Secreto de amor novela por ursula suarez

Chapter Capítulo 48



Capítulo 48 No tiene sentido intentar luchar

Claudia se quedó inmóvil; no era que no pensara en eso. Ella intentó lanzar indirectas, pero no sabía si Alejandro las captaba o si fingia no darse cuenta. De cualquier modo, él no accedió.

Claudia tampoco podía ser demasiado atrevida, «¿Y si piensa que soy una mujer fácil?». Por lo tanto, tuvo que soportar ese mal trago.

Victoria arqueó las cejas cuando la mujer no respondió; de hecho, se veía pálida.

-¿O te metes conmigo porque no puedes hacer que él salga y se reúna contigo?

Claudia levantó la cabeza y la fulminó con la mirada. Victoria se limitó a mirarla con diversión.

-¿Me equivoco? No debes hacer todo esto que es innecesario. Es evidente que me desprecias y. aun así, me trajiste el almuerzo. Intentas probarle lo generosa que eres? Mi consejo sería que te lo ahorres. Si la persona que te gusta no gusta de ti solo porque no pareces lo bastante generosa, entonces deberías darte prisa y cambiar de persona.

Las palabras de Victoria tocaron una fibra sensible de Claudia, por lo que apretó los puños. Era como si quisiera hacer pedazos a esa mujer.

Victoria sonrió con dulzura.

-Tengo trabajo que hacer. Si eso es todo, entonces puedes irte.

Claudia estaba furiosa. Comenzaba a arrepentirse de haber intentado fingir ser generosa de mente abierta. Quería burlarse de Victoria, pero, al mismo tiempo, tenía miedo de que se molestara tanto como para hablar con Alejandro, así que se obligó a sonreír de nuevo.

-No es necesario que seas tan hostil conmigo. Accediste a mi pedido, así que estamos a mano. Solo quiero ser tu amiga y cuidarte. A fin de cuentas, por nuestras edades, podrías considerarme una hermana mayor…

Antes de que pudiera terminar de hablar, Victoria la interrumpió con desdén:

-Soy la única hija de mi familia, señorita Juárez.

Claudia guardó silencio por un instante y dijo:

-De acuerdo. Supongo que el menú del día no es de tu agrado. Entonces, me voy. -Tomó la vianda y se marchó.

En cuanto se fue, Jazmín entró de prisa.

-¿Por qué vino esa mujer, señorita Victoria? La intimidó? -preguntó furiosa.

Victoria se sobresaltó.

-¿No te agrada?

Jazmin negó con la cabeza.

-¡Por supuesto que no! Si no fuera por ella, esas personas en la cafetería no habrian dicho todo eso de usted, iLa detesto!

La mujer le dio un vistazo a la asistente.

-¿Planeas quedarte en este trabajo durante mucho tiempo?-le preguntó.

-¡Si!-respondió sonriendo-. Me agrada estar aquí. Siempre y cuando no me despidan, entonces seguiré trabajando en Grupo Calire.

La expresión de Victoria se tornó sombría.

-Dado que si te gusta, debería controlar tus emociones.

Jazmin se quedó estupefacta por la forma en la que el tono y la expresión de su jefa se volvieron tajantes de manera tan abrupta.

-¿Q-qué?

-¿Sabes qué relación tendrán ella y Alejandro en el futuro? ¿Sabes si puedes darte el lujo de ofenderla o no? Si quieres conservar el trabajo aqui, controla tus emociones. No las exhibas todo el tiempo.

El tono de Victoria era tan severo y despiadado que Jazmín se quedó conmocionada. Poco a poco se le enrojecieron los ojos y se quedó inmóvil en el lugar. No entendía por qué la regañaba cuando solo se ponía de su lado.

-S-señorita Victoria, no intento mostrar mis emociones, es solo… solo que no me gusta que las demás personas hablen mal de usted, y esa mujer…

Victoria frunció aún más el ceño y su tono se volvió más severo.

-Me parece que aún no entiendes lo que digo, así que ahora escucha con cuidado. Al final del día, solo eres una empleada de Grupo Calire. ¿Cómo estamos relacionadas? ¿Por qué necesitaría que me defendieras?

La asistente tenía los ojos llenos de lágrimas, pero se mordió el labio para evitar que cayeran. La oficina se sumió en un silencio total. Después de un rato, se escuchó el sonido de alguien que se aclaraba la garganta.

-iEjem!

Victoria levantó la mirada y se percató de que Noel estaba de pie en la puerta. No sabía en qué momento había llegado. Por consiguiente, se volvió hacia Jazmin y le ordenó de forma tajante:

–Vuelve a trabajar.

La joven asintió, dado que no se atrevía a desobedecerla. Cuando pasó junto a Noel, él logró ver las lágrimas que le caian por las mejillas.

Escuchaste algo, Noel? -preguntó Victoria una vez que la asistente se fue.

El hombre entró, cerró la puerta tras él y miró a Victoria un poco indefenso.

-¿Era necesario que le hablaras con tanta severidad? A pesar de que tus intenciones son buenas, corres el riesgo de que sean malinterpretadas.

Ella bajó la mirada; su expresión permaneció indiferente.

-No importa si las malinterpreta o no. De cualquier modo, pronto me iré.

-Si no adoptaba un tono más severo con ella, entonces, seguiría inmersa en su mundo de ingenuidad. ¿Cómo sobrevivirá si no se vuelve más madura?».

Victoria habló en tono despreocupado, pero fue suficiente para que Noel hiciera una pausa. Después de colocar el documento que había llevado sobre el escritorio, fingió preguntarle despreocupadamente:

-¿Te preparas para irte? ¿Cuándo?

No le ocultaba nada a Noel, además de su matrimonio falso con Alejandro y el bebé.

-Todavía no decido cuándo, pero sucederá pronto -respondió tras fruncir los labios.

Noel arqueó una ceja y no dijo nada. A pesar de que ella no había fijado una fecha, dijo que sucedería pronto y la actitud que adoptó cuando regañó a Jazmín también era una pista sólida. Quizás deje la compañía dentro de un mes. Me parece que es hora de que yo también haga mis planes.

Tras notar que Noel se había quedado pensando en silencio, Victoria no pudo evitar fruncir el

ceno.

-¿En qué piensas?

El hombre salió de su ensueño y la miró sin decirle nada. Victoria estaba preocupada.

-No me digas que estás pensando en renunciar. -Ella se sobresaltó ante la más minima posibilidad.

No obstante, Noel le esbozó una sonrisa indescifrable.

-No te preocupes. No pensaba en eso.

Ella no quiso presionarlo, algunos asuntos estaban más allá del ámbito de su relación y no quería profundizar en los pensamientos de Noel.

-Está bien, no te preocupes. Solo enfócate en tus asuntos. ¿En verdad planeas irte como si nada?

-dijo el hombre al ver que ella se quedó en silencio y la miró de forma enigmática-. No intento criticarte, pero estuviste dos años con él. ¿Te vas en el momento que ella regresa? ¿No es muy debil de tu parte? Parece que eres una presa fácil. -Noel hizo una pausa y continuó despacio-: Victoria, jamas has sido la clase de persona que permite que cualquiera la pase por encima de esa manera. ¿Por qué cada vez que él está involucrado, te vuelves…?

Ella bajó la mirada. Era cierto; cada vez que una situación lo involucraba a él, ella retrocedía y se volvia completamente indefensa. No era que no pudiera encontrar una manera de defenderse, sino que sabia que no era la dueña de su corazón, así que pensaba que no tenía sentido intentar y luchar por su cariño. Sabia que Alejandro no renunciaría a lo que sentía por Claudia solo por sus intentos de ganarse su corazón y tenía más dignidad que amor por alguien que no le correspondia.


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