Señor Presidente Usted es el padre de mis trillizos

Chapter Capitulo 10



Capítulo 10 – 10- ¿Ciudad Kanderton? ¡Sí!

 
Rafael, que dormía plácidamente, se despertó de golpe, con el corazón latiendo en su pecho como un tambor. Miró a su alrededor mientras luchaba por encontrarle sentido a la oscuridad que lo rodeaba.

—Cariño, ¿estás bien? —escuchó la voz dormida de Valerie a su lado.

En lugar de responderle, se recostó en la oscuridad, sintiendo su respiración entrecortada.

¿Qué tipo de sueño fue?

¿Por qué soñaba con Marissa cuando su corazón sabía que ella era una mentirosa?

¿Por qué quería estrangularla en un momento y al mismo tiempo quería que ella volviera con él y le pidiera ayuda?

“Amor, ¿fue una pesadilla? ¿Por qué tu corazón late tan rápido?

Valerie apoyó su mejilla sobre su pecho que ahora estaba húmedo por el sudor. Sin embargo, el aire acondicionado de la habitación funcionaba bien.

Empujó suavemente a su esposa para hacerla acostarse sobre la almohada y se levantó.

—¿A dónde vas? —le preguntó, tomándole la mano para impedirle que se levantara de la cama.

—Volveré en unos minutos —le dio una palmadita en la mano y salió de la habitación. En ese momento, lo que quería era una bebida fuerte.

—Así es como funcionará a partir de ahora. ¿Verdad, Marissa? ¿Estás planeando atormentarme en sueños? —Esperaba que estuviera bien y que tuviera suficiente ayuda a su alrededor. Cuando ya no pudo soportarlo más, colocó su teléfono sobre el mostrador y comenzó a marcar el número.

No se sintió avergonzado cuando escuchó la voz soñolienta de su amigo José.

—Rafael, ¿está todo bien, hombre?

—Tenemos que encontrarla. —Rafael pronunció una sola frase—. Tenemos que encontrarla, Joseph. Hay algo que no va bien por aquí. No quiero dudar de mi esposa, pero tenemos que encontrarla, Joseph.

-Oye, hombre. ¿Qué te pasa? Ya lo hemos hablado, ¿no? Ya es pasada la medianoche y ahora mismo no podemos hacer nada por nadie. Te prometo que la encontraremos. Te aseguro que haremos lo que sea por buscarla. Sólo tienes que tener paciencia, amigo.

¿Paciencia?

Eso era lo que Rafael no tenía. Deseaba poder ser decisivo cuando Marissa le rogaba que le creyera. Si ella tenía intenciones de traicionarlo o si estaba interesada en su riqueza, ¿por qué ocultó su embarazo?

Podría haberle echado la culpa de su embarazo, pero no lo hizo. En lugar de eso, prefirió irse de la ciudad sin siquiera informarle.

He almost jumped when he felt Valerie’s hand on his shoulder.

“You should have gone to sleep.” He said without looking up and took a big chug of his drink from the glass. He placed the glass on the counter a little forcefully.

“Go to sleep? Without you? When you are not there beside me? No Rafael, it is not happening. We already stayed away for too long, now I want your closeness.”

Rafael who had touched the glass to his lips to take another sip went still when he heard her remark. He slowly turned to look into her eyes and smirked, “We stayed away? Since when? What I remember is we were quite inseparable from each other for the last two years.”

Valerie’s face paled for a minute, and she quickly tried to cover it up with a nervous chuckle, “No, you fool. I wasn’t talking about those two years silly.”

She then placed her hand on his arm quite delicately, I was talking about those three days when you had your surgery, and you were kept away from me to recover.”

Rafael nodded as if he was easily convinced. In all honesty, he found this remark not only stupid but amusing.

Valerie seemed to take a sigh of relief for coming up with such a smart thing on time.

For Rafael, it was a blessing in disguise. He had gotten the answers to what he was looking for.

He needed to find Marissa.

“Once I find you, I’ll not only apologize to you, but I promise you Marissa if you will forgive me, then Rafael Sinclair will worship the ground you will walk on.”

“I promise I will spoil you to bits.”

“If you are the one who stayed married to me when I was blind then you are supposed to stay beside me, Marissa.”

“The one who stayed with me at my worst deserves me at my best.”

“Just give me a chance Marissa. Wherever you are, just give me a chance. Because this guilt will keep killing me until and unless you don’t forgive me.”

Thinking to himself he laid back on the bed when Valerie climbed on his hard muscular body and started nuzzling her nose in his neck.

“Darling! Don’t you think it’s been time? Our counselor thinks we should get intimate quite frequently. The eye surgeon asked you to avoid sudden movements but now it’s almost six months. Don’t you miss me?” By the end of it, her voice had turned husky as her hand crawled inside his pants. Yet he was quick to hold it.

“Not now, V. I am still feeling pain in my eyes,” With that, he covered his eyes by placing his arm on it.

Valerie who had disappointment written across her face gulped and then offered a quivering smile, “It’s ok, love. Anyways, you are not going anywhere. I should show some patience.”

Once he was sure she had gone to sleep, he changed his side and stared at the wall, “Just pray for yourself, Valerie. Because you have only witnessed my soft and loving side, once you encounter my evil side, I’m sure you won’t be able to bear with it.”

He closed his eyes with determination. I will never stop looking for you Marissa Sinclair until and unless I find you.

Tomó el teléfono y vio la pantalla. Había un mensaje de Joseph: “Rafael, ¿qué te parece si vamos a Kanderton para visitarte en tu consultorio? Un cambio de lugar podría hacerte bien”.

Estuvo de acuerdo con su amigo. Necesitaba irse de allí. Por alguna razón, sentía que Kanderton City lo llamaba. Como si ese lugar quisiera que estuviera allí.

Rafael pensó un momento y escribió… “Sí”.


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