Chapter Capítulo 24
Capítulo 24
Al sonar la campana, la hora de salida llegó en un parpadeo y Violeta se tomo su tiempo para ser la última en dejar el aula. Como esperaba, Adrián la estaba esperando en la entrada de la escuela.
Habia maestros de guardia en la puerta, asi que no podian caminar juntos abiertamente. Violeta lo siguló a una distancia segura hasta que estuvieron fuera de la escuela. Entonces corrió a su lado y dijo con una sonrisa. “Genio. ¿adónde me vas a llevar?”
Adrián preguntó, “¿Qué tal si tomamos un café?”
*¿Eh? No, mejor comprame una botella de agua, tengo sed.” Violeta nunca se cortaba con el Un caté costaba 2 dólares y ella quería ahorrarle dinero. Para no herir el orgullo masculino de Adrian, se conformo con pedir solo agua.
Adrian compro dos botellas de agua e incluso le consiguió una botella de leche caliente, “No puedo llevarte a mi casa, si quieres probar mi comida, será para la próxima. Hoy te llevaré a comer algo diferente.”
Violeta sonrió ampliamente, “¡Genial! Quiero un plato de pasta al estilo italiano, pero con carne, nada de vegetariano.”
Tomando un sorbo de agua, la nuez de Adán de Adrián se movía de forma atractiva al tragar. “Está
bien.”
Fueron a un restaurante italiano dentro de un centro comercial, a donde habia llevado a Maurino un par de veces. A él siempre le pareció extraño el sabor y después de dos visitas, nunca volvieron.
Muchos estudiantes frecuentaban el lugar y Violeta no se intimidaba aunque se encontrara con compañeros de escuela.
Después de pedir, Adrian pagó y Violeta sacó su cuaderno de tareas, “Ayúdame con este problema. Lo hice dos veces; la primera me equivoqué y la segunda no sé en qué paso fallé, pero de alguna
manera salió correcto.”
Adrián echó un vistazo y señalo un error en la fórmula, “Aquí, la fórmula está mal. Te equivocaste en el cálculo y obtuviste la respuesta correcta solo por casualidad.”
Esa observación la hizo sentir un poco tonta.
“¿Por
qué me miras? ¿Acaso tengo las respuestas en la cara?”
Violeta sonrió con picardia, “No, es solo que me parece que eres muy guapo.”
Adrián se aclaró la garganta con un puño en frente de su boca, “Concentrate.”
Ella asintió, “Oh.”
En menos de tres minutos, Adrián le explicó cómo resolver el problema. Aún no les hablan servido la comida, así que Violeta aprovechó para hacer otro trabajo.
“Prima, ¿por qué vienes tú misma a comprar estos pasteles? Podrias mandar a un sirviente en vez de venir y hacer cola durante horas. ¿No te cansas?” La chica que hablaba no parecia tener más de diecisiete o dieciocho años, vestida con ropa de marca y luciendo juvenil.
“No te preocupes, vi que Maurino comía de estos pasteles la última vez pero, no lo volvi a ver hacerlo. Probablemente esté muy ocupado y no tenga tiempo de venir. Yo no tengo nada que hacer, así que
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pensé en comprarlos y llevarlos a su oficina para verlo.”
Cuando escuchó esa voz familiar y dulce, Violeta volvió la cabeza y vio a luceria, degente sofisticada, con dos cajas de pasteles finos en la mano, Hablaba de Maurino con una sonride felicidad en su rostro.
En las chicas ricas, cada detalle, incluso cada cabello, eran el colmo de la elegancia, La gente que pasaba no podía evitar mirar a Lucrecia.
Al darse cuenta de que alguien la observaba, Lucrecia busca la fuente de la mirada y sus os se encontraron con los de Violeta.
Sonriendo, Lucrecia asintió hacia ella,
Violeta respondió el gesto con una sonrisa.
“¿Prima, a quien estás mirando? ¿Conoces a alguien?”
Lucrecia contestó, “No es nada, tú vete adelante, Voy a pasar por la empresa de Maurino, a esta hone seguro que aún no ha comido.”
La joven a su lado de repente preguntó en voz baja, “Prima, escuché que tu futuro esposo tiene a cra mujer, ¿es cierto?”