Dejé de Amarte

Chapter Capítulo 108



Capítulo 108 

Alejandro no respondió, su mirada se dirigió hacia la entrada. 

Lucía notó su mirada hostil y siguió su vista, viendo a Maximo entrar de la mano con Paco. 

Valentina también los vio y se apresurò a recibirlos, “Sr. Quintana, ¿cómo llegaron a la capital? ¿Es por trabajo?” 

“Algo asi.” Maximo sonrió explicando, “Ahora soy el accionista mayoritario del Grupo La Cruz, esta visita es para tomar las riendas, que pronto será una sucursal de mi empresa aqui en la capital. Además, a Paco le gusta la capital, decidi traerlo a vivir aqui permanentemente.” 

“Ya veo.” Valentina acarició la cabeza de Paco, “Eso está bien, así podré ver a Paco más seguido.” 

Paco la miró feliz, “Ma… Señorita Valentina.” 

Valentina miró curiosamente a Maximo. 

Maximo sonrió, “Dado que vamos a vivir aquí a largo plazo, la antigua manera de llamarte podría llevar a malentendidos, no quiero causarle problemas, asi que le pedi que lo cambiara.” 

Valentina se agachó frente a Paco, “Paco, no importa cómo me llames, siempre te querrë.” 

Paco la abrazo fuertemente, “Yo también siempre querré a Valentina.” 

Desde lejos, Alejandro observaba esta escena conmovedora, su rostro tan sombrio que parecia que podria gotear oscuridad, 

Se acercó con pasos largos, “Valentina, lleva a Paco a comer algo.” 

“¿Tienes hambre, Paco?” preguntó Valentina. 

Paco asintió con la cabeza. 

“Entonces vamos a comer algo.” 

Después de que los dos se alejaran de la mano, Alejandro finalmente miró a Maximo, “Parece que hast olvidado lo que dije la última vez en Lamares.” 

Maximo tomó una copa de vino de un mesero, tomó un sorbo ligero y dijo sonriendo, “Si te refieres a mantenerme alejado de Valentina, lo siento, pero Valentina y yo somos amigos, no hay ninguna razón para cortar lazos completamente.” 

Alejandro sonrió levemente, “Parece que haberte dado el Grupo La Cruz te ha dado una confianza Infundada, pensando que puedes tener todo lo que deseas.” 

“Si comparas a Valentina con el Grupo La Cruz, me temo que no le estás mostrando el respeto que merece.” Maximo dijo, “el Grupo La Cruz nunca estará en la misma altura de Valentina.” 

Alejandro rio friamente, “Parece que mi esposa tiene un lugar especial en tu corazón.” 

“No es que tenga un lugar especial en mi corazón, es que subestimas el poder de Valentina. La únical discipula directa del Sr. Milán, no es algo que cualquiera pueda presumir.” Maximo tomó otro sorbo de vino, “Asi que, incluso si intentas ocultar su brillo, me temo que no podrás.” 

“Lo que se gana en atención, se pierde en libertad. Ser demasiado notable no siempre es bueno.” Alejandro dijo fríamente, “Salir con un montón de guardaespaldas solo significa perder la libertad.” 

“Valentina es una adulta, ella sabe lo que carga. 

Alejandro se enfrió aún más, “Parece que la conoces mejor a mi esposa que yo mismo.” 

08:51 

Capitulo 108 

“Eso parece, Sr. Nortes, tal vez nunca la has entendido realmente.” Maximo levantó su copa como despedida, “Con permiso.” 

Alejandro sintió una opresión en el pecho y se sirvió un vaso de vino, subiendo directamente a su estudio. 

No pasó mucho antes de que alguien tocara a la puerta. 

Alejandro estaba recostado en su sillón, cerrando los ojos para descansar, cuando de repente gritó con impaciencia, “¡Fuera!” 

La puerta se abrió y Nieve entró, empujando su silla de ruedas, “Alejandro, ¿qué te pasa?” 

*¿Cómo que qué me pasa? ¡Sal de aqui!” Alejandro abrió los ojos. 

“Alejandro, no te enojes, no es bueno para tu salud.” Nieve habló preocupada. “Te traje una botella de vino excelente, déjame acompañarte y bebamos juntos para olvidar las penas.” 

“No hace falta.” Alejandro rechazó fríamente. 

“¿Hemos llegado a un punto de tal distanciamiento entre nosotros?” Nieve parecia herida. “Nunca antes me habias tratado asi. Si te has enamorado de Valentina, podrias decirmelo directamente, yo la respetaría 

como mi señora.” 

“¿Quién te dijo que me he enamorado de Valentina?” La frustración crecía en el pecho de Alejandro. “¡Jamás podria enamorarme de ella!” 

En la puerta del estudio, Valentina se mantenia de pie en silencio, sosteniendo un plato lleno de comida, con una sombra de dolor cruzando por sus bajos ojos. 


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