Chapter Capítulo 76
Me desperté temprano más que por mi ruidosa alarma porque mi celular no deja de vibrar.
-Hola-No pude evitar lanzar un bostezo
-Buenos días, Señorita Uriarte le habla el licenciado Segovia ¿Me recuerda?.
Trate de conectar mis dos neuronas y recordar de quien se trata, pero yo no funcionó sin mi café y lo tengo terminantemente prohibido.
-Soy el licenciado encargado del testamento del señor Máximo Galván.
-Ah claro, lo recuerdo.
-La llamo para informarle que realizamos las averiguaciones previas, el trámite del cambio de apellido ya se completó y los resultados de la prueba de ADN realizados arrojaron un resultado positivo por lo cual se comprobó su identidad.
-Bien -Debí contenerme para no gritarles que se tardaron dos meses por una tontería
-Debe pasar a mi oficina cuanto antes para que se le haga entrega de su nueva identificación con su nuevo apellido y debe firmar unos papeles para tener acceso a la herencia.
-Claro y desde este momento puedo disponer de mis propiedades.
-Si señorita le aconsejo abrir una cuenta en el banco y depositar su dinero. También puede hacer inversiones para aumentar su fortuna, yo la puedo asesorar.
-Claro, soy Licenciada en Economía y sé perfectamente como triplicar mi dinero. Ya tengo una cuenta en el banco y me gustaría depositarlo allí.
-Como desee, la veo hoy en la tarde.
-Por supuesto y muchas gracias -Es todo lo que dice antes de cortar la llamada
Prácticamente, salte de la cama y me dediqué a cepillar mi cabello y vestirme, opte por un vestido color azul marino ajustado.
Es increíble que aún me quedé está prenda, pero tengo que aprovechar el tiempo y obviamente saldré a la calle con mi saco.
En cuanto baje a desayunar me percaté de que Margarita y mi tío ya están desayunando. Ella no es la más feliz con el trabajo en la peluquería pero lo tolera.
-¿Por qué tan feliz? -Me pregunta mi tío
-Me acaba de llamar el abogado y oficialmente esa herencia es mía simplemente debo firmar unas tonterías para transferir ese dinero a mis cuentas. ¿Qué quieren cenar está noche?. Yo invito.
Me percaté de que Margarita se ve feliz pero mi tío no.
-Quiero una buena cena, como la de los ricos y También podemos ir de compras. ¡Mi amiga es millonaria!.
Rodee los ojos -No soy millonaria
-Solamente ten cuidado, Belinda, tú sabes como son esas personas.
-Lo sé, tío los conozco a la perfección. Ya he pensado que hacer con ese dinero, lo principal es la prótesis para Mateo, comprar la casa de la abuela y contratar una enfermera para sus cuidados. En cuanto a ti tío.
Él niega con la cabeza -Yo estoy perfecto con mi trabajo
-Te matas trabajando y eso no será necesario teniéndome de mí
-No quiero vivir de ti -Dice el terco
-Bien, pero si aceptaras que le haga unos arreglos a la casa después de todo yo vivo acá
-Está bien
-Quiero hacer unas expansiones en la casa, Mateo y Aarón no serán siempre niños.
-Yo quiero esos dos millones que me debes -Bromea
Reí fuerte -Por supuesto si quieres puedes mudarte con el niño
Ella niega con la cabeza -A mí me encanta vivir con ustedes al menos que ya se hayan hartado de esta mujer humilde
-Eres bastante imprudente y hablas hasta por los codos, pero eres una excelente cocinera
-¡Muy graciosa Belinda!.
-Con ustedes dos tengo mi casa impecable y comida deliciosa no me puedo quejar.
Reí -No pensarás eso cuando Sarita o Emi te despierte a las cinco de la mañana
-Lo seguiré pensando
-No quieres gustarle a Emiliano y llamarás a tu bebé como él.
Reí -No le gustó por décima vez y aún no decido como llamarlo si es niño.
Emiliano o José Luis, José Emiliano, no me gusta. Nada pega con Emiliano.
Mi tío ríe -No le hagas la maldad de llamarlo como yo
-Tu nombre es muy lindo tío y porque me llamaron Belinda mamá y tú.
-Siempre quise llamar de esa forma a mi hija y Sara era una copiona. Me gustaba su significado “Belleza inmortal”.
-Si es niña puedes llamarla Sara Emilia y si es niño Luis Emiliano.
-Me gusta
El resto de la mañana me dediqué a ir de compras con Margarita. Compramos prendas para Aarón, Mateo y el bebé aunque a decir verdad Ángela me tejió varias prendas.
En este instante me encuentro organizando su ropita. Mi tío le compro un conjunto de su equipo de fútbol favorito, yo le compré ropa rosa, los zoquetes de Margarita y las prendas color blanca, amarilla o celeste que le tejió Ángela.
También debo comprar la cuna, la bañera, el changuito, pañales y alguno que otro juguete, pero aún falta mucho tiempo y no deseo adelantarme porque si es niño aún conservó toda la ropa de Aarón de bebé.
Salí de mis pensamientos cuando alguien tocó la puerta al abrir me percaté de que es la última persona que deseo ver en el universo.
-Mi amor hace mucho tiempo no me visitas
-Cuando te dije que no quiero volver a verte hablaba muy en serio, abuela
-Un error lo comete cualquiera -Ella prácticamente me empuja para entrar al lugar
Me quedé sin palabras cuando ella observó la ropa que coloqué en la mesita.
-Estaba buscando la vieja ropa de Aarón para regalarla a la caridad.
Ella ríe -¿La ropa de Aarón es rosa y huele a nuevo? ¡A mí no me mientes Belinda! ¡Tú estás embarazada!.
Negué con la cabeza -¿A caso me ves gorda?.
-No sería la primera vez que ocultas tu embarazo con ropa holgada. Una vez me mientes, pero dos no. Solamente me queda felicitarte.
-¿Felicitarme? -Reí -Te recuerdo como actuaste cuando supiste de Aarón
-Ahora las cosas son diferentes, amor. Eres una mujer y Diego te adora, todos los días me llama preguntándome por ti. Estoy segura de que estará feliz y se hará responsable de su hijo porque es de él ¿verdad?.
Negué con la cabeza -Es de Emiliano, mi amigo. Cuando hui de Diego me sentía muy mal y él me apoyo mucho, una noche sin pensarlo nos dejamos llevar y me entregue a él. Incluso mi hijo se llamará como él.
-No te creo una palabra
-Es sencillo, abuela muy pronto cobraré una herencia de mi abuelo paterno y si tú te portas bien tendrás dinero para tus medicinas, una enfermera particular y un dinero mensual de por vida, pero si llega a oídos de Diego la noticia de mi embarazo me encargaré de que pases el resto de tu vida en un geriátrico.
-Tú no harías eso
-Sería muy capaz de hacerle eso a la mujer que me desprecio toda la vida y se robó el dinero que mi padre entregaba para mí y la cual me entrego a mi violador.
-Yo siempre he estado de tu lado y no diré nada.
Presiento que está mintiendo por lo cual debo prepararme para lo peor.