¡Mamá más Suave! Papá Llora Otra vez novela completa

Capítulo 30 

Alrededor, la gente escuchaba con curiosidad cómo Marisa continuaba hablando. 

“Fue durante el matrimonio de otra persona, calculadora con el Sr. Beltrán y su primera esposa, aprovechándose cuando el Sr. Beltrán estaba borracho, se metió en su cama, quedó embarazada. Luego diseñó un plan para ahuyentar a la primera esposa. Diganme, ¿acaso no es esa una persona despreciable y malvada? Es como si no tuviera ni un poco de dignidad, y ahora incluso se enorgullece de ello, sin vergüenza alguna.” 

La voz de Marisa sonaba bastante fuerte, por lo que todos los presentes podian escucharla. 

El ambiente que había estado tranquilo, de repente se llenó de murmullos. 

Que Luciano había tenido una esposa antes no era un secreto. 

Verónica apretó los labios, temblando y dijo: “Cállate, yo no hice eso.” 

“¿No? Realmente no eres una sinvergüenza.” 

Marisa, aún insatisfecha, continuó, “La amante siempre será la amante, aunque al final se convierta en la Sra. Beltrán, nunca será respetada. Solo ustedes dos pueden estar orgullosos de eso, es ridiculo, vergonzoso y despreciable.” 

Las palabras de Marisa hicieron que Verónica temblara aún más de ira. 

Pero Marisa no la había acusado falsamente, dejándola sin palabras para refutar sus acusaciones. 

“Pero esto en realidad también es algo feliz, después de todo, un hombre indigno encontró a su pareja, basura con basura.” 

El rostro de Verónica se puso pálido debido a la ira. 

Adela, siendo la sirvienta más leal de Verónica, naturalmente no dudó en defenderla, “Marisa, cállate, el Sr. Beltrán siempre amó a Verónica, incluso estaban comprometidos desde el principio, fueron amigos de la infancia, y al final fue Rosalba quien se interpuso y tomó el lugar de la Sra. Beltrán, quién es la verdadera otra se sabe bien.” 

“Repite eso si te atreves, cuando Luciano estaba al borde de la muerte, ella rompió el compromiso y huyó más rápido que un conejo. Si no fuera porque Rosi donó…” 

“¡Mari!” Rosalba detuvo a Marisa, impidiéndola de continuar. 

Marisa, frustrada, cerró la boca, pero no sin antes lanzar otro insulto, “Sin vergüenza, olvidé que tu madre también era una amante, la hija de una amante siendo amiga de otra. Tienen mucho en común, ¿verdad?” 

“¿Qué?” Adela se puso verde de la rabia. 

Rosalba, conteniendo el deseo de seguir discutiendo de Marisa, dijo: “Déjalo, Verónica vino a propósito, quién sabe qué truco quiere jugar ahora, mejor nos vamos.” 

Solo después de que Rosalba lo dijera, Marisa estuvo dispuesta a dejarlo y las dos llamaron al mesero para empacar los platos que apenas habian probado. 

Adela, con desprecio, siseo, ‘Ni siquiera pueden terminarse eso, tipico de quien pretende ser más de lo que 

es.” 

Rosalba, conteniendo su creciente ira, le hizo una señal a Marisa para que no reaccionara impulsivamente. 

El personal de seguridad y los meseros del restaurante, viendo que la situación podria escalar, se acercaron, “Señoritas, por favor, cálmense… 

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Capitulo 30 

Adela le dijo directamente al mesero, “Ellas dos no tienen dinero, seguramente intentarán irse sin pagar, no las dejen escapar.”