Del

‘ Capítulo 0429 f Harper.

A la mañana siguiente, Gabriel no estaba por ningún lado cuando tomé mi desayuno y me preparé para irme a trabajar. Cuando nos estábamos subiendo al auto y le pregunté al conductor dónde estaba Gabriel, me enteré de que ya se había ido a trabajar.

Es la primera vez que vamos a trabajar por separado desde que empecé a trabajar para él. No sabía si me sentía aliviada o no.

Como no estaba cerca, decidí dejar a Lilly en la escuela primero. Su entusiasmo aún no había desaparecido. Durante todo el trayecto a la escuela no dejó de hablar de Sierra. Conozco a mi hija y sé que nunca ha estado tan emocionada o feliz por otra chica.

Claro, ella tenía amigos en casa, donde vivíamos, pero ninguno de ellos era tan bueno.

\hablé de eso. Yo diría que esas chicas eran más conocidas que amigas para mi niña.

f Ella nunca los invitó a dormir a su casa, y si alguno de ellos la invitaba, ella inventaba razones por las cuales no podía asistir. Ella nunca habló mucho sobre ellos; no como si estuviera hablando de esta Sierra a quien solo conoce por un día. De todos modos, lo que la haga feliz, me hace feliz a mí. Si Sierra es capaz de sacar a relucir esta personalidad infantil, chillona y risueña de Lilly, entonces ¿quién soy yo para interponerme en su camino? Por una vez, estoy feliz de ver a mi niña siendo una niña. Siempre ha sido demasiado madura para su edad. Siempre se comporta como si tuviera treinta años en lugar de una niña pequeña. Para ser honesta, ver esto me alegra de haber acordado con Gabriel pagar la costosa escuela.

Después de dejar a Lilly, fui a trabajar.

“VY eVnNos sentimos a gusto. Apenas habíamos aparcado el coche, cuando ella ya se había bajado y se había ido corriendo después de despedirnos a toda prisa y rápidamente. Me hizo reír lo emocionada que estaba.

“Señora Wood, ya llegamos”, la voz del conductor me saca de mis cavilaciones.

¡Dios! Nunca me acostumbraré a ese nombre.

Cuando estaba casada con Gabriel, nadie me llamaba así. Bueno, porque nadie sabía que estábamos casados. Ahora todo el personal de casa me llama por su nombre y me está costando acostumbrarme.

Miré a mi alrededor y me di cuenta de que estábamos en el estacionamiento subterráneo. Después de darle las gracias, salí y me dirigí a los ascensores.

Estaba nerviosa por ver a Gabriel. Por más que lo intenté, no pude olvidar el breve beso de ayer. No importaba lo corto que hubiera sido, aún así fue capaz de sacudirme hasta lo más profundo.

Liam y yo nos besamos la mayor parte del tiempo, pero era un beso de familiaridad y amistad. Le faltaba pasión y fuego. Besar a Gabriel era como besar un cable de alta tensión. Las corrientes eléctricas que recorrían mi cuerpo casi me entumecían. Incluso ahora, todavía puedo saborearlo. Todavía puedo sentir sus labios suaves pero firmes.

Sacudo la cabeza, intentando apartar esos pensamientos y desterrar las imágenes. Vine a trabajar, no a pensar en los labios de mi marido. Subo al ascensor y presiono el número del piso.

—Buenos días, Christopher —digo después de salir del ascensor y caminar hacia su escritorio.

—Buenos días, cariño… ¿Cómo ha ido tu noche? —deja lo que estaba haciendo y pregunta.

Esta es una de las muchas cosas que me encantan de Christopher. No me trata de manera diferente solo porque soy la esposa del jefe.

Me tomo un momento para pensarlo antes de responder. “Sin dormir”. Mueve las cejas y me da una sonrisa burlona. “¿Eso es así?” Me toma un minuto entender lo que él cree que quise decir. Quería corregirlo, pero ¿cómo puedo hacerlo sin arruinar nuestra imagen? Gabriel y yo estamos casados, así que, por supuesto, los demás esperan que tengamos relaciones sexuales. No puedo decirle que no, dado que él no conoce los términos de nuestro matrimonio.

En cambio, me aclaro la garganta. —De todos modos, ¿hay algo que quieras que haga antes de que nos acomodemos para empezar el día?