La Alfa Raven de Esclava a Reina by Luna Nova

Chapter 15



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+25 BONUS 

No me importaban, yo solo corri por el pasillo oscuro y ya podía ver mi habitación. 

– ¡Abre maldicion! – movía el pomo de la cerradura con fuerza y las manos me sudaban. 

Mal momento para que estas 

puerta se volviese a trabar. 

– ¡Ahí está! – venían desde el final del pasillo y cuando casi me encontraba perdida, logré abrir la puerta y entrar de una al cuarto en penumbras. 

Se la cerré en la cara a una de las lobas rabiosas, que seguía gritándome insultos e intentando entrar a la fuerza. 

Me pegué, con el peso de todo mi cuerpo, para aguantar los empujes a la madera, en lo que pasaba el pestillo. 

Caminé con prisas hacia el camastro de Diana y lo arrastré para bloquear la puerta, jera lo más pesado que había aquí! 

Toda la adrenalina fluyendo por mi cuerpo sudoroso y alerta. 

¡Boom! ¡Boom! ¡Boom! 

– ¡Abre la maldit4 puerta, estúpida, hoy nos las vas a pagar to fuertes golpes resonaron y sentía como crujía la vieja madera. 

Me preocupaba que no aguantara y ahora sí, estaba encerrada con una rata, pero muchas opciones no tenía en ese momento, eran como 5 rodeándome. 

“Sena, ¿qué podemos hacer?” 

Sin poderlo evitar temblaba al igual que la puerta, al final era una Omega y tanta violencia me afectaba. 

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Además, por muy valiente que me hiciera, estaba en una situación desesperada. 

“¡La ventana Raven, salgamos por la ventana! ¡No te puedes quedar aquí, además, utilizarán la excusa de la herida para acusarte!” 

Sena me dijo y sabía que las cosas irían a peor. 

Si tan solo hoy hubiese podido hablar con el Alfa. En el fondo, me sentía un poco desilusionada. 

Me acerqué a la ventana y miré hacia abajo. Estaba en el segundo piso y realmente no me mataría la caída. 

¡Boom! ¡Boom! 

– ¡Abre la puerta de una puñetera vez, no tienes escapatoria, del castigo, esta vez nadie te salva, chivata! 

Me insultaban desde el pasillo y ya no lo pensé más. 

Decidí escapar, antes de que se dieran cuenta y bloquearan mi única 

salida. 

Pasé un pie por el borde de la ventana y el otro, quedando sentada en el marco de madera, miré a mi alrededor y en apariencia, nadie me 

había descubierto. 

Entonces salté. 

“¡Auch!”, me mordí el labio para no gemir de dolor al virarme un tobillo y caer sentada pesadamente a la hierba. 

Las heridas en mi vientre aun molestando. 

Me dolían igual las piernas y las pompis, pero el ruido de la cama arrastrándose arriba, me dictaba que el tiempo se acababa. 

Así que me quité rápido la ropa y cambié a mi loba y aunque ella también cojeaba un poco de la pierna trasera, era más rápida que yo. 

+25 BONUS 

Sena comenzó a correr para escapar hacia el bosque con la ropa en 

la boca. 

El hecho de que esta parte estuviera en los límites más apartados de la manada, era una bendición y a la vez, una maldición. 

“Raven, ¿a dónde vamos? Podemos toparnos con la patrulla y estaremos en problemas, pero igual, regresar es imposible” 

“Sena solo tenemos dos opciones, o escapamos de esta manada y nos convertimos en unas exiliadas, o buscamos al Alfa y lo 

apostamos todo a él” 

“Pero a esta hora no te dejarán llegar al Alfa, seremos encontradas antes de siquiera pisar el centro de la manada” 

Mi loba tenía razón, solo que vagar por el bosque tampoco era una opción, a pesar de habernos revolcado en un grupo de plantas de olores fuertes que enmascaraban algo nuestro olor, cualquiera podría sorprendernos. 

“Escondámonos en algún sitio y mañana en la mañana, intentamos ver al Alfa” pensé, con miedo por el futuro y cómo se habían complicado las cosas. 

Ser una exiliada, una pícara sin manada, era igual o peor que s esclava. 

Al menos siendo esclava, como aquí, te daban algo de comida techo, pero ser una exiliada te obligaba a vagar sin rumbo por el mundo. 

Podías ser víctima de otros pícaros que se aprovechaban de las hembras más débiles, o vendida como esclava a otra manada más cruel, quizás incluso terminaba a donde iba al inicio, con el sádico Rey Alfa. 

Por eso, me aferraba siempre a la arriesgada apuesta con el Alfa de 

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al haberme dejado plantada hoy. 

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No sé cuánto tiempo vagamos por el frío bosque, ya de madrugada. 

Tuve suerte al evitar la patrulla, pero necesitaba un refugio para esperar el día. 

Nada cerca del área de las esclavas, eso era seguro, así que pensé en el viejo almacén que había encontrado por casualidad la vez pasada. 

“¿Estás segura de que ese es el sitio más adecuado? Ese día estaba la loba jefa que te buscaba, con otro hombre raro” 

“No sé, segura, no estoy, pero no se me ocurre otro lugar, oculto y lejano, por lo menos para pasar las horas que nos quedan. Olfatea bien, sientes algún olor” 

“De hecho, sí, pero es muy intenso, no un olor, sino varios, de muchos machos… ¿en celo?” Sena estaba confundida y yo también. 

¿Este almacén era la guarida de los raritos? 

Como ya estaba casi en el sitio, me aventuré como siempre doña curiosa a investigar. 

Últimamente, tenía la mala suerte de encontrarme con escenas extrañas y prohibidas por casualidad, esta vez, no iba a ser la excepción.


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