Chapter Capítulo 84
Fernando
Hace más de cuatro meses me casé con Tamara y me mudé oficialmente a Londres. Creí que la distancia me serviría para olvidarla, pero simplemente me mentí a mí mismo.
Ni durante un segundo la he quitado de mi mente. La veo en Aarón en cualquier mujer que me encuentro en la calle incluso en Tamara cuando me acuesto con ella.
Ya no sé cómo quitarme esta maldita obsesión por una mujer que no me ama y espera un hijo de otro.
Debe estar feliz con Diego, Emiliano u otro. Con lo hermosa que es no le costará ningún trabajo encontrar a otro hombre que la acepte con ese bebé.
Con su carita de niña buena e inocente desde que tiene dieciséis años me maneja a su antojo.
En este instante me encuentro frente a Aarón quien está haciendo un dibujo para su clase de Arte del colegio. No mentiré durante las últimas semanas le ha costado mucho trabajo adaptarse al nuevo país y el colegio.
Ni siquiera cuando le compro juguetes o le llevo a parques acuáticos lo veo feliz.
La psicóloga infantil me ha dicho que es normal su actitud y debo ser muy paciente con el debido a que se ha vuelto muy rebelde.
Rompe sus juguetes y pelea con sus compañeros del colegio también con Tamara suele ser muy grosero, ya no sé que hacer para hacerlo feliz.
También me recomendó que tenga contacto con su madre ya sea con llamadas o mensajes, pero me he negado.
—¡Mami! —Dice el cuándo observa la televisión
Se está transmitiendo una nota de los periodistas afuera de las empresas. No sé si se deba a la cercanía del juicio u otra cuestión.
Puedo observar a Belinda caminar frente a los periodistas diciendo que no dará ninguna declaración.
Es increíble lo hermosa que se ve con su enorme vientre, creo que le faltan uno o dos meses para tener a su hijo. El hijo de Diego y Belinda, me quema el pensar en ese niño.
Sé que es un ser inocente, pero es el recordatorio de que ella se entregó a otro como lo hacía conmigo.
Verdaderamente, no entiendo por qué prosigue con sus mentiras. Perderá este juicio como perdió la custodia de Aarón, está destinada al fracaso.
Salí de mis pensamientos cuando el televisor se apagó debido a que Tamara.
—Ya está la cena— Anuncia Tamara
—Enano pronto será tú cumpleaños que quieres de regalo.
—Quiero ver a mami.
—Te haré una gran fiesta con tus compañeros del colegio.
—No me caen bien. Quiero ver a mami y al tío José Luis o no quiero nada.
—Aarón no quieres cenar pizza. —Le pregunta Tamara intentando cambiar de tema y él niega con la cabeza
—No quiero nada —Es todo lo que dice antes de alejarse
—¡Mierda! —Exclame —Estoy cometiendo estupidez tras estupidez Tamara
Ella niega con la cabeza —Pronto se olvidará de esa cualquiera. Me esforzaré mucho más mi amor.
—No es lo mismo, Edward nunca reemplazo a mí, padre y tú no reemplazarás a Belinda. Ella tenía razón en lo que me dijo.
—Ya no pienses en esa zorra. —Ella se sienta en mi regazo y deja un beso en mis labios —Deberíamos tener la Luna de miel que nos debemos
—En otro momento, ¿Puedes encargarte de Aarón el fin de semana?.
—¿Por qué?
—Tengo unos asuntos que arreglar
—¿En dónde? ¿No irás a la Junta directiva verdad? No quiero que vuelvas, tu madre o yo podemos representarte.
Negué con la cabeza —Iré a New York a cerrar un trato con uno de los socios, me lo pidió mi jefe.
—Bien amor, Se que odias ser un empleado cuando en Vayarta eras uno de los jefes, pero es mejor para nosotros iniciar de nuevo.
—Lo sé
—Tu hijo me odia y acordé en salir con las chicas. La nana puede encargarse de él.
—Está bien
***
En este momento estoy en el avión con Aarón en brazos, ha sido un viaje muy largo, pero estamos a punto de aterrizar.
No quise arriesgarme a dejarlo con la nana porque este se comporta muy mal con la pobre mujer.
Siento que Tamara y mi madre me asfixian por ello ninguna de ellas saben que regresaré a Vayarta. Ellas se empeñan en mantenerme alejado y no comprenden el cariño que siento por la empresa que me dejo mi padre.
No confío en el manejo de Edward y mucho menos de mi tío Aníbal o Diego, yo personalmente debo ocuparme de supervisar manejo.
En cuanto aterrizamos John no tardó en llegar por mí al aeropuerto. Él me llevará a mi departamento con absoluta discreción porque deseo tomarlos por sorpresa en la Junta.
—Me alegra volver a verlo, Joven Fernando.
—Yo también a ti John y recuerda mantener la discreción.
—Por supuesto, Joven.
En cuanto llegamos a mi departamento subí a Aarón a la ducha y me dediqué a bañarlo también ordene una pizza en un restaurante.
—Mañana verás a los abuelitos y a tu tía Mariana.
—¿También a mami?
Asentí con la cabeza —Si también a ella, pero quiero que cuando regresemos cambies tu comportamiento y Tamara no puede enterarse.
—Porque no vuelves con ella y yo me quedo con mami. No me gusta mi nuevo colegio ni la casa.
—Eso no es posible, tú tienes que estar conmigo.
Durante la noche simplemente nos dedicamos a descansar en el cuarto. Ahora que estamos a solas lo noto mucho más tranquilo.
***
A primera hora Aarón me despertó, al parecer no le afectó en lo absoluto el cambio de horario.
Me dediqué a ducharme mientras él devora el desayuno.
Me estoy arrepintiendo de permitir que él vea a Belinda, pero no soporto ver a mi hijo triste y quizás la psicóloga tenga razón y después de ver a su madre cambie de actitud.
No le pude mentir a ella y debí confesarle que Aarón y ella tenían una relación muy sólida. Pensando objetivamente me doy cuenta de que Belinda nunca fue una mala madre y tal vez me dejé llevar por mis celos y mi dolor, no debí quitarle a nuestro hijo.
Fui un impulsivo quien no pensó en el daño que le causaba a quien más quería.
No tarde en llegar a la casa de Belinda, pero después de tocar varias veces me percaté de que nadie me abrió.
—¿Quiero ver a mami?.
—Quizás está en la empresa, vamos bebé.
—crees que esté enojada conmigo.
Negué con la cabeza —Por supuesto que no mi amor. Mami te ama mucho y seguramente te extraña como tú a ella, lo que ocurre es que no le avisé que vendríamos.
Estábamos a punto de irnos cuando la puerta se abrió y de allí salió José Luis quien me asesina con la mirada.
—Tío.
—Mi campeón —Él lo carga en brazos y deja un beso en su mejilla —Te extrañé mucho
—¿Y mami?.
—Mami se fue a pasar el fin de semana con Emiliano pero mañana volverá.
—José Luis puedes cuidar a Aarón mientras voy a la empresa.
—Por supuesto mi sobrino siempre será bienvenido en mi casa.—Él prácticamente me cierra la puerta en la cara.
Estaba a punto de llegar a mi carro cuando me percaté de que una persona conocida estaba llegando al lugar cargando unas compras. No dejo de mirarla, pero no puedo creer que se trate de ella porque no tiene ningún motivo para estar acá.
—Mi niño Fernando —Cuando menciono esas palabras me di cuenta de que efectivamente es ella.
Es la señora Gabriela, la mujer que crio a mi padre y mi tío Aníbal, recuerdo que la veía cada verano cuando íbamos a la hacienda.