Chapter Capítulo 37
Abrió sus ojos muy lentamente, sintiendo todo su cuerpo más ligero. Lo primero que vio fueron unos ojos grises y sintió como la tomaban del rostro delicadamente.
—¿Lily? ¿Cómo te sientes, cariño?
—Mmm...¿Draco?—se incorporó lentamente, encontrándose con que frente a ella estaba Blaise, Theo, Daphne, Cassius y Hermione.
—Reina, no me quiero quejar pero, realmente, ¿Cómo esperas que sea tu guardián si no me llevas a tus locas aventuras?—espetó Cassius.
—Personalmente no me gusta tenerlas y no las busco.—respondió Lily con la voz seca. Draco le extendió un vaso con agua y bebió.
—Informaré a Madame Pomfrey de que esta despierta.—dijo Daphne.
—¿Qué ha pasado?—pregunto Lily.
—Bueno, te desmayaste después de hacer tu patronus. Uno fabuloso y de quince metros.—informó Theo.
—¡¿Quince metros?!
—Sí, incluso salió en el profeta.—asintió Blaise.
—¿Y qué forma tiene?—pregunto. Draco sonrió de lado. Blaise, Theo y Cassius sonrieron divertidos.
—Oh, era un bonito y grande dragón.—respondió Theo.
Lily se sonrojo ligeramente, fulminándolos con la mirada y estos rompieron en carcajadas. Hermione se sentó a su lado y le extendió un periódico y una carta.
—Estuviste inconsciente una semana, esto es de un día después de lo sucedido.—informó Hermione con suavidad.
Lily tomó el periódico, donde había un enorme titular con la foto de Pettigrew arrestado.
SIRIUS BLACK, INOCENTE.
PETER PETTIGREW, EL VERDADERO TRAIDOR.
Lily leyó la nota, ahí explicaban todo. Como Sirius Black jamás traicionó a los Potter, sino que había decidido que James y Lily nombraran a Peter Pettigrew como su guardián secreto del encantamiento Fidelio porque consideró que era menos probable que lo consideraran una amenaza.
Pettigrew vendió a los Potter a Voldemort y cuando ocurrió el asesinato de Lily y James, este se encontró con Sirius y lucharon, creo una gran explosión que mato a doce muggles y un mago y lanzó un rictusemptra que lo hizo reír hasta que llegaron los aurores. Peter Pettigrew huyo, se cortó un dedo haciendo pensar que Sirius Black lo había matado y se transformó en una rata donde se coló en la familia Weasley, viviendo todos estos años.
Sirius Black fue indemnizado por daños y perjuicios con 22 millones de galeones muy bien merecidos y ahora se encontraba actualmente en tratamiento en San Mungo para reponerse de Azkaban. Peter Pettigrew, por otro lado, estaba recluido en Azkaban, destinado al beso del Dementor a finales del siguiente mes.
Al terminar de leer, Lily suspiró y abrió la carta.
Querida Lily
Ni siquiera se bien como comenzar esta carta. Espere este día, el ser libre, por doce largos años y lo único que me mantenía cuerdo y con las fuerzas suficientes para seguir viviendo, era que tu estabas viva en alguna parte.
¿Cómo estas? ¿Cómo te sientes? Poppy le dijo a Remus que quizá despertarías hasta dentro de unos días por el desgaste físico y emocional que tuviste.
Por cierto, perdón por romperles a ti y a tu amigo dos costillas.
Como ya habrás notado, mi forma animaga es de un perro negro lanudo muy parecido a un Grim, gracias a que era un animago, pude transformarme dentro de Azkaban e impedir que los dementores me afectaran demasiado, también fue así como escape.
Supongo sabes que soy tu padrino, si no es así, pues te lo vengo informando. Personalmente, nada me haría más feliz que el que te vinieras a vivir conmigo. Actualmente estoy internado en San Mungo, Remus está conmigo, tuvo que renunciar a su trabajo como profesor porque el imbécil de Snape le dijo a todos que era un licántropo.
Bueno, me estoy desviando. Como decía, estoy en San Mungo, recibiendo una gran cantidad de pociones para reponer mi cuerpo, mi magia y mi estabilidad mental, aunque, aquí entre nos, siempre he estado un poco loco, eso viene de parte de mi familia. Los Black siempre tienen algo de locura dentro de sí.
Volviendo al tema, me encantaría que vivieras conmigo. Saldré de San Mungo en un mes, por lo que en vacaciones podría ir por ti a casa de tus tíos, ayudarte con tus cosas y traerte a vivir conmigo. Remus también vivirá con nosotros.
Remus me contó que eres una Slytherin y quiero que sepas que James, aunque le hubiera dado un infarto por la casa en que quedaste, inmediatamente se habría recompuesto y habría proclamado a los cuatro vientos que su hija sería la mejor Slytherin del mundo.
Y yo no tengo duda de que lo eres.
Hablando de tus tíos, quisiera disculparme contigo. Te di un buen susto aquella noche del año pasado cuando abandonaste la casa de tus tíos con tu amigo. Solo quería verte antes de comenzar mi viaje hacia el norte, pero creo que te alarmaste mucho al verme.
También hay algo que no te he contado: fui yo quien te envió la Saeta de Fuego. Crookshanks (ese gato es maravilloso, luego lo traes a la casa, me gusta jugar con él) llevó el envío a la oficina de correos. Utilicé tu nombre, pero les dije que cogieran el oro de la cámara de Gringotts número 711, la mía. Por favor, considéralo un regalo que mereces que te haga tu padrino por cumplir trece años.
Bien, esta carta no creo que tenga pies o cabeza, pero espero haber expresado todo lo que necesitaba. Quiero que sepas que te amo y eres lo más bonito que tengo en la vida.
Siempre tuyo, mi pequeña Lily-flor
Sirius Black.
PD: Remus te deja el mapa del merodeador en el sobre. Como ya no es un profesor, dice que no importa si te lo da. Eres libre de usarlo.
PPD: La lechuza que trae esta carta regálensela al pelirrojo, se quedo sin rata por mi culpa.
PPPD: Cuidado con el caramelo de limón.
—¿Qué dice?—pregunto Cassius, curioso.
—Quiere jugar con el gato de Hermione y que la lechuza que trajo la carta se la den a Weasley.—respondió Lily y Draco le arrebato la carta.
—Ya se la doy.—dijo Hermione.
—¿Aceptaras?—pregunto Draco.
—¿Aceptar qué?—pregunto Hermione.
—Quiere que me vaya a vivir con el.—suspiró.
—¡Eso es genial!—exclamó Daphne.— Al fin vivirías entre los nuestros.
—Alguien deme papel y tinta.—pidió Lily.
—No lo rechaces tan cruelmente, es un hombre que ya sufrió suficiente.—dijo Hermione.
—¿En serio le dirás que no?—pregunto Theo.
—¿Podrían, por favor, dejarme sola?—pidió con un suspiro.
Todos asintieron en silencio y comenzaron a salir de la enfermería. Draco besó su frente antes de salir. Tomo el papel y tinta que Hermione le había dejado y comenzó a escribir.
Estimado Señor Black
Quizá me he dirigido demasiado formal, pero realmente no se como decirle. Le informó que me encuentro bien, recién he despertado y no tengo ninguna secuela. Me alegro de que usted sea libre al fin y de que todo se haya aclarado. Nadie merece ser juzgado injustamente, aunque, supongo que su varita la rompieron cuando fue declarado culpable, por lo que espero que pueda conseguir una que se acople a usted lo más fielmente posible.
Espero que su recuperación en San Mungo vaya bien y que con la compañía del Profesor Lupin logre superar estaba mala racha. También agradézcale al profesor Lupin por el mapa, si bien no creo usarlo demasiado, nunca se sabe. Aunque, incluso si no me lo hubiera devuelto, ya había hecho una copia. Igual gracias.
Agradezco la Saeta de Fuego que me ha regalado, es un regalo maravilloso. En cuanto a Crookshanks, quizá luego Hermione, mi amiga Gryffindor, lo lleve para que juegue y conviva con usted.
Respecto a su...invitación a irme a vivir con usted, lo lamento mucho pero eso no sucederá. Me encuentro muy feliz viviendo con mi tía Petunia y mi primo Dudley. Soy feliz viviendo con ellos, me tratan muy bien y, siendo honesta, no sería correcto de mi parte irme a vivir con usted cuando mi tía se ha hecho cargo de mi toda mi vida. Más aparte, y no es por hacerlo sentir mal, realmente no lo conozco. Lo único que he sabido de usted es que era el mejor amigo de mi padre y que es mi padrino.
Espero comprenda mi posición y la respete. No tengo ningún problema en que me visite o en yo visitarlo, pero no tengo intención alguna de irme a vivir con usted.
Deseo su pronta recuperación.
Saludos cordiales a usted y al profesor Lupin,
Lily Potter.
PD: No se preocupe, hace mucho que tome medidas respecto a ello.
Al terminar la carta, Lily la analizó. Si bien era bastante fría y algo seca, estaba diciendo lo justo y necesario sin la intención de sonar mala. Suspiro pesadamente y la doblo. Hedwig, quien estaba a su lado, tomó la carta y emprendió vuelvo.
Miro sus manos. De pronto, había vuelto a sentir como si hubiera perdido algo muy importante. Suspiro nuevamente y alzo la mirada, sintiendo la brisa que entraba por la ventana.
Solo esperaba que su siguiente año fuera más amable con ella. Estaba harta de poner su vida en riesgo.
Ese mismo día, después de la cena donde toda su casa se mostro solidaria con ella y lanzó miradas fulminantes a los cuchicheos externos sobre su persona, Lily fue llamada al despacho de Dumbledore, donde al entrar se encontró con este esperándola con una suave sonrisa en su rostro.
—Pasa, Lily. ¿Cómo te sientes? —pregunto amablemente.
—Estoy bien, director. ¿Se le ofrece algo?—cuestionó arqueando una ceja.
—No es nada, solo quería saber como te encontrabas después de todo lo que has tenido que pasar este año.—dijo, mirándola a los ojos.
Lily tuvo que suprimir el impulso de maldecir al notar que intentaba leer su mente. Le permitió ver algunos recuerdos simples y sin sentido, restringiéndole los demás. Agradecía mucho que Theo le hubiera insistido en aprender Oclumancia en su primer año.
—Debes saber, Lily, que aunque sea muy difícil vivir con los Dursley, debes quedarte con ellos.
—¿Dursley?—enarcó una ceja.—Solo vivo con mi tía y mi primo. ¿No lo sabía?—cuestionó.
A Lily le pareció ver como la expresión de Dumbledore era de sorpresa, un poco de temor y finalmente, enfado, para después volver a sonreír, esta vez un poco tenso.
—Ya veo...¿y te tratan bien?
—No se preocupo por ello los últimos trece años, no veo porque ahora sí.—dijo Lily con simpleza.
—Querida Lily, tengo tantas cosas...no siempre podía estar al pendiente de ti.—suspiró abatido
—En todo caso, ¿solo me trajo aquí porque quiere saber si me mudare con Black?—cuestionó. Dumbledore la miro con seriedad y asintió.— Estese tranquilo, no lo haré. Aunque tengo una pregunta.
—Dime, Lily.—sonrió.
—¿Porqué mi padrino estuvo encarcelado sin un juicio justo y usted no hizo nada para cerciorarse de que fuera cierto?—cuestionó Lily.—¿Porqué me dejo en casa de mi tía cuando se supone que los niños mágicos no debemos crecer fuera de nuestro entorno? y una mejor pregunta todavía es ¿porqué me dejaría con los Dursley si usted sabía que, especialmente mi tío, no era la mejor persona del mundo?
Un silencio inundo la sala. Ya no había sonrisas falsamente amistosas. Dumbledore la miraba con extrema seriedad y un brillo de enfado en la mirada. Lily le respondía con la misma intensidad.
—Creo que es mejor que vuelvas a tu sala común, Lily.
—Creo que sí, profesor.
Sin decir nada más, Lily salió del despacho, deteniéndose un segundo para escuchar como algo se estrellaba contra la pared. Al parecer el profesor Dumbledore no era el mejor controlando sus emociones.
Mientras descendía por la escalera, Lily solo pudo pensar que no podía confiar en el. Dumbledore empezaba a mostrar sus verdaderos colores.
Y ella no estaba segura de que tan bueno o malo fuera eso.