Chapter Capítulo 74
Capítulo 74
“Gracias, abuela“. Valentina se sentía conmovida y a la vez triste, ‘solo siento que este niño nunca podrá disfrutar de su compañía. Pero creo que cuando Nieve se case con Alejandro y tengan hijos, usted podrá ver a cuatro generaciones bajo un mismo techo, disfrutando de la felicidad familiar.”
“En mi corazón, tú eres la única nuera.” Lucia se levantó y fue a buscar una tarjeta bancaria, “esto es para el niño, siempre has sido muy ahorrativa, así que este dinero será suficiente para ti y tu hijo por el resto de sus vidas.”
“Abuela, no puedo aceptarlo.” Valentina se negó, “Tienes que creer en mi, puedo mantenerme a mí misma y a mi hijo.”
“Por supuesto creo en tu habilidad, y sé que no quieres ni un centavo de los Nortes, pero este dinero es de mis ahorros personales, no tiene nada que ver con ellos. Siempre dije que cuidaria de ti en lugar de tu difunta abuela, no puedes rechazar este gesto, de lo contrario, me sentiré triste.”
Valentina no tuvo más opción que aceptar, “Este dinero lo guardaré para el niño.”
“El dinero no es para que lo guardes, es para que lo gastes. No escatimes, gasta lo que debas gastar, y cuando decidas dónde establecerte, compra una casa grande alll, contrata a una niñera para que los cuide, los visitaré a menudo.”
“Gracias, abuela.” Valentina se secó las lágrimas, “Abuela, hay algo más en lo que necesito su ayuda.”
“Dime.”
“En este mundo, solo me queda un pariente de sangre, mi tio, y no quiero que él sufra por mi culpa, enfrentándose a problemas con Alejandro.
“Lo entiendo.” Lucia asintió, “No te preocupes, no dejaré que Alejandro lo moleste, despreocupate por eso.”
“Gracias, abuela.”
“¿Tienes algún plan por ahora?”
Valentina dijo, “Alejandro nunca estará de acuerdo con el divorcio, pero mi barriga crecerá día a día, no tengo otra opción más que irme. Asi que he decidido dejar la capital lo antes posible para alejarme de él. Después de irme, por favor, abuela, intente convencerlo de firmar los papeles de divorcio.”
*Está bien, la abuela te ayudará,” Lucia preguntó, “¿Cuándo planeas Ifte?”
“Necesito prepararme un poco, en estos días.”
Alejandro estaba trabajando hasta tarde, y no llegó a casa hasta pasadas las once de la noche.
Valentina ya estaba durmiendo, con sólo una lámpara de noche encendida.
Alejandro no la despertó, fue directo a ducharse y luego se metió a la cama, abrazándola por detrás.
La mano del hombre se deslizó dentro de su pijama, “Sra. Nortes, fingir dormir no sirve de nada.”
Valentina sujetó su mano, “No me siento bien hoy.”
Alejandro rio bajo, “¿Crees que te creo?”
Forzadamente giró a Valentina hacia él y la besó en los labios.
Valentina ni correspondió ni resistió, solamente frunció el ceño, luciendo incómoda.
Mientras Alejandro continuaba besándola, bajó su mano más aún, y al siguiente segundo, frunció el ceño,
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“¿Te llegó la menstruación?”
“SI.”
Alejandro claramente no le crefa, “¿Cómo puede ser tanta coincidencia?”
“Si no me crees, puedes verlo tú mismo.”
Ella lucia pálida, no parecía fingir.
Alejandro no insistió más, “¿Quieres que llame al doctor?”
Siempre que le venia le dolia mucho, y en ocasiones tan severamente que no podia ni levantarse de la cama, sudando frío.
“Ya tomé un analgésico.”
“Entonces duerme.”
“Mmm.”
Valentina respiró aliviada por dentro.
Era la primera vez que engañaba a Alejandro, y para hacerlo creible, se había aplicado una base más clara en la cara, para lucir más pálida.
Por suerte, logró engañarlo.
A la mañana siguiente, Valentina recibió una llamada de Maximo, “Valentina, parece que Paco se asustó y no reconoció a la persona que lo encerró en el invernadero ayer.”