Chapter Capítulo 126
En este instante me siento nerviosa como nunca me había sentido en mi vida.
El vestido posee una cola larga, su corte es largó y sus hombros son caídos, es completamente blanco, pero en la parte del abdomen posee unas decoraciones de flores.
Me encuentro caminando y centrando mi vista en mis amigos y familiares, pero principalmente en Fernando quien me espera en el altar.
Se ve verdaderamente guapo con su traje color negro y su corbata blanca.
No puedo evitar pensar en la primera vez que charlamos en esa fiesta. Al transcurrir casi ocho años me doy cuenta de que siempre lo amé, pero no lo reconocía en principio.
—Belinda es como la hija que nunca tuve Cuídala—Le pide mi tío
—Siempre la cuidaré —Responde el mientras toma mi mano y se centra en mí —Eres lo más hermoso que me ocurrió en la vida nunca olvidaré este momento.
—Hija, Hijo sé que cometí muchos errores en mi vida, pero sin dudar algo debí hacer bien para tenerlos cuídense siempre —Habla papá.
Cuando nos acercamos al altar el padre nos preguntó si estamos aquí por nuestra propia voluntad y dio inicio a la larga ceremonia la cual ya conocemos a la perfección debido a todas las bodas a las cuales hemos asistido.
Sentí que los nervios se apoderaron de mí cuando llegó el momento de leer los votos porque a Fer se le da bien hablar en público y expresar en palabras lo que siente pero a mí no.
Por fortuna inicio él.
Él tomo mis manos y centro sus ojos en los míos —Belinda Uriarte Galván aún recuerdo el día que te conocí cuando tenías cinco años y yo siete, desde ese instante revolucionaste mi mundo con tu bella sonrisa, tus ojos y tu cabello desordenado —Él ríe —A pesar de ser más joven me enseñaste mucho sobre mí mismo y sobre mi entorno, fuiste mi luz y mi alegría en mis momentos más oscuros y hoy te has convertido en la mujer de mi vida, en mi amante, mi amiga, mi consciencia y mi complemento. Te agradezco por soportarme, darme otra oportunidad. Prometo amarte toda la vida y hacerte la mujer más feliz del universo. —Él deja un beso en mi frente
En ese instante sentí que varias lágrimas amenazaban con salir, pero debí reprimirlas debido a que arruinaría mi maquillaje.
—Es tu turno hija
—Fernando te conozco desde que somos niños, pero al transcurrir los años me doy cuenta de que nunca te conocí verdaderamente ni nadie lo ha hecho. Cuándo tenía dieciséis años a medida que comenzaba a enamorarme de ti me percataba de que existen varias versiones tuyas. El Fernando perfecto, el estudioso, buen hijo y hermano. El Fernando oscuro el cual puede cometer miles de errores y hacerte sentir miserable cuando está enojado y por último el Fernando del cual me enamoré, el verdadero, el que comete errores, los reconoce y los remide, el que me quiere y me cuida, el cual es capaz de detener un autobús para hablar conmigo o el cual canta con mariachis sabiendo que tiene una pésima voz —Bromee —El que me escucha, me entiende y llora conmigo cuando lo necesito. Tú eres el hombre de mi vida, mi único y verdadero amor. Lo que más deseo es estar contigo lo que me queda de vida. Seguir equivocándonos, aprendiendo y amándonos por siempre.
Él une sus labios a los míos, pero el sacerdote le hace una señal.
—¿Fernando aceptas a Belinda como tu esposa?
—Si acepto
—¿Belinda aceptas a Fernando como tu esposo?
—Si
—Bien ¿alguien se opone a esta unión?
Observamos a nuestro alrededor, pero nos percatamos de que nuestros amigos y familiares solamente nos observan.
—En ese caso los declaró marido y mujer, que lo que Dios ha unido no los separe el hombre.
Cuando él termina la oración Fer une sus labios a los míos en un beso efusivo el cual le seguí con la misma intensidad.
Soy consciente de que estoy roja porque él está siendo muy efusivo y no le importa que estamos rodeados de personas.
Simplemente, le seguí el beso y escuché los aplausos de nuestros familiares.
***
La boda en el civil fue menos emotiva que la religiosa y la realizamos en la casa de mi padre, luego de ella nos dedicamos a celebrar.
Debo admitir que nos divertimos mucho en la fiesta con los niños, nuestros amigos y familiares.
Ocurrió la típica pelea por el ramo en la cual ganó Margarita y me percaté de que su novio se quedó blanco como el papel.
Varias personas tomaron de más, pero más que estar alegres no ocurrió.
A pesar de que Emi no pudo o no quiso asistir a mi boda él me envío una carta con su madre en la cual me desea que sea muy feliz porque lo merezco.
Lo que más me sorprendió de la boda es que Meg y Aarón pelearon por primera vez. No entendí bien la razón de la disputa, pero al parecer mi pequeño le quito el celular y ella estaba charlando con alguien y por ello se enojó.
Definitivamente, debo estar más al pendiente de con quien habla Megan.
En este instante estoy entrando a la habitación del hotel con Fernando quién me carga entre sus brazos desde el ascensor.
—Pesa el vestido.
Reí —Bájame tonto
—Es la tradición señora de Valencia
Cuando entre al cuarto me percaté de que está decorado muy romántico. Pétalos de rosas color rojo adornan un camino hacia la cama y en la cama hay un corazón formado con pétalos del mismo color.
También en el cuarto hay una mesa con copas, vino, frutas y velas además de globos en forma de corazón y un cartel que dice “Te amo, Belinda”.
—¿Te gusta, princesa?
—Me encanta, príncipe —Uní mis labios a los suyos en un beso corto
Cuando él me bajo de sus brazos me ayudó a quitarme el ostentoso vestido con mucho cuidado de no romperlo y se percató de que poseo un camisón de encaje color blanco.
—Te ves hermosa—Él deja un beso en mi frente.—Si solamente deseas dormir no tengo ningún problema.
Me dediqué a deshacerme de mi peinado y quitarme el maquillaje mientras él se despoja de su ropa en el baño.
Al transcurrir cinco minutos sentí que el abrazo mi cintura y dejo pequeños besos en mi cuello.
Me giré y me percaté de que solamente está en ropa interior.
Uní mis labios a los suyos en un beso suave el cual él me siguió con la misma suavidad mientras sus manos se posicionan en mi cintura.
Él no tardo en cargarme entré sus brazos para llevarme a la cama.
En menos de dos minutos sentí la suavidad de los pétalos en mi espalda y su cuerpo arriba del mío, sus labios en los míos y sus manos tomando las mías.
Él cuidadosamente bajo desde mis hombros hacia abajo las tiras brasier y me despojó de la parte de arriba de mi lencería dejándome en bragas.
Él volvió a unir sus labios a los míos en otro beso suave luego lentamente se deslizó hacia mi cuello dejando besos y mordidas allí.
Sentí sus labios en mi pezón derecho mientras lo succionaba y su mano amasaba el izquierdo.
Esa extraña electricidad recorre cada parte de mi cuerpo y siento que cada parte tiembla.
Volví en mí cuando me percaté de que sus manos deslizan mis bragas de mis rodillas para abajo dejándome desnuda.
Sus labios se posicionaron en mis muslos dibujando un camino de besos desde allí hacia mi entrepierna.
—Ah—Lance un jadeo cuando sentí el tacto de su lengua en mis partes
Él realizó movimientos suaves y lentos a través de mi zona sensible hasta que encontró mi clítoris y se centró en succionarlo lentamente, provocando mis gemidos.
Pude sentir como la humedad llegaba a mí, hace demasiado tiempo no me sentía de esa forma.
—Me fascina tu sabor
Él se ayudó con sus dedos para adentrarlos en mí en principio fue suavemente y luego tomó velocidad, sentí como el orgasmo llegó a mí y no pude evitar emitir sonidos lo cual provocó que me sonroje.
—Ya eres mi mujer no tienes porque avergonzarte—Me dice mientras se aleja de mi cuerpo para despojarse de la única tela que posee
Nuevamente, él unió sus labios a los míos y sentí el roce de su miembro en mi estómago el cual crece cada segundo más.
—¿Estás segura?
Asentí con la cabeza
Cuando entro en mí a pesar de su suavidad dolió un poco. Él se centró en dejar besos en mi cuello mientras inicio con sus movimientos lentos y cuidadosos deslizándose fácilmente en mi interior.
A medida que transcurrían los segundos mi cuerpo me pedía más por ello enrede mis piernas en sus caderas y comencé a moverme.
—Ah —Lance otro jadeo cuando él me embistió más profundamente.
Él me entendió y comenzó a aumentar la velocidad posicionando sus manos en la cama para tomar fuerza y embestirme más velozmente.
Luego de unos minutos ambos terminamos y nos recostamos en la cama lanzando suspiros.
—¿Estás bien?
—Si mi amor —Le devolví la sonrisa y deje un beso en sus labios —Te amo
—Yo más
Reí —Te delata tu cara Fer ¿Te quedaste con ganas?
—Estoy bien
Uní mis labios a los suyos en un besó efusivo el cual él me siguió.
—Eres un amor. —Le comento mientras me posicionó arriba de él y uno mis labios a los suyos.
Ese solamente fue el comienzo de una noche que culminamos agotados en la madrugada.
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