Chapter Capitulo 24
Capítulo 24
Te lo mereces. Después de un rato, expresó esas palabras.
Elisa estallo en el acto, “¿Crees que merezco que me golpeen sin razón?”
“Si te dejan golpear asi sin defenderte, entonces si, te lo mereces.”
Elisa se quedó perpleja, “Me defendi, pero eran muchas y no pude con ellas. Además, son todas hijas de familias ricas y yo solo soy una dama de alta sociedad caída en desgracia. ¿Con qué voy a luchar contra ellas?”
“Tú solo pégales, quiero ver quién se atreve a hacerte algo.”
Elisa parpadeó, desconcertada.
¿Qué quería decir con eso?
¿Que la iba a proteger?
No entendia sus intenciones, y no pudo evitar mirarlo un poco más.
Él tenía el rostro inexpresivo, levantó su barbilla y abrió el ungüento que tenía en la mano, aplicando un poco en su rostro.
La frescura del ungüento alivió al instante el ardor en su cara.
Elisa no podía entenderlo.
Siempre hablaba de su odio hacia la familia Ibarra y de su desprecio por ella, pero en realidad la trataba bastante bien.
De hecho, hubo un tiempo después de casarse que Benjamín fue bastante cariñoso con
ella.
Duró aproximadamente medio año después de su boda, Elisa no estaba contenta con ser solo una esposa de fachada para Benjamín, así que siempre se escondía en el pasillo esperándolo.
En cuanto lo veía aparecer, asomaba la cabeza y lo llamaba dulcemente, “¡Tio!”
En aquel momento Benjamín la reprendia fríamente, “No me llames tío.”
Elisa sonreía con los ojos entrecerrados y respondió: “Entendido, ¡tío!”
Decía que cambiaría, pero nunca lo hacía, continuamente se pegaba a él llamándolo de la misma manera.
Con el tiempo, Benjamín dejó de prestarle atención, y cuando la veía sin ropa para vestir,
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incluso le tiraba una tarjeta adicional para que comprara su ropa.
Elisa estaba tan feliz que daba vueltas, Gracias, tiot
Con las mejillas sonrojadas y los grandes ojos girando, miraba a Benjamin con timidez y audacia.
Benjamin, con el rostro serio, le ordenó, “No me mires de esa manera.”
No importa cuántas veces Benjamin la regañara, Elisa nunca se desanimaba, siempre buscando acercarse a él, y con el tiempo incluso comenzó a seducirlo, vistiendo faldas ligeras a propósito.
Pero Benjamin era dificil de impresionar, no importa cómo intentara seducirlo, él siempre mantenía su compostura.
Hasta aquella noche, cuando ella le pidió que comprara la mansión en Villa del Horizonte, fue la primera vez que Benjamín realmente la aceptó, y desde entonces, la trató bastante bien…
En un trance, los destellos de las cámaras pasaron frente a ella.
“¿Ves? ¡Ese es Benjamín, el presidente de Grupo Futuro Victorioso!”
“¡Hay una mujer en su coche!”
“Parece que no es Aitana, ¡rápido, toma una foto, esto es una noticia bomba!”
Al escuchar aquellas palabras, Elisa se sobresaltó y, por instinto, gritó, “¡Tío!”
“Mm.” Benjamín respondió con calma y al siguiente segundo, la escondió debajo del asiento, “Marcos, acelera.”
“¡Entendido!” El coche inmediatamente aumentó su velocidad.
Elisa estaba nerviosa, escondiéndose en los brazos de Benjamin sin atreverse a mirar, “¿Los paparazzi se han ido?”
“No, nos están siguiendo. No te muevas.” Benjamín presionó su cabeza hacia abajo.
Elisa no se atrevía a levantar la cabeza.
Pero se sentía incómoda, Benjamín estaba demasiado cerca, su cálido aliento caía sobre su cuello y sus brazos rodeaban su cintura.
Lo más extraño era que su temperatura corporal parecía estar incrementando.
El cuerpo de Elisa se tensó involuntariamente, intentó moverse, “¿Ya?”
“Todavía no.” La voz de Benjamin era profunda, el coche seguía avanzando a gran
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velocidad, y con los baches, él chocaba contra ella de vez en cuando, haciendo sonrojar
a Elisa.
“¿Ya perdimos a los paparazzi?” Elisa tenia el rostro cubierto de sudor, muy nerviosa.
Su posición actual era muy intima.