Dejé de Amarte

Chapter Capítulo 136



Capítulo 136 

En la casa de Paco y Maximo. 

Valentina volvió a tomarle la temperatura a Paco, “38.3 grados, aún tiene fiebre, pero al menos ha bajado. Sr. Quintana, no se preocupe, seguiré aplicando métodos para bajarle la fiebre, Paco estará bien? 

Paco dormia en la cama, su rostro ardia al rojo vivo. 

“Me tranquiliza tenerla aqui. Valentina, gracias por todo.” 

“No hay de qué.” Valentina cambió la toalla en la frente de Paco.. 

Maximo la observaba, “Conociéndote, sé que no me pedirías dinero a menos que fuera necesario. ¿Ha pasado algo?” 

Valentina ofreció una sonrisa tenue, “Si, estoy pensando en divorciarme.” 

Maximo se quedó sorprendido un momento, “¿Lo has decidido?” 

“Si, dijo Valentina suavemente, “entre él y yo, ya no hay vuelta atrás.” 

“Independientemente de lo que decidas, como amigo, siempre contarás con mi apoyo.” 

“Gracias.” 

Pronto, el timbre de la puerta resono abajo, y poco después, un empleado informo, “Sr. Quintana, fuera hay un señor Nortes que busca a la señorita Valentina. 

Valentina, que estaba secando el rostro de Paco con una toalla, se detuvo, y rápidamente dijo, “Pidanle que se vaya.” 

vo a ver 

Maximo sonrió, “Alejandro no es de los que se van asi como así. Bajaré yo a 

“Si bajas, solo conseguirás involucrarte en problemas innecesarios.” Valentina reflexionó por un momento, “Iré yo, es mejor aclarar las cosas cara a cara.” 

“Me parece bien.” 

A fin de cuentas, era casa ajena, así que Valentina no invitó a Alejandro a entrar, sino que salió ella misma. Aún lloviznaba afuera. Valentina abrió un paraguas negro y se acercó al hombre que fumaba junto a su coche

A dos metros de distancia, Valentina se detuvo frente a él y lo miró con indiferencia, “Si no recuerdo mal, ya te lo dejé muy claro por mensaje, por favor, no vuelvas a buscarme.” 

Alejandro dio una calada a su cigarrillo con irritación y soltó una risa fria, “Entonces, ¿quieres decir que, yo debería actuar como si no supiera nada permitiendo a mi esposa salir en plena noche con una maleta para Irse a la casa de otro hombre?” 

Cuando sali de Playa Celestial, recibi una llamada del Sr. Quintana. Paco tenía fiebre, tenía que venir a atenderlo. Una vez que la fiebre de Paco baje, me iré.” Valentina habló con frialdad, “En teorla, no tendría por qué explicarle nada, Sr. Nortes, pero ya que pareces creer que te estoy siendo infiel, mejor aclararlo.” 

“Después de todo, no soy como usted, tengo mis límites y sé lo que estoy haciendo, no tengo nada de qué avergonzarme. En cambio, usted puede pasar toda la noche con su antiguo amor y aún así tener el descaro de sospechar de ml.” 

“Por supuesto, Sr. Nortes, si realmente teme ser engañado, podria simplemente divorciarse, terminar esta absurda relación matrimonial. Asi, no solo dejaría de preocuparse por lo que yo pudiera hacer, sino que también podría proteger a Nieve de manera abierta y honorable, matando dos pájaros de un tiro.” 

Capitulo 136 

“Nunca me di cuenta de que eras tan elocuente,” se burló Alejandro, “Valentina, si realmente tuvieras dignidad, no estarías pidiéndole dinero a otro hombre para desvincularte de mi.” 

Valentina supuso a que se refería y no se sorprendió de que él lo descubriera tan rápido. 

Se dice que los Nortes tienen algunos de los mejores hackers, así que rastrear su cuenta bancaria sería pan comido para ellos. 

“Ese dinero se lo pedi prestado al Sr. Quintana.” 

“¿Prefieres pedir dinero prestado a alguien más antes que seguir relacionada conmigo?” 

“Si.” El rostro de Valentina, frio como el hielo, estaba lleno de determinación, “Quiero desvincularme de ti, cuanto más clara sea la separación, mejor.” 

“¿Realmente crees que podemos desvincularnos el uno del otro asi como asi?” Alejandro tiró el cigarrillo que tenia a medio fumar y dio unos pasos hacia ella. 

La lluvia no era fuerte, pero suficiente para dejarlo completamente empapado. 

Las finas gotas de agua resbalaban por su cabello corto, añadiendo un toque de fragilidad a su rostro, que de otra manera seria impecablemente guapo. 

Alejandro miraba fijamente su rostro frío y decidido, pero en lugar de enfadarse, soltó una risa, “Valentina, ¿has olvidado todas esas noches apasionadas que compartimos, o los gemidos que escapaban de tus labios mientras te abandonabas en mis brazos, eh?” 


Tip: You can use left, right, A and D keyboard keys to browse between chapters.