Chapter Capítulo 118
Me encuentro abrazando a Megan porque la pequeña no deja de llorar debido a la noticia que le acabo de dar. Intente estar lo más calmada posible, pero de todas formas es una noticia muy fuerte.
—Mi pequeña —Fer deja un beso en su frente—Yo entiendo lo que es perder a un padre, pero quiero que sepas que Tío Aníbal siempre estará contigo y te cuidara desde el cielo.
—Pero yo lo quiero aquí y a Diego.
—Yo sé, amor —Deje un beso en su mejilla —Nos están ellos, pero nosotros siempre te cuidaremos y te protegeremos de todo.
He notado un cambio en la actitud de la señora Leticia. Luego de que se disculpó conmigo creí que solamente era algo del momento, pero en realidad se porta amable conmigo.
Como ella lo ordenó enterramos los cuerpos en el lugar de descanso de la familia Valencia.
Fue muy triste llevar a la pequeña al cementerio, pero la psicóloga nos recomendó hacerlo porque de esa forma ella se despediría de su padre y su hermano.
Durante los últimos días Megan ha estado algo apagada. Ya no grita y corre dentro de la casa como lo solía hacer y al hablar con su maestra está me informó que la pequeña es muy callada en clase.
Ayer fue su primera sección con la psicóloga y ella me explico que es normal porque la pequeña se encuentra en duelo. Necesita comprensión, cariño y sentir nuestra compañía.
En cuanto a Aarón él está mucho más tranquilo aunque lo cambiamos de colegio porque ya no confiamos en el antiguo. Lo hicimos con doble intención porque al ir al curso de Megan los dos pueden acompañarse.
A pesar de que lleva una semana en el nuevo colegio yo lo veo muy feliz. Creo que mi pequeño se adapta muy rápido a los cambios. Aunque sigo durmiendo con el porqué suele tener pesadillas.
En la noche debo dividirme entre ambos niños porque a pesar de que aman a Fer son más apegados a mí principalmente Megan. Por ello a pesar de que tienen sus cuartos suelen dormir en mi habitación.
Me encuentro en mis cuatro horas libres porque los pequeños están en el colegio. Por ello aproveché y estoy desayunando con Emiliano en una cafetería cercana a trabajo.
Desde que él llegó no he tenido mucho tiempo para él y agradezco su enorme paciencia ante mi situación.
No logró dejar de reír al escuchar las historias que me relata de su viaje. Definitivamente, él tiene una conexión especial con los niños.
—¡No es gracioso!
—Si lo es, ¿Por qué no le diste a ese bebé lo que deseaba?
Él niega con la cabeza —Porque no tengo pecho. Hablando enserio necesito hablar contigo de un asunto serio.
Sé perfectamente por donde va el asunto, pero finjo confusión y permito que él prosiga.
—Entiendo la situación de los niños, pero me resulta incómodo que vivas en la misma casa que Fernando. Porque me he dado cuenta de la forma en la cual te mira.
—En estos momentos las empresas están detenidas y él no tiene un peso. Además, él creció en la casa de mi padre y me parecería injusto pedirle que se vaya.
—No te estoy pidiendo eso, bonita. Simplemente, quiero que te deslindes un poco de él. Quiero que le dejes claro que estas conmigo o lo haré yo.
—No es necesario, yo hablaré con él.
—Tú y yo siempre hemos sido honestos, Belinda. En el tiempo que no estuve ¿Ocurrió algo entre ustedes?.
—No puedo mentirte, un beso. No intentó justificarme, pero me sentía muy….
Él me interrumpe—No tienes nada que explicarme, Belinda.
Me percaté que su sonrisa cambio por completo, pero no podía mentirle porque él no se lo merece.
—Belinda creo que estoy de más en esta historia.
—¡Claro que no, Emiliano! No te mentiré cuando regresaste si me confundí bastante, pero en el transcurso de estos días he reflexionado y me di cuenta de que quiero estar contigo. —Uní mis manos a las suyas —Si es lo que quieres
—¿Estás completamente segura de esto?
—Si mi amor, Fernando siempre será una persona muy importante en mi vida y tenemos dos niños en común, porque considero a Meg otra hija, pero él es parte del pasado, mi presente y futuro eres tú.
Él une sus labios a los míos en un beso suave el cual correspondí llevando mis manos a su cabello.
—Te amo Belinda y quiero pasar el resto de mi vida contigo. ¿Te casarías conmigo?
Asentí con la cabeza y uní mis labios a los suyos en otro beso—Si quiero ser tu esposa y tener una vida feliz y tranquila contigo.
—Te juro que te haré la mujer más feliz del universo.
—Eso lo haces desde el primer día que te conocí Emiliano Martínez. Tú solamente has traído felicidad y seguridad a mi vida.
***
Estoy jugando a la comidita con Megan y sus muñecas. Papá le compro varias muñecas, peluches y juguetes además de una casita de juguete para que ella se entretenga.
—Dos de azúcar por favor.
Ella asiente y unta el azúcar imaginario en mi tacita.
—Meg este fin de semana iré a la casa de Emiliano al campo junto con Aarón ¿Quieres venir con nosotros?
Ella asiente con la cabeza sin emitir ninguna palabra
No me controle y la cargue en mis brazos dejando cosquillas en su estómago.
—Ya basta Belly
—¿Por qué no me respondes? ¿Acaso te comieron la lengua los ratones?.
—No
—¿Cómo están las princesas de la casa? —Levantamos la vista cuando nos percatamos de que Fer está llegando al lugar con una cajita en mano la cual se mueve
—¿Qué es eso Fer? —Pregunta la pequeña emocionada
—Una caja —Él ríe
—¿Qué hay adentró, señor gracioso? —Bromee
—Un regalo para Meg ¿Lo quieres abrir? —Él acomodó la caja en el piso y Megan se acercó.
Luego de unos segundos tomó en sus brazos a un pequeño cachorro color blanco el cual está repleto de pelo y tiene la apariencia de una oveja bebé.
—Me dijeron que era un cachorro y no una oveja. Mejor regreso a esta cosa horrible.
Megan le lanza una mirada asesina —No.
—Está hermosa ¿Cómo la llamarás?
—Lucy
—Que bello nombre, muñeca. Ahora Lucy será tu amiguita, pero debes cuidarla muy bien.
—Gracias Fer —Ella deja un beso en su mejilla y luego se aleja rumbo al jardín con la cachorra en manos.
—Primero Goku y ahora Lucy —Reí —Fer convertirás la casa en una granja
—No seas celosa, Bell. ¿Acaso quieres que te compre un Pony?
Negué con la cabeza —Hablando enserio muchas gracias por alegrar a los niños.
Él se acerca a mí e intenta unir sus labios a los míos, pero yo lo empujé lo cual lo sorprendió
—Hace días no permites que te besé. ¿A caso me rechazas porque ahora soy pobre? —Me pregunta divertido
—Necesito hablar seriamente contigo
—¿Qué ocurre?
—Volví con Emiliano, Fernando.
—No puedes hablar enserio, Belinda. Admito que es un gran hombre, pero no te hace sentir lo mismo que yo, princesa.
—No quiero herirte. Soy consciente de que me ayudaste mucho con el asunto de Diego y te lo agradezco, pero….
Él niega con la cabeza —No quiero tu agradecimiento ni nada parecido, Belinda.
—Siempre serás mi primer amor y el padre de mi hijo, pero eso es todo. No solamente soy novia de Emiliano muy pronto nos casaremos.
Me percaté de que la expresión de su rostro cambia al de una profunda tristeza y me duele, pero es mejor ser honesta.
—No puedes…
—Ya está decidido. No quiero que todo sea incómodo entre nosotros, podemos ser amigos.
Él ríe —¿Amigos? Yo no quiero ser tu amigo, tú eres la mujer de mi vida.
—Tú ya no eres el hombre de mi vida.
Me percaté de que mis palabras lo lastimaron y él contiene las lágrimas.
Quizás no debí decirlo de esa forma, pero ya es un hecho.
—Te perdí por idiota.
—Eso ya no importa, Fer. Debemos ser maduros los dos, tenemos a Meg y Aarón en común y debemos ser adultos por ellos.
—Tienes razón; solamente, quiero escuchar de tus labios que ya no sientes nada por mí, lo necesito.
—Yo amo a Emiliano —Le dije sin más —Lamento si te ilusione, todo es mi culpa.
— yo fui el idiota que se ilusionó solo. Esta vez será diferente y no me interpondré en tu felicidad.