Chapter Renacida 98
Capítulo 98
Queria decir eso a propósito para relajar su guardia, con la intención de revisar sus heridas, ya que él es muy de fingir estar blen, ha operado antes con heridas..
“No es necesario.”
Agarró mi mano con algo de fuerza, yo solo sonreí, viendo lo serio que se veia sabía que no era nada grave.
Justo cuando pensaba levantarme, escuché que alguien golpeaba frenéticamente la puerta de Gonzalo.
“¡Abre, sé que estás ahi!”
Una voz ruda resonó, y me refugié en los brazos de Gonzalo.
Él me rodeó con un brazo reconfortante y dijo: “No temas.”
Mientras me ayudaba a levantar, queriendo que me sentara en el sofá, intentó ir por su teléfono, pero lo agarré del brazo: “No te vayas.
El sonido de golpes en la puerta continuaba.
“Voy a llamar a la administración del edificio para que vengan.”
Nos levantamos juntos, sin querer soltar su brazo, y los golpes en la puerta seguían, incluso se podía oír cómo rompían la cerradura electrónica.
“Alguien está rompiendo la puerta en el piso 12 del edificio 3. ¿No pueden verlo en las
cámaras?‘
“¿Se rompió? Qué coincidencia.”
Fue la primera vez que vi un destello de ferocidad en los ojos de Gonzalo, pero cuando bajó la mirada hacia mi, su tono era indiferente pero tierno al decir. “No te preocupes.”
Se rio fríamente y envió un mensaje desde su teléfono.
Solo pasaron unos minutos antes de que el sonido de golpes en la puerta cesara.
“¿El malo ya se fue?” No sabia y, por el miedo, mis ojos se llenaron de lágrimas.
Él me llevó a sentar en el sofá, “Probablemente ya vinieron las personas de Jeremias.”
Justo después su teléfono soná.
Era Jeremías llamando, pero aun así no quería que se fuera, así que se sentó junto a mi paral contestar: “La cerradura está rota? ¿El cerrajera no puede abrirla? Yo abriré desde adentro.” Se levantó, y yo t
para abrir la puerta.
Cuando Jeremías entró, nos miró boquiabierto y dijo: “¿Esto también cuenta como el inicio de un buen romance?”
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Capitulo 98
Solo entonces recordé que aún estaba agarrando fuerte el brazo de Gonzalo. Al ver a Jeremias, finalmente solté a Gonzalo.
“Ese hombre dijo que era un robo, ya lo llevaron a la estación. Tienen que cambiar las cerraduras de ambos, Siempre dije que tu cerradura, Norma, era muy insegura. En cuanto a la de Gonzalo, deberias instalar una cerradura electrónica con cámaras, así podrías haber visto cómo era el malhechor desde tu propia pantalla.”
Gonzalo asintió: “Es posible, pero ya no es seguro quedarse aquí esta noche, mejor regresemos al hospital.”
¿El hospital? Le había dicho a Refugia en qué habitación estaba Salvador.
Quizás mandó a alguien a matar a Salvador.
El hospital también fue peligroso.
“¿Puedo dormir en el sofá de tu oficina?” Le pregunté a Gonzalo con súplica, y él se tocó la frente, “Está bien.”
Entonces, Jeremías señaló la cerradura: “¿No deberíamos comprar una nueva primero?”
Asenti: “Yo pago, es mi culpa que el Dr. Gonzalo esté involucrado.”
Gonzalo miró su reloj: “Es muy tarde, yo haré que alguien la traiga.”
“Entonces te transfiero el dinero, ¿cuánto es?”
Mientras sacaba mi teléfono para transferirle el dinero, me di cuenta que los 100,000 pesos que él me había dado antes, nunca los reclamó
“Olvidémoslo, una cerradura que Gonzalo mande a traer, si no es de más de 200,000 ni la mira. Mira esa afuera, es prácticamente de grado militar, ese hombre con un hacha grande ni siquiera pudo romperla, el cerrajero tampoco pudo abrirla. Solo se dañó un poco el vidrio exterior,” dijo Jeremías, lo que me hizo sonreír con ironía.
200,000 pesos. No puedo permitirmelo, mi tarjeta fue congelada por Matías.