EI Centímetro

Capítulo 222

Mirelle sind derdale todo, este parque de diversiones y todas estas tuces hermo

Serio para si misma y luego me abrazo más fuerte “Y decorándote a ti también, amiga Esa pequeñita si que sabia cómo endulzar a la gente

Llegamos a la zona del incidente, Jorge subió a hacer una revision, sacando su

reta para anotar mientras observaba

“Hemos perdido dos juegos, cada juego con veintidós luces, trece colores diferentes Dijo Jorge, mirando las luces dañadas y luego la grúa no muy lejos de ahi

Finalmente, miró a Mirella: “Necesitas llamar al director Vásquez para que venga, este accidente necesita una resolución de responsabilidades y daños.

Mirella soltó un “Oh” antes de sacar su teléfono y llamar a Manuel, quien llegó poco después, sorprendiéndose al verme. Al parecer no esperaba que yo fuera, pero después de una breve pausa, sonrió: “¿Cami, viniste a hacer una inspección previa?”

Ya no era la encargada, su comentario parecia burlarse de mí. Pero sabía que no era asi, solo estaba bromeando conmigo, asi que sonreí ligeramente: “No, vine a buscar a Jorge.”

Al decir eso, noté algo pasar rápidamente por los ojos de Manuel, quien luego miró a Jorge: “Ya me informaron sobre el accidente por parte de los constructores.”

Manuel dejó la frase ahi, insinuando claramente que queria que Jorge no continuara con el tema.

Miré a Jorge, quien tenía una expresión seria: “Ya que ellos han aceptado la responsabilidad, todos los daños correrán por su cuenta. Yo coordinare la sustitución y la factura será enviada al director Vásquez.”

Era evidente que Jorge no estaba siguiendo el guion de Manuel, negándose a ceder ante él.

Manuel, aunque siempre fee de temperamento suave, mostró su descontento: “Fui yo quien no organizó bien, es mi responsabilidad.”

Intentaba usar su posición para presionar a Jorge. Pero Jorge no se dejaba intimidar: “Entonces, es aún más adecuado enviar la factura al director Vásquez.”

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Manuel se molestó, pero yo no pude evitar querer sonreír. Jorge definitivamente no sequía las reglas convencionales, ni siquiera las del mundo empresarial. Los dos. hombres se enfrentaban, a una distancia de un paso, en un duelo de miradas.

Mirella notó la tensión y discretamente me pinchó, agarrando nerviosamente mi manga. Pero yo no dije nada, ya que apoyar a cualquiera de los dos lastimaría al otro, y su evidente confrontación seguramente tenía algo que ver conmigo. Mejor quedarme callada y hacerme la desentendida.

“¿Qué factura?” Sergio intervino en ese momento.

Parecía que la lucha entre dos iba a convertirse en una batalla de tres. El ambiente se volvió aún más tenso, Mirella ya me estaba llamando: “Camila…”

Fue entonces cuando Sergio la señaló: “Martínez, tú habla.”

Mirella tembló un poco, llevándose a mí con su temblor: “Presidente Vásquez…”

“Solo di la verdad.” Le recordé, dándole un empujoncito hacia adelante.

Mirella me lanzó una mirada antes de avanzar y reportar la situación tal cual era.

Después de escuchar, Sergio miró a Jorge: “No te preocupes por esto, yo hablaré con tu jefe.”

“Ahora, yo tengo la última palabra aquí. Si digo que hay que compensar, se compensará.” Jorge también estaba decidido.

Sergio entrecerró los ojos, luego una sonrisa sarcástica apareció en su rostro: “¿Y si digo que yo tengo la última palabra? ¿Estás pensando en renunciar, o en irse de aquí?”

Sergio claramente estaba forzando a Jorge, siguiendo su lógica, pero atrapándolo en ella. Jorge, siendo tan directo y firme, luchando contra ellos, incluso contral Manuel, probablemente no podría superarlos. Después de todo, Manuel también llevaba en sus venas la sangre despiadada de la familia Vásquez en el mundo de los negocios.

Viendo cómo presionaban a Jorge, y pensando que ya casi terminábamos la obra, con Jorge trabajando día y noche en la configuración, de repente me di cuenta de que lo que Sergio quería era deshacerse de alguien después de haberle sacado provecho, abusando de él. No me gustó para nada, así que me acerqué.