Secreto de amor novela por ursula suarez

Chapter Capítulo 59



Capítulo 59 Quiere interponerse

Era muy extraño que

Claudia las regañara; por lo general, era amable y muy sociable con los demás. Las personas la consideraban como la mujer ideal debido a que era atractiva y amable, por lo que sus amigas se sorprendieron al verla tan alterada; la miraron consternadas. El ambiente se tornó tenso y Claudia volvió a la realidad al darse cuenta de que estaban en silencio; solo en ese momento se dio cuenta de lo que había hecho y que todas la observaban.

-Lo lamento dijo luego de un momento-. Me alteré porque me puse de muy mal humor; les pido disculpas.

La mujer no tenía más alternativa que disculparse para que continuaran teniendo una buena impresión de ella; comenzó a llorar de manera desconsolada y las lágrimas le caían por las mejillas. Sus amigas se sorprendieron por lo enojada que estaba hasta hacía un momento y que luego se disculpara y comenzara a llorar.

-¿Qué sucede, Claudia? No llores.

-Dinos qué ha ocurrido; te ayudaremos.

-Exacto, Claudia. ¿No estabas conversando con Alejandro por teléfono?

Sus amigas la consolaron y le dieron pañuelos; tuvieron que esperar un momento a que ella se calmara. Claudia era una mujer joven, hermosa y lucía muy delicada y vulnerable cuando lloraba.

-Si, acabo de llamarlo respondió mientras se secaba las lágrimas con la mano-. No van a divorciarse por ahora.

Postergaron la cirugia de Griselda por lo que Alejandro y Victoria iban a tener que esperar para divorciarse. Aunque Claudia estaba avergonzada, sabía que no podía ocultarles la verdad.

-¿Qué? ¿No van a divorciarse? ¿Por qué no? -preguntó una de sus amigas.

-¿Acaso no dijeron que iban a hacerlo en cuanto terminara la cirugía de la gran señora Calire? ¿Por qué cambiaron de parecer?

-¡Ya sé! Esa z*rra de Victoria debe haberlo convencido de manera descarada. Ella no quiere divorciarse, ino?

Claudia intentó explicarles a sus amigas la realidad, pero otra de ellas la interrumpió.

-Siempre supuse que Victoria estaba ideando un plan. ¿Recuerdan cómo lucía cuando la vimos la última vez? ¿Ella en verdad cree que va a ser la esposa de Alejandro por siempre por tan solo estar con él durante dos años?

-No te preocupes, Claudia. Si intenta robarte a Alejandro, nos aseguraremos de darle una lección.

-Debemos darle una cucharada de su propia medicina.

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En principio. Claudia pensó que no tenía más alternativa que esperar a que operaran a Griselda, pero, al escuchar cómo sus amigas querian darle una lección a Victoria, recordó que la joven estaba embarazada. -Si… Si mis amigas me ayudan a que Victoria pierda el bebé, ¿cómo resultaría la situación? Alejandro podria descubrirlo, pero, aun así, Victoria ya no sería una amenaza porque ya no estaria embarazada. Además, no podrán responsabilizarme porque yo no seré quien la lastime y aún seria la salvadora de Alejandro-.

-No deberían hablar así comentó Claudia para fingir-. Estoy segura de que Victoria tiene sus motivos concluyó con amabilidad.

-¿Cuales serian? ¿Cuál es la razón por la que alguien se quedaría con el novio de otra persona durante tanto tiempo? Apuesto a que quiere interponerse en tu relación; quizás, no quiere devolverte a Alejandro. Es una z*rra descarada comentó una de las amigas.

-Es cierto. ¿Por qué va a dejarlo si por ser la señora Calire tiene tantos beneficios? Eres muy amable, Claudia. ¿Por qué no interferiste cuando Ale quiso casarse con ella por conveniencia?

-¿Por qué no lo hice? Queria hacerlo, pero….. Claudia bajó la mirada y no dijo nada.

-Deja de cuestionarla. ¿Acaso no saben lo gentil que es ella? Es probable que se haya sentido mal al ver lo pobre que eran los Selva y ahora Victoria exagera el estado en el que se encuentra su familia. Nunca he conocido a una persona tan despreciable como ella.

-No te preocupes, Claudia. Nos aseguraremos de que se haga justicia esta vez.

-Basta, chicas. -Claudia tenía los ojos llenos de lágrimas-. Sé que tienen buenas intenciones. pero ella ha estado cuidando a la abuela de Ale en el hospital y es una buena persona.

-¿Qué importa si lo es? Bueno, entonces le daremos una lección cuando ya no la cuide. Debemos. defenderte comentó una de sus amigas.

-No quiero que hagan nada imprudente; hablaré con ella después -respondió un poco desanimada; luego, se secó las lágrimas y forzó una sonrisa-. De acuerdo. Comamos esta cena que preparé; me alegra saber que compré más comida. Traeré más ya que esto no es suficiente.

-Claudia.

-Dejemos de hablar de este asunto. Debemos embriagarnos y olvidarnos de nuestros problemas -dijo y abrió una botella de vino al mismo tiempo que se acercaba al armario para sacar más

copas.

Sus amigas se miraron entre sí y tomaron una decisión en ese instante.

Tanto Victoria como Alejandro cuidaron a Griselda todo el día. La joven no tenia apetito, así que se apoyó en el borde de la cama y lucia enferma; parecía que ella era en realidad la paciente. Luego de un rato, el hombre la incentivó para que comiera un poco.

-Debes comer.

-No tengo hambre -respondió con el ceño fruncido.

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-¿Crees que tienes poderes y que no necesitas comida para sobrevivir?-murmuró luego de un

momento,

Ella no había tenido hambre en todo el dia, por lo que no comió nada; Alejandro notó que había perdido mucho peso, aunque no sabía si era su imaginación. La joven no volvió a hablar, así que él le dio un cuenco de gachas.

-Debes comer; al menos algunas cucharadas.

Victoria frunció el ceño al ver el bol; quería rechazarlo, pero dudó un instante y lo agarró. Tomó la cuchara e hizo un esfuerzo por comer. En verdad no tenía hambre, pero no podía hacer lo que queria porque estaba embarazada y ese bebé iba a ser su familia en el futuro; sabía que, como madre, era su obligación cuidarlo. Al pensar en ello, la joven tuvo apetito y comenzó a comer; luego de terminar el primer cuenco, tomó otro.

Alejandro levantó una ceja al verla comer tanto y se sorprendió por el cambio en el comportamiento de la joven. Sin embargo, no dijo nada al respecto porque sabía que era bueno para ella. Ambos terminaron de comer en silencio, aunque él no tenía mucho apetito; por lo general, comia el doble que Victoria, pero ingirió lo mismo que ella ese día. Cuando terminaron, el hombre comenzó a limpiar todo mientras que Victoria se sentó en el sofá y lo miró. Estaba acostumbrada a ello y se conocían desde que eran niños; ella solía pedirle que limpiara cuando cran novios. Por lo general, él se quejaba, pero luego comenzó a hacerlo sin que se lo pidiera. Cont el paso del tiempo, él comenzó a darle todo lo que necesitaba y cuidaba de ella.

Ella disfrutaba ese comportamiento y no le daba importancia a la situación en la que se encontraba; incluso se encariñó con él al ver cómo la cuidaba a pesar de que su matrimonio fuera por conveniencia. Sin embargo, en ese momento, lo observó y se dio cuenta de que no importaba. si estaban casados o no, ambos continuaban comportándose del mismo modo.


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