¡Mamá más Suave! Papá Llora Otra vez novela completa

Capítulo 3 

Cinco años después. 

En el Hospital Floridalia.- 

En la sala de conferencias, Rosalba, vestida con una impecable bata blanca, sostenia un informe de diagnóstico de un paciente, señalando hacia la pantalla de proyección mientras explicaba su plan de tratamiento. 

Los expertos médicos sentados escuchaban atentamente el plan de tratamiento de Rosalba y no podian evitar hacer preguntas. 

“Dra. Astrid, ¿estás sugiriendo que este paciente podria ser tratado mediante acupuntura?” 

Rosalba asintió, “Asi es.” 

El director Guillermo, sentado junto a ellos, que había escuchado toda la presentación, asintió con la cabeza, “Astrid, este paciente es muy especial y ha pedido especificamente ser tratado por ti, ¿estás segura de poder lidiar con ello?” 

Rosalba hojeó el informe del paciente que sostenia en sus manos, y miró a Guillermo con una sonrisa confiada y firme. “No se preocupe, estoy segura.” 

Al escuchar estas palabras, Guillermo también se sintió aliviado. 

Rosalba fue recomendada personalmente por el antiguo director hace tres años, cuando solo tenía veinticinco años y tenía un niño de dos. Muchos dudaban de sus habilidades médicas. 

Pero en solo tres años, habia demostrado su valia a todos, ganándose su respeto y admiración. 

Si ella decía que no había problema, Guillermo podia sentirse completamente tranquilo. 

“Muy bien, el paciente ya está en la sala de consulta para realizar un examen más detallado, ven conmigo.” 

Rosalba levantó la mano, miró su reloj, y se dio cuenta de que debería ir a recoger a Darito de la escuela, pero ya que el paciente ya estaba en la consulta, no tenia más opción que seguir adelante. 

Solo le quedaba llamar y disculparse con el pequeño, pidiéndole a Leopoldo que recogiera a Darito por ella. 

Después de la llamada, la expresión del bello rostro de Rosalba volvió a su habitual serenidad. Se puso su mascarilla y siguió a Guillermo hacia la sala de consulta. 

Dentro, un hombre elegante y autoritario estaba sentado en el sofá, con las piernas cruzadas y un rostro guapo que parecia ligeramente indispuesto, actualmente con los ojos cerrados, descansando. 

También había dos enfermeras en la sala. 

Las enfermeras, enfrentándose a la fria y distante aura del hombre, se sintieron rigidas, incluso respirando más suavemente, temiendo perturbarlo. 

Con un “clic“, la puerta de la sala de consulta se abrió, y Rosalba entró siguiendo a Guillermo, 

Las enfermeras saludaron, ‘Director, Dra. Astrid.” 

Guillermo asintió con la cabeza. 

Rosalba respondió suavemente, “Si.” 

El hombre, al escuchar el ruido, lentamente abrió sus cautivadores ojos. 

Rosalba levantó la vista, y con un breve vistazo al hombre en el sofá, sintió de repente como si su sangre se 

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Capitulo 3 

congelara. 

El hombre llevaba puesto un traje oscuro de diseñador, su rostro tenía rasgos bien definidos, cejas largas que se extendieron hacia las sienes, una nariz prominente y labios delgados y firmes, Irradiando una innata arrogancia y distinción natural. 

En sus profundos ojos no se vislumbraba ni un ápice de calidez. 

¡Este era el paciente de alto perfil mencionado por Guillermo! 

¡Luciano! 

Guillermo se acercó con una sonrisa y dijo: “Sr. Beltrán, permitame presentarle a nuestra Dra. Astrid. Astrid, por favor, saluda al Sr. Beltrán.” 

Luciano dirigió su mirada hacia la mujer detrás del director del hospital. La mujer, con el cabello recogido de manera eficiente, llevaba una mascarilla que cubría la mitad de su rostro, mostrando solo sus delicados ojos, sin hablar. 

Al ver esos delicados ojos, Luciano sintió una familiaridad inexplicable. 

Rosalba, nerviosa, mantenía la cabeza baja con respeto, “Es un placer, Sr. Beltrán,” 

Luciano entrecerró los ojos peligrosamente, fijando su mirada en ella durante unos segundos. 

El ambiente se puso tenso, con Guillermo observando alternativamente a Luciano y a Rosalba, confundido por la situación. 

Mientras tanto, ella, por su parte, ya estaba empapada de sudor por toda su espalda. 

Después de cinco años sin verse, nunca imaginó que su reencuentro sería en estas circunstancias.