Chapter Ultimas 67
Capítulo 67
Jonathan, esa vez realmente tiró de mi cabello, directamente de la parte superior de mi cabeza.
En ese momento incluso me preocupo de que mis compañeros de trabajo vleran que me había quedado calva, probablemente me convertiria en el nuevo chiste del grupo de la empresa.
Aprovechando la hora del almuerzo, fui sola a la tienda de pelucas detrás del hospital, recordando que la niña que conoci en quimioterapia dijo que alli tenían unas lindas con coletas.
Anteriormente tenia mucho miedo de las pelucas, siempre me parecieron algo espeluznantes. Pero al entrar a la tienda, de repente descubri que ese lugar estaba lleno de esperanza, habla todo tipo de pelucas y el negocio estaba bastante floreciente, habia bastantes personas en la tienda. Al verme, la dueña me recibió calurosamente.
“¿Qué tipo de peluca te gustaría, cuál prefieres?, déjame mostrarte algunas. Nuestras pelucas son de calidad, no son de esos materiales sintéticos, pueden durar mucho tiempo!”
Viendo que ella tenia más o menos mi edad y lucia un cabello largo negro y brillante, realmente senti envidia.
Para mi sorpresa, la dueña se quitó la peluca mostrando su cabeza sin cabello.
“¿Te gusta? Tú también puedes lucir asi, nuestras pelucas son especialmente hermosas. Tú eres tan bonita que incluso calva te verlas mejor que yo, no tengas miedo.”
Su entusiasmo me contagió, y después de pensarlo bien, elegi una peluca de cabello corto, similar a mi estilo. Mientras me la mostraba, me dijo que las pelucas estaban muy de moda en los círculos de la industria de diseño.
Cada año, las pelucas generan bastante dinero en muchos países, solo que aqui aún no son muy populares. De hecho, muchas jóvenes han comenzado a usar pelucas, no te sientas mal por ello.”
En ese momento la miré preocupada, sintiendo un nudo en la garganta. Otros las usaban por belleza, pero yo lo hacia por necesidad, no era lo mismo.
Pareciendo notar mi desánimo, me preguntó con cuidado: “Quimioterapia? Ay, yo también, no te preocupes.”
Al escucharla la miré asombrada. Ella lucia radiante y hasta un poco gordita, no parecia alguien que se estaba sometiendo a quimioterapia.
“¿Ves? Hay que comer mucho, enfermedades como esta te hacen perder peso fácilmente.” Dijo pelliccando su mejilla Pero tranquila, unos meses después de la quimioterapia el cabello empieza a crecer otra vez. Yo ya pasé por esto, en dos o tres meses empezó a crecer.”
No podía creer lo que escuchaba, ¿ella habia pasado por lo mismo que yo?
Solo que yo habia usado medicamentos, nunca había pasado por la quimioterapia.
Luego me dio una palmadita en el hombro, diciendo, “Una recaida, ay, pero no importa, mira que aqui estoy, viviendo cinco o seis años más, vale la pena. Tienes que creer en la medicina, esforzarte en ganar dinero, ¿verdad? Para salvar tu vida.”
Mirando sus ojos llenos de esperanza, asenti conmovida.
“Yo también tuve una recaida.”
“Entonces realmente tenemos una conexión especial, te haré un descuento del 20%! Además Te invito a cortarte el pelo!” Dijo mirando mi cabeza, seguramente ya habia notado que empezaba a perder cabello.
En ese momento dudé, sin saber dónde podía cortarme el pelo.
Pero ella sacó una rasuradora del mostrador, diciendo, “No es nada complicado, soy experta en rapar cabezas.”
Su buen humor mejoró el mio significativamente. Pero al ver mi escaso cabello caer, no pude contener las lágrimas. Por suerte, fue rápida en colocarme la peluca.
“Mira, qué hermosa, no es casi igual a tu estilo? incluso mejor que tu cabello! Si te cansas del cabello corto, ven y te lo cambio por uno largo, también tengo otros colores, son hermosos. Dijo colocándome una peluca rosa con coletas.
Capitulo 67
“¿No parezco Harley Quinn? ¿A que si? ¿No es genial?” Le sonrel asintiendo, sintiéndome mucho mejor.
Solo que al volver a la empresa, estuve constantemente preocupada de que la peluca se cayera.
Por suerte, la dueña me ayudó a elegir una talla adecuada, y después de intentar sacudir la cabeza varias veces, todo estuvo bien, mis colegas no notaron ningún cambio, y eso me tranquilizó un poco.
Antes de salir del trabajo, Estrella me encontró, quería invitarme a cenar.
“Iris, el proyecto que me recomendaste va a empezar, vamos a celebrarlo todos juntos.”
Después de revisar el progreso del trabajo, accedi.
Realmente necesitamos disfrutar la vida, de lo contrario, sería como no haber vivido.
En esa oportunidad, los compañeros de las tres dreas fueron muy amables, todos asistieron, no hubo ninguna falta.
Solo que durante la cena, me pareció que Rodrigo Díaz estaba de mal humor, ya que bebió una copa tras otra.
Estrella me susurró al oido: “Miriam compro ml diseño y lo presentó bajo su propio nombre.”
En ese momento lo entendi todo, los doscientos mil pesos que habian compensado a Estrella, probablemente fueron una parte del bono de Rodrigo.
Pero como no era su diseño original, claro que no tenía derecho a ese bono.
El hecho de que se le permitiera permanecer en el departamento de diseño ya fue un acto de misericordia por parte de la empresa.
Sin embargo, él no parecía verlo de esa manera, después de beber un poco empezó a recitar todas las contribuciones que había hecho a la empresa.
Finalmente, dirigió sus criticas hacia mi
“Directora Moreno, señora Vargas, ¿Cómo podrías ser la directora si no fueras la esposa del presidente? Te ausentaste del trabajo por meses, y la empresa no te despidió, ¿y todavia tienes la cara de ser la directora? ¡Qué descaro! Iris, déjame decirte algo, no creas que puedes asegurar tu posición para siempre, ¡ya verás lo que te espera!”