Receta para robarle el corazón al Dr. Farel

Chapter Capítulo 68



Marcela habia conseguido dinero y ese mismo dia armé un escandalo para que
la dieran de alta del hospital.

El doctor revisé todos sus signos vitales y estuvo de acuerdo en que se
trasladara a un hospital local para continuar con la observacion por tres dias
mas. Oscar se quedé con ella para completar los tramites del traslado.

Evrie, por su parte, no se volvié a aparecer.

Ni siquiera pagé los gastos médicos que quedaban pendientes. Cuando estaban
finalizando el papeleo para el alta, resulté que debian unos cuantos miles y el
hospital no queria dejarlos ir.

Marcela, murmurando quejas y maldiciones, pagé la deuda y asi pudieron salir
del hospital.

—iEsa ingrata! Siempre supe que era una desagradecida— se quejé Marcela.
—Ya, mama, no te enojes. Esa chica siempre fue complicada y terca. Que haya
dado algo de dinero ya es mucho—, traté de calmarla Oscar mientras la
ayudaba a subir al carro.

—Pero por favor, no vuelvas a tomarte esos venenos. El médico dijo que eso
dafia el estémago y puede causar cancer—.

—Tranquilo, hijo, tengo mas vidas que un gato— le aseguro ella.

Oscar seguia preocupado. —Ademas, tienes que controlar tu temperamento.
Hoy el doctor me dijo que tus niveles de estrés estaban por las nubes, casi me
muero del susto—.

—Ay, ya, estoy bien, ¢no ves? Ademas, consegui un buen dinero para que
encuentres una esposa—, replicé Marcela con un gesto de desdén.

Le irritaba que hablaran de su salud mental.

Si tenia problemas, era por culpa de los afios de sufrimiento en esa casa.
Oscar, viendo que su madre se irritaba de nuevo, opt6 por quedarse callado.
Evrie llegé a su apartamento y se desplomé en la cama, cayendo en un suefio
profundo.

Después de una noche sin dormir bien y de lidiar con Marcela por la mafiana,
estaba completamente agotada y le dolia todo el cuerpo, incluyendo las heridas
que aun sentfa latir.

Decidi6 no pensar en nada y descansar para el trabajo del dia siguiente.
Quizéas sea por el cansancio que se durmié enseguida.copy right hot novel pub
Evrie tuvo un suefio.

En él, los fuegos artificiales iluminaban el cielo y la familia de cuatro estaba
reunida en una célida casa antigua, con la chimenea encendida y el arbol de
Navidad brillando. En la television del sal6n, sonaba un programa festivo
mientras Pablo le daba un gajo de mandarina a la pequefia Evrie.

—Mi nifia, ¢esta dulce?—

—iEsta dulce!— exclamé Evrie con sus mejillas rellenitas, los ojos convertidos
en finas lineas de alegria.

—Para papa, para mama, para hermano— decia Evrie, alin pequefia, colocando
pedazos de mandarina en las bocas de los demas.

—El dltimo gajo es para ni nifiita, que le encantan las mandarinas—.

Marcela la abrazaba mientras le arreglaba su vestidito rojo, su rostro lleno de
una sonrisa tierna y amorosa.

—Nuestra Evi es tan linda y carifiosa, es nuestra pequefia joya—.

—Evi siempre sera la pequefia joya de papa y mama, y de su hermano, y
siempre me protegeran...—

—Claro que si, mi nifia atenta.—

Pero la escena cambié.

Nieve cayendo del cielo, el viento aullando; era otra Nochebuena.

Evrie, con un abrigo fino, estaba de rodillas afuera de la casa. Dentro, Marcela le
arroj6 un pan frio golpeandola en la cabeza.

—Inutil de mala suerte, come, come, que es lo Unico que sabes hacer, todo el
mundo sufre por tu culpa, ¢no lo entiendes?—

—Con este frio, ¢cémo es que no te mueres de hipotermia?—

—¢ Por qué no fuiste ti la que recibié ese golpe? ¢Por qué no te mueres?—

El dolor en su frente y la oscuridad que le rodeaba, junto con los insultos que no
cesaban, fueron demasiado para Evrie. No pudo mas y se desmayo en la
oscuridad.

Evrie despert6 sobresaltada, la habitacion estaba sumida en la oscuridad, habia
un silencio tal que parecia haber sido abandonada por el mundo.

Se levantd de la cama y encendi6 la luz de la mesita.

La habitacioén se iluminé instantaneamente y, mientras se apoyaba en la
cabecera, Evrie suspird aliviada.

Aln atormentada por las sombras de su suefio, se quedo sentada en la cama
hasta que se recuperé.

—Toc, toc, toc—.

Alguien llamaba a la puerta.

Evrie volvié6 al presente.

Se levantd de la cama, cruzé la sala y fue a abrir.

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Al abrir la puerta, encontré la cara
amable y sonriente de Leandro
esperandola afuera. Con una sonrisa

de oreja a oreja, la saludé. The

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—¢Sorprendida? ¢ Contenta?—

—¢Maestro?— Evrie exclamé sorprendida—, cya regresaste del extranjero?—
—Claro, compré el boleto con anticipacion y volé de regreso durante la noche.—
Leandro parpade6, escaneando su rostro y cuerpo con la mirada, y pregunté:
—¢ Qué te paso en la frente?—

Evrie movié la cabeza de lado a lado. —Nada serio, solo un raspén sin
importancia.—

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Al oir eso, Leandro suspird

suavemente. —Evi, me enteré de lo

que te ocurrid y no podia estar

tranquilo, asi que compré el boleto de
regreso antes para venir. Supe que

ayer en la noche llevaron a tu mama

ala UCly que los gastos médicos

deben ser altos. Toma este dinero

para que te ayude con la emergencia

y cualquier cosa me dices.— The

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Sac6 un grueso sobre con dinero e intent6 entregarselo a Evrie.

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Evrie lo rechazé una y otra vez.
—Maestro, no hace falta, mi mama

ya fue trasladada a otro hospital y ya
reunimos el dinero. De verdad, no es
necesario.— The content is on
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—Sé que necesitas dinero, asi que témalo, es lo que te doy por ser mi aprendiz.
Leandro insistia en darselo, sin permitirle rechazarlo.

Mientras los dos se empujaban y jaloneaban, de repente soné un —beep— en la
puerta de enfrente interrumpiendo sus acciones.

Evrie, por instinto, mir6 hacia arriba y se encontré con la cara fria y distante de
Farel...

Rayos, me han pillado.


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