”
Esther nego con la cabeza, “No tengo nada que hacer, pero no quiero salir”
Adrian dijo seriamente: “Si no tienes nada que hacer, ven conmigo, quedarse en casa es simplemente para dormir.”
¡Estaba claro que no estaba preguntando su opinión, solo la estaba informando
Bueno, si era una colaboración, entonces trataria de cooperar lo mejor posible
Esther suspiro, “Señor Gómez, ¿necesitaré actuar contigo mañana?”
La mirada de Adrian se enfrió, “A estas alturas, solo piensas en actuar?”
Esther sonrió, “¿Entonces que se supone que debo hacer? ¿Realmente quieres salir en una cita conmigo?”
¿Una cita?
A Adrian no le importó, tomó su vaso de agua y bebio tranquilamente, “Ya sea real o falso, ya hemos pasado por eso, ¿no es asi?”
Esther se atragantó con sus palabras, “Sr. Gómez, no, no mencione eso!“.
Su rostro, que acababa de recuperar su tonalidad, se volvió rojo como tomate debido a lo que él dijo.
Viendo cómo sus mejillas se enrojecieron por la vergüenza, Adrián frunció el ceño, le dio palmaditas en la espalda, temiendo que realmente se atragantara con la comida.
“No lo mencionaré de nuevo. Levántate temprano mañana, la pasarás bien.”
¿Dijo que me llevará a pasarla bien? Esther miró a Adrián con incredulidad, preguntándose si habia escuchado mal…
¡Su estado de ánimo realmente es voluble!
“De acuerdo, entendido“.
Después de decir eso, bajó la cabeza y continuó comiendo, sin hablar más con él.
De lo contrario, después de un par de palabras, volverían a hablar sobre lo que pasó anoche…
Después de la cena, Esther se retiró a su habitación.
Adrian fue a su estudio a ocuparse de algunos asuntos y cuando termino, ya era tarde en la noche
Regresó a su habitación para descansar, pero encontró la puerta de su dormitorio cerrada con llave.
¡Esther realmente lo había dejado fuera!
Adrián se sintió frustrado. En realidad, podría pedirle a alguien que trajera la llave para abrir la puerta, pero pensándolo bien, decidió dejarlo pasar
Capítulo 197
Ya debía estar durmiendo, no había necesidad de molestarla más.
Adrián regresó a su estudio para pasar la noche.
A la mañana siguiente, Esther se despertó somnolienta, se aseó rápidamente y se unió a Adrián para bajar y subir al auto.
En el auto, rápidamente se quedó dormida en el asiento.
Total, no tenia nada de qué hablar con él despierta.
Después de un viaje en auto de más de dos horas, llegaron al Hipódromo de Montaña
Apenas Esther bajo del auto, una figura se abalanzó rápidamente sobre ella…
“Esther!”
Cuando Josefina Pérez la abrazó con entusiasmo, Esther se despertó mucho más de golpe.
“Esther, hace mucho tiempo que no nos vemos, te eché mucho de menos.”
Esther sonrió resignada,” si, hace mucho que no nos vemos.”
Josefina rodeó el cuello de Esther como si quisiera colgarse de ella por completo….
Adrián miró a Josefina sin ningún reparo y dijo seriamente: “Despegate, no la aplastes”
Josefina tenia miedo de Adrián, soltó su mano con disgusto y pregunto frunciendo el ceño: “¿Estás diciendo que estoy gorda?”
Adrian la miró con indiferencia, ignoró sus palabras y preguntó: “¿Qué haces aqui? ¿Con quien viniste?”
Josefina dijo Escuché a Gerald decir que están de vacaciones aquí, y como mi caballo también está aqui, decidi venir a pasar el rato juntos” Adrian frunció el ceño: “¿Tu madre lo sabe?”
Josefina parecia un poco culpable, miró a Esther y preguntó con preocupación ¿Por qué pareces tan cansada, no dormiste bien?”
Esther asintió, “Me levanté muy temprano, no dormi lo suficiente.”
Josefina hizo un mohin, “Adri también, sabiendo que tenías que levantarte temprano y traerte aquí esta mañana, janoche no te dejó dormir bien!“. Adrián y Esther se quedaron sin palabras.
¿Josefina estaba imaginando cosas raras?
“Esther, vamos‘ Vamos a montar a caballo, eso te despertara”
Josefina tomo a Esther de la mano y corrió hacia el hipódromo….
Adrian siguió a su propio ritmo.
Dentro del hipódromo
En el área de descanso abierta, bajo el paraguas para el sol.
Jacinta Jurado, vestida con un costoso atuendo de equitación, Brayan, Gerald, Johan Fierro y Pedro estaban sentados charlando juntos
Josefina corrió hacia ellos saludándolos con la mano, gritando emocionada: Ya llegaron! Adrián y Esther ya están aqui!”
Gerald y los demás escucharon la voz, miraron en esa dirección y vieron a Josefina llevando a Esther.
La figura de Adrián estaba un poco detrás de ellas.
Pedro le sonrió a Esther.
Jacinta, con su elegante traje de equitación, lucia un peinado de ondas cuidadosamente arreglado en una coleta alta para evitar que se despeinara con el
Viento
Sus ojos recorrieron a Esther de arriba a abajo, al verla vestida con ropa común, Jacinta sintió un poco de superioridad y lástima, pensando que Adrian no trataba bien a Esther, de lo contrario, ¿por qué la dejaria vestirse tan modestamente?
Cuando Brayan vio a Esther, frunció el ceño, parecia que estaba pensando en algo
Gerald se levantó y dijo sonriendo, “Adri, ustedes no vinieron anoche, se perdieron una gran cena que Brayan nos invito.”
Adrián se acercó naturalmente y se detuvo junto a Esther, “No importa, hoy el puede invitarnos nuevamente“.
Capítulo 198
Gerald miró a Brayan y se rio, “Oye Brayan, ¿escuchaste? ¡Adri quiere que nos invites otra vez!”
La mirada de Brayan estaba aún en Esther. Al escuchar a Gerald llamarlo, volvió en si y sintiéndose un poco avergonzado dijo:
“Eh… Adri, recientemente mi tarjeta de banco fue bloqueada por mi hermano. Gasté todo mi dinero que había guardado en secreto en la gran comida de ayer, asi que me quedé sin dinero, hoy no puedo invitarlos…”
Adrian asintió lenta y seriamente, “No importa, ella pagará hoy”
¿Quién? Esther cuando se dio cuenta de que se referia a ella, frunció el ceño inmediatamente, sintiéndose molesta.
¿Por qué deberia invitar a estas personas a comer? No conoce a ninguno de ellos!
Además, ¿no fue ella sólo una figura decorativa que Adrián trajo?
Todos los ojos estaban puestos en la anfitriona de hay, Esther…
Si Esther no quiere invitarlos, entonces no quiere y ya, ella dijo directamente: “No, yo no…”
Sin embargo, antes de que pudiera terminar de hablar, la gran mano de Adrian de repente se posó en su hombro, acercándola.
Luego, se inclinó hacia ella y murmuró a su oido: “Srta. Galán, mi móvil está contigo, conoces el código de pago, tú invitas, yo pago“. Al oir esto, Esther sonrió al instante y les dijo a todos: “No hay problema, hoy invito yo!”
Gerald sonrió con interés, “Si tú invitas, entonces no nos limitaremos!”
Esther rio y dijo, “No se limiten! ¡Pidan lo que quieran!”
Gerald aplaudio y dijo emocionado, Oyeron eso, chicos? ¡Hoy podemos comer lo que queramos!”
Adrian miró a Esther Cuando escuchó que ella iba a usar su dinero, su actitud cambió al instante.
¡Qué fastidio! Ella sin ninguna razón se volvió encantadora!
“Srta Galán, no crees que estás yendo demasiado lejos? ¿Ya que vas a usar mi dinero vas a dejar que ellos lo derrochen a propósito?”
Esther le lanzó una mirada y murmuró: “Adrián, fuiste tú quien se ofreció a pagar, no yo! Cuando se invita, se debe ser generoso. Si vas a ser tacaño, ¡mejor no invitas!”
Adrián rio friamente, “Si la Srta. Galán es tan generosa, ¿por qué no invita con su propio dinero?”
Esther respondió sarcasticamente: “Mi dinero debería ser usado para cosas que creo que son significativas, no para invitar a comer a personas que apenas conozco. ¡Además, ya me tienes, esperas que también te pague!”
Después de decir esto, la cara de Esther se puso roja al instante.
Dios mío, soltó esas palabras sin pensarlo!
Cuando volvió en si, volteó la cara, sintiéndose avergonzada…
Adrián se detuvo por un momento, sonrió y acarició suavemente su cabello, “Hmm, Srta. Galán, lo que dijo tiene mucho sentido. Ahorra tu dinero para las cosas que quieres hacer, puedes usar el mio como quieras, ¿te parece?”
Cuando Esther vio que Adrián no bromeaba con ella, suspiró aliviada y se sintió muy feliz. Se rio y dijo, “Señor Perfecto, no te preocupes! ¡No voy a limitarme!”
Adrian sonrió levemente, mirándola con ternura.
A lo lejos, Jacinta vio a Adrián y Esther hablando juntos, sintiéndose incómoda. Penso que se veian muy desagradables.
Nunca había visto a Adrián hablar con una mujer de esa manera, siempre escuchandola, como si estuviera cediendo.
¡Este no era el Adrián que conocía!
Después de pensar, Jacinta mostró una sonrisa amigable y se acercó a saludar, Esther, ¿también viniste? ¿Es tu primera vez montando a caballo?”
Esther se giró mirando a Jacinta. Debido al incidente del reloj, no le gustaba mucho esa mujer.
“No, ya he montado algunas veces.”
“¡Así que eso es!” Jacinta sonrió, pero en su corazón sintió que Esther estaba fingiendo una sonrisa feliz. De acuerdo a donde proviene, ¿cómo podria haber tenido la oportunidad de montar a caballo?
“Si sabes montar caballo, entonces genial, luego podemos competir alli”
Capítulo 199
Josefina estaba impaciente y se acercó a Esther, “¡Vamos a cambiarte tu equipo de equitación!”
“¿Equipo de equitación?” Esther frunció el ceño, “No tengo.
Josefina se sorprendió, “No trajiste tu equipo de equitación? Yo traje dos, puedes usar el mio, pero no traje botas de equitación de repuesto!”
Jacinta sonrió amigablemente: “Resulta que traje un par extra de botas, solo no sé cuál es tu número de zapato, ¿te quedarán bien?” Dicho esto, Jacinta comparó su pie con el de Esther, “Mi pie es un poco más grande, pero puedes probar mis botas primero
Esther asintió, “Está bien, gracias.
Jacinta sonrió amablemente, “Somos amigas, no tienes que agradecermel
Asi, las tres chicas se dirigieron al vestuario.
En el vestuario.
Esther se puso el equipo de equitación que le dio Josefina.
Un traje rojo que resaltaba las lineas de su figura.
Recogió su cabello con un moño a la ligera
Su rostro era delicado y se veía muy inocente, y el equipo rojo resaltó un poco de su encanto femenino.
Josefina se quedo boquiabierta, Te ves increible con ese traje!”
Esther se mantuvo seria, “Es tu ropa la que luce bien, no yo.”
Josefina dijo: “Créeme, eres tú la que luce bien, haces que la ropa también se vea hermosa! ¡Si fuera hombre, te perseguiría hasta conseguirte, no dejaria que nadie tuviese la oportunidad!”
Esther sonrió ligeramente…
“Esther, pruebate estas botas de equitación, son nuevas, nunca las he usado…
Jacinta se acercó con un par de botas de equitación.
Cuando Esther escuchó su voz, se giró, y Jacinta se quedó estupefacta…
Esther, vestida con su equipo de equitación y con un moño en su cabello, se vela tan hermosa y valiente, que incluso Jacinta se sintió superada.
Esther probó las botas de equitación de Jacinta, pero eran demasiado grandes, se le caerian al caminar, no le quedaban bien…
Se las quitó y se las devolvió a Jacinta, “Gracias por tu amabilidad, pero no me quedan bien, usaré mis propias zapatillas deportivas”
Jacinta sonrio resignada, “Bueno, no hay nada más que podamos hacer, tendrá que ser asi.”
Una vez cambiadas, Esther y Josefina salieron primero, Jacinta dijo que iria al baño y que no la esperaran.
Afuera
Adrián y Gerald estaban charlando bajo una sombrilla….
Gerald fue el primero en ver a Esther salir del vestuario, se quedó boquiabierto por un momento y luego sonrio, dando un codazo a Adrian y asintiendo con la cabeza para señalarle…
Adrian levantó la vista y la miró, como si le hubieran disparado al corazón con una flecha.
Esther estaba alli con su traje rojo, brillando.
Siempre supo que era hermosa, pero cuando se puso el equipo de equitación y recogió su cabello, todavia le sorprendió mucho.
En este momento, Esther ya no se veia inocente e inmadura, como cuando vestia ropa informal, en cambio, era más madura y atractiva
En resumen, era extremadamente hermosa
Sin embargo, justo en ese momento, se escuchó un grito agudo desde el vestuario…
Capítulo 200
De repente, un grito agudo alarmó a todos.
“¿Qué pasó?”
“¿Hubo un problema adentro?”
“Eso suena como Jacinta!”
Esther y Josefina también lo oyeron, se miraron con sorpresa y negaron con la cabeza, indicando que ellas tampoco tenían idea de qué había ocurrido. Acababan de salir de alli y antes de salir no vieron nada extraño con Jacinta.
Entonces, todos corrieron al vestuario para ver qué pasaba…
Dentro del vestuario, Jacinta estaba sentada sola en un banco, pálida, con expresión de dolor y con varias gotas de sudor en su frente.
Al ver esto, Brayan se acercó y pregunto: ¿Qué te pasa?”
Gerald también se acercó a ella y preguntó suavemente: “¿Qué pasó?”
Jacinta levantó la cabeza para mirarlos, temblando, dijo: “Mi…, mi pie…”
¿Hay algo malo con su pie?
Todos los ojos se centraron en el pie de Jacinta, una de sus pies tenía su zapato, el otro estaba desnudo y estirado, parecia que estaba soportando un
dolor intenso.
Tenia los pies sudados y queria cambiarme los zapatos antes de salir, pero cuando me estaba cambiando los zapatos, algo dentro de ellos pinchó la planta de mi pie, me duele mucho…”
Jacinta explicó a todos a duras penas, soportando el dolor.
Después de escucharla, Brayan se acercó de inmediato al pie de Jacinta, se agacho para revisarlo, “Si, algo se clavó en la planta de su pie! ¡Parece un clavol¿Qué debemos hacer?”
Gerald abandonó su actitud frivola habitual, dijo seriamente: “No te preocupes, hay un médico de emergencia en el hipódromo, yo iré a llamarlo.”
Brayan la consoló: “Aguanta un poco, el médico del hipódromo vendrá pronto para tratar tu herida.”
Jacinta asintió con lágrimas en los ojos.
Mientras tanto, Josefina encontró todo un poco extraño, tiró de la mano de Esther y le susurró al oído. “¿No son esas las botas que acabas de probar? ¿Cómo puede haber un clavo adentro?”
Esther miró a Jacinta sin decir nada, con los ojos entrecerrados.
El médico del hipódromo llegó rápidamente y revisó la planta del pie de Jacinta
Luego, el médico sacó unas pinzas de su kit médico, rápidamente extrajo el clavo de la planta del pie de Jacinta, luego desinfectó la herida, le aplico medicina y la vendo.
Cuando le estaban tratando la herida, Jacinta ya estaba llorando del dolor, agarrando con fuerza el brazo de Brayan.
Después de vendarla, el médico le aconsejó: “Ya está, el clavo ya está fuera. Pero debes tener cuidado de no mojar la herida los próximos dias para evitar alguna infección”
Jacinta, que parecia haber pasado por una tortura, le dijo a Brayan débilmente “Brayan, todavia me duele mucho, pidele al médico que me de algo para el dolor.”
Brayan, viendo a Jacinta sufrir tanto, se sintió compasivo y enojado al mismo tiempo, frunció el ceño y le preguntó al médico. ¿Qué demonios está pasando en su hipódromo? ¿Cómo puede haber algo tan peligroso como un clavo en el vestuario?”
El médico se disculpó con cara de inocente: “Eh… Sr. Ibarra, ese pendiente no es nuestro. Lo que hirió a la Srta. Jurado fue un pendiente de mujer, y no tenemos empleadas en nuestro hipódromo, definitivamente no tenemos ese tipo de cosas”
Dicho esto, el médico del hipódromo mostró el pendiente que acababa de extraer para probar que no fue culpa de los trabajadores del hipódromo.
De hecho, era un pendiente, con un diamante en él!