Chapter ¡Sorpresa! Tuve Cuatrillizos con Mi Desconocido Esposo novela Capítulo 79
Capítulo 79
Hace un momento, al ver que Carol habia salido hace rato y aún no regresaba, Ledo decidió buscarla.
Pero Tania no estaba tranquila dejándolo salir solo, así que él fingió que iba al baño con la excusa de que tenia que hacer del dos.
Aprovechando que Tania no estaba atenta, se escabulló sigilosamente.
Justo se encontró con Aspen y Carol charlando en el pasillo.
Se escondió a lo lejos, sin poder escuchar claramente lo que decían, pero podia ver que la expresión de su mamá no era nada buena.
Entonces Ledo supuso que ese tal Aspen debía estar molestando a su preciosa mamá.
“Si mi mamá no está a gusto, entonces tú tampoco vas a estarlo“, penso.
Así que, el pequeñin fue a desquitarse con Aspen.
Se quedó escuchando tras la puerta un rato, oyendo cómo dentro todos estaban alegres y alguien decía “¡Feliz cumpleaños!“.
Ledo butó con desdén, “Ah, alguien está de cumpleaños, pss“.
De lejos vio al personal acercarse empujando un carrito con un pastel y Ledo, con los ojos oscuros brillando de picardia, se acercó con aire arrogante.
Al llegar, no pudo evitar exclamar admirado,
“¡Guao, qué pastel tan hermoso, cómo me gustaría comerlo!”
El personal, encantado por su ternura, se detuvo y le dijo sonriendo,
“Si que es hermoso, pero no se puede comer, es de alguien más, y no está bien comerse algo sin permiso. Si quieres, pidele a tus padres que hablen con nosotros, tenemos mas dulces en la tienda.”
Ledo puchereó, con cara de decepción,
“Ese seguro es el más sabroso, ¿eh? ¿Y eso de arriba qué es? ¿Una vela?”
Señaló con su dedito la decoración superior del pastel.
Los tres empleados levantaron la vista y, aprovechando ese momento, Ledo saco un juguetito de su bolsillo y lo introdujo en el pastel sin que nadie lo viera.
“Eso no es una vela, es solo un adorno.”
“Ah, bueno, entonces lleven el pastel rápido, no vayan a hacer esperar al cumpleañero.”
“Claro,” respondieron sonrientes los empleados y se llevaron el pastel.
Ledo chupó su dedo, saboreando la dulzura del momento.
Cuando había metido el juguete en el pastel, logró sacar un poco de crema.
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“Que rico es una lastima.” Ledo murmuro para si mismo, viendo cómo el personal llevaba el pastel adentro y una sonrisa traviesa se dibujo en su rostro.
No pasó mucho tiempo antes de que se oyera un estallido desde el salón, “Burn”
Y luego un grito, “Ay!”
Ledo supo que su travesura había tenido éxito, resoplo con satisfacción, metió las manos en los bolsillos y silbando, camino hacia el baño.
En ese momento, el pastel de César había explotado, cubriendo a Aspen de pies a cabeza.
Como estaba en el lugar central, fue el más afectado.
Con el pastel en su cabello, su cara, su ropa… Aspen parecía un muñeco de pastel.
Aspiró una bocanada de aire frio, a punto de estallar de rabia.
¡Nunca se habia sentido tan humillado, y menos delante de tanta gente!
Todos estaban desconcertados, incluyendo a César, que después de un rato exclamó indignado,
“¡Carajo! ¿Quien quiso hacerme esta broma? ¡Ganaste! ¡Maldita sea, ganaste! Espera a que descubra quien eres y verás en tu cumpleaños como me las pagarás…”
Cesar pensó que era una broma de alguien del grupo.
Los demás también se confundieron y la tensión se relajo enseguida, todos se rieron a carcajadas. Aspen no penso mucho en ello.
Una broma en el cumpleaños de un hombre no es para tanto.
Por respeto a Cesar, contenia su ira y se levantó para ir al baño.
Como el baño del salón estaba ocupado, salió a buscar otro.
Y entonces, vio a Ledo.
Ledo, con una mascarilla puesta, estaba frente al orinal de niños, lidiando con su pantalón.
Ambos se miraron, el grande y el pequeño.
Aspen frunció el ceño, si no fuera por esos ojos tan vivaces, casi podria confundirlo con Miro.
Tenia los mismos ojos y cejas que Miro.