Chapter Capítulo 17
La señora Pomfrey no estuvo nada contenta con lo que hizo el profesor Lockhart y obligo a Lily a beber la poción Crecehuesos, informándole que debía pasar la noche ahí. Theo y una muy preocupada Hermione, se quedaron con ella un rato más hasta que la enfermera los corrió.
Horas después, Lily despertó sobresaltada y vio como alguien le ponía una esponja en la frente.
—¡Fuera!—grito y luego, lo reconoció.—¡Dobby!
—Lily Potter ha vuelto al colegio.—susurró triste el elfo.— Dobby avisó y avisó a Lily Potter. ¡Ah, señorita! ¿Porqué no hizo caso a Dobby? ¿Porqué no volvió a casa Lily Potter cuando perdió el tren?
—Oh, porque no se me ocurrió.— masculló Lily.— fuiste tú.
—Sí, señorita, claro. Dobby se ocultó y vigilo a Lily y selló la verja, y Dobby tuvo que quemarse después las manos con la plancha, pero a Dobby no le importó, señorita, porque pensaba que Lily Potter estaba a salvo, ¡pero no se le ocurrió que Lily Potter pudiera llegar por otro medio! ¡Dobby se llevó semejante disgusto cuando se enteró de que Lily Potter estaba en Hogwarts, que se le quemó la cena de su señor! Dobby nunca había recibido tales azotes, señor...
—¿Tu te has llevado disgustos?— lo miró mal— Dobby, lárgate antes de que terminen de crecer los huesos de mi brazo y te estrangule.
—Dobby esta acostumbrado a las amenazas, señor. Dobby las recibe en casa cinco veces al día.—se sonó la nariz con la esquina del sucio almohadón que llevaba puesto.
—¿Porqué siempre llevas eso?
—¿Esto? Es un símbolo de la esclavitud del elfo domestico, señorita. A Dobby solo podrán liberarlos sus dueños un día si le dan alguna prenda. La familia tiene mucho cuidado de no pasarle a Dobby ni siquiera un calcetín, porque entonces podría dejar la casa para siempre...¡Lily Potter debe volver a casa! Dobby creía que su bludger bastaría para hacerle...
—¿Su bludger? ¿Acaso quieres matarme?
—¡No, matarle no, señorita, nunca! ¡Dobby quiere salvarle la vida a Lily Potter! ¡Mejor ser enviada de vuelta a casa, gravemente herido, que permanecer aquí señorita! ¡Dobby solo quería ocasionar a Lily Potter el daño suficiente para que la enviaran a casa?
—¿Nada más?—masculló irritada.—¿Porqué quieres que me vaya?
—¡Ah, si Lily Potter supiera...! ¡Si supiera lo que significa para nosotros, los parias, los esclavizados, la escoria del mundo mágico...! Dobby recuerda como era todo cuando El-que-no-debe-ser-nombrado estaba en la cima del poder, señorita. ¡A nosotros los elfos domésticos se nos trataba como a alimañas, señorita! Desde luego, así es como aún tratan a Dobby, señorita. Pero señorita, en lo principal la vida ha mejorado para los de mi especie desde que usted derroto al Que-no-debe-ser-nombrado. Lily Potter sobrevivió y cayó el poder del Señor Tenebroso, surgiendo un nuevo amanecer, y Lily Potter brilló como un faro de esperanza para los que creíamos que nunca terminarían los días oscuros, señorita...Y ahora, en Hogwarts, van a ocurrir cosas terribles, tal vez están ocurriendo ya, y Dobby no puede consentir que Lily Potter permanezca aquí ahora que la historia va a repetirse, ahora que la Cámara de los Secretos ha vuelto a abrirse.
De pronto, pareció darse cuenta de su error.
—Dobby malo, Dobby muy malo...
—Así que si existe la cámara...pero en todo caso, soy sangre pura, ¿porqué es un peligro para mí?
—Ah, señorita, no me haga más preguntas, no pregunte más al pobre Dobby. Se están planeando acontecimientos terribles en este lugar, pero Lily Potter no debe encontrarse aquí para que se lleven a cabo. Váyase a casa, Lily Potter. Váyase, porque no debe verse involucrada, es demasiado peligroso...
—¿Quién la ha abierto, Dobby?
—¡Dobby no puede hablar, señorita, no puede, Dobby no debe hablar! ¡Váyase a casa, Lily Potter! ¡Váyase a casa!
—¡No ire a ningún lado! ¡Mi mejor amiga es de familia muggle y su vida esta en peligro si la cámara volvió a ser abierta!
—¡Lily Potter arriesga su propia vida por sus amigos! ¡Es tan noble, tan valiente...! Pero tiene que salvarse, tiene que hacerlo, Lily Potter no puede...
En ese momento se escucharon pasos acercándose. El elfo desapareció y Lily fingió continuar dormida. Esa misma noche trajeron el cuerpo petrificado de Colin Creevey, quien llevaba su cámara y un racimo de uvas, probablemente para compartir con ella.
A la mañana siguiente, Lily fue saludada por los miembros de su casa mientras que iba al patio con Hermione y Theo, donde les contó todo lo sucedido.
—Que no te quiera cuidar mucho ese elfo o sino no quedarán ni tus cenizas para enterrar.—se burló Theo.
—Sí, pero si realmente es así de grave la situación, debemos hacer lo posible por investigar.—dijo Hermione y Lily asintió.
El lunes, la noticia de que Colin Creevey yacía petrificado en la enfermería se difundió por todo el Colegio. Debido a esto, los alumnos de primero empezaron a andar por los pasillos en grupos grandes y compactos.
Durante la segunda semana de diciembre, el profesor Snape paso a recoger los nombres de los que se quedarían en el colegio en Navidad. Lily, Theo, Draco, Crabbe, Goyle y Blaise, se anotaron. Hermione, aunque los Weasley también iban a quedarse, se anotó para pasar navidad con sus amigos.
Una semana más tarde, en el tablón de anuncios se colgó un cartel para notificar que abrirían un club de duelo y su primera sesión sería esa misma noche. A las ocho, en el Gran Comedor, las grandes mesas habían desaparecido y adosado a lo largo de una de las paredes había una tarima dorada, iluminada por miles de velas que flotaban en el aire. La mayor parte del alumnado, y todos los Slytherin, estaban reunidos ahí.
—¿Porqué están todos los Slytherin?—pregunto Hermione.
—Marcus insistió diciendo que no querríamos perdérnoslo.—explicó Theo.
Lockhart apareció, encaminándose a la tarima, acompañado de Snape. Rogó silencio con un gesto del brazo y dijo:
—Vengan aquí, acérquense. ¿Me ve todo el mundo? ¿Me oyen todos? ¡Estupendo! El profesor Dumbledore me ha concedido permiso para abrir este modesto club de duelo, con la intención de prepararlos a todos ustedes por si algún día necesitan defenderse tal como me ha pasado a mí en incontables ocasiones,
»Permítanme que les presente a mi ayudante, el profesor Snape. El dice que sabe un poquito sobre el arte de batirse y ha accedido desinteresadamente a ayudarme con una pequeña demostración antes de empezar. Pero no quiero que se preocupen los mas jóvenes: no se quedaran sin profesor de Pociones después de esta demostración ¡no teman!
—Vayan preparando el velorio.—se burló Draco y los Slytherin sonrieron maliciosamente.
En el labio superior de Snape se apreciaba una especie de mueca de desprecio. Lockhart y el se encararon y se hicieron una reverencia. O, por lo menos, Lockhart lo hizo, con mucha floritura de la mano, mientras que Snape movía la cabeza de mal humor. Luego alzaron sus varitas frente a ellos, como si fueran espadas.
—Como ven, sostenemos nuestras varitas en la posición de combate convencional.—explicó Lockhart a la silenciosa multitud.— Cuando cuente tres, haremos nuestro primer embrujo. Pero claro esta que ninguno de los dos tiene intención de matar.
—Yo que el no hablaba por ambos.—dijo Lily con sorna.
—Una...dos...y tres.
Ambos alzaron las varitas y las dirigieron a los hombros del contrincante. Snape grito:
—¡Expelliarmus!
Resplandeció un destello de luz roja, y Lockhart despegó en el aire, voló hacia atrás, salió de la tarima, pego contra el muro y cayó resbalando por él hasta quedar tendido en el suelo. Todos los Slytherin vitorearon. Hermione se puso de puntillas.
—¿Creen que estará bien?—chillo por entre los dedos con que se tapaba la cara.
—¿A quien le preocupa?—dijeron Lily y Theo al mismo tiempo.
Lockhart se puso de pie con esfuerzo.
—¡Bueno, ya lo han visto! Eso ha sido un encantamiento de desarme; como pueden ver, he perdido la varita...¡Ah, gracias, señorita Brown! Sí, profesor Snape, ha sido una excelente idea enseñarles a los alumnos, pero si no le importa que se lo diga, era muy evidente que iba a atacar de esa manera. Si hubiera querido impedírselo, me habría resultado muy fácil. Pero pensé que sería instructivo dejarles que viera...
Snape parecía dispuesto a matarlo, Lockhart pareció notarlo, por lo que decidió que era momento de colocarse todos en pareja. Lockhart colocó a Hermione con Millicent Bullstrode, quien la miro desdeñosa, pero Lily no se preocupo. Sabía que nadie de su casa le haría daño a Hermione a menos que quisieran un problema con ella. Lily, por su parte, se colocó con Theo.
Los Slytherin realizaron bien la practica, pero había mucho que decir de como lo realizaron los demás de otras casas.
—Creo que será mejor que les enseñe a interceptar los hechizos indeseados.—dijo Lockhart, pero al ver la mirada de Snape, deseosa, cambio de opinión.—Necesito un par de voluntarios...Longbottom y Finch-Fletchley, ¿Qué tal ustedes?
—Mala idea, profesor Lockhart.—dijo Snape, deslizándose como un murciélago grande y malévolo.— Longbottom provoca catástrofes con los hechizos más simples, tendríamos que enviar a Finch-Fletchley a la enfermería en una caja de cerillas. ¿Qué tal Malfoy y Weasley?—propuso, con el único afán de presumir su casa y ridiculizar al Weasley.
—¡Excelente idea!—dijo Lockhart y los insto a subir—Veamos, Ron, cuando Draco te apunte con la varita, tienes que hacer esto.
Levanto la varita, intentó un complicado movimiento, y se le cayó al suelo. Snape sonrió y Lockhart se apresuró a recoger.
—¡Vaya, mi varita esta un poco nerviosa!
Snape se acercó a Draco, se inclinó y le susurró algo al oído. Draco también sonrió y Weasley miró asustado a Lockhart.
—Profesor, ¿me podría explicar de nuevo como se hace eso de interceptar?
—¿Tan rápido te rindes, Weasley?—murmuró Weasley, de forma que Lockhart no pudiera oírle. Este último le dio una palmada amistosa a Weasley en el hombro.
—¡Simplemente, hazlo como yo, Ron!
—¿El que? ¿Dejar caer la varita?—se burló Lily.
—Tres, dos, uno, ¡ya!
Draco levantó rápidamente la varita y bramó:
—¡Serpensortia!
Hubo un estallido en el extremo de su varita. Weasley vio, aterrorizado, que de ella salía una larga serpiente negra, caía al suelo entre los dos y se erguía, lista para atacar. Todos se echaron atrás con un grito y despejaron el lugar en un segundo.
—No te muevas, Weasley. Me encargare de ella.—dijo Snape.
—¡Permítanme!—grito Lockhart.
Blandió su varita apuntando a la serpiente y se oyó un disparo: la serpiente, en vez de desvanecerse, se elevó en el aire unos tres o cuatro metros y volvió a caer en el suelo con un chasquido, justo en medio de un grupo de Slytherin. Las demás casas se alejaron aún más. Furiosa, silbando de enojo, la serpiente se deslizó derecha hacia Daphne Greengrass y se irguió de nuevo, enseñando los colmillos venenosos.
—No le hagas nada.—pidió Lily en voz baja a la serpiente, quien se detuvo.
—¡Lily!—exclamó Daphne, aterrada y sorprendida.
Marcus, quien estaba frente a ella, alzó su varita y petrifico a la serpiente para después casi taclear a Lily al suelo, cubriéndole la boca bruscamente y levantándose con ella en brazos.
—¡Profesor! ¡La serpiente atacó a Lily! ¡La llevo a la enfermería!—grito Marcus cubriendo con su cuerpo a la chica, saliendo rápidamente de ahí.
—¡¿Qué estas haciendo, Marcus?!—se quejó Lily en cuanto este le destapo la boca.
Pero Marcus no respondió. Estaba muy serio y tenso. La cargo entre sus brazos y no la libero hasta que hubieron llegado a la sala común, donde la hizo sentarse en el sillón y quedarse quieta. Diez minutos más tarde, toda la sala común estaba llena con todos sus integrantes.
—Potter.—hablo Marcus fríamente.— ¿Porqué no nos dijiste que hablas pársel?
—¿Qué hablo qué?—los miro confundida y el rostro de incredulidad corrió por todos.
—Pársel, —intervino Theo, sentado a su lado.— Es la lengua de las serpientes.
—Ahh.—asintió tranquila.— No se como lo aprendí, una vez el año pasado, en el cumpleaños de mi primo, fuimos al zoológico y sin querer libere una boa.— Todos la miraron impactados.— ¿Qué?
—¿Qué fue lo que le dijiste a la serpiente cuando se acercó a Daphne?—pregunto Marcus.
—¿De que hablan? Estaban ustedes ahí, le pedí que no le hiciera daño.—se quejó.
—Lily.—llamó Draco.
—¿Mmm?—lo miró.
—La lengua pársel es muy extraña, casi ninguno lo habla, por no decir que se creía extinta. Los únicos que la han dominado son magos oscuros, entre ellos Salazar Slytherin.—explico.
Y en ese momento, Lily empalideció.