Chapter Capítulo 26
Capítulo 26
En la UCI, con un traje estéril, Hilario estaba cuidando a Deva.
Ella se quedaba dormida tranquilamente, mientras que él se sentó junto a su cama, observándola durante mucho tiempo.
Las enfermeras entraban constantemente para revisar los datos de salud de Deva. Hilario observaba cómo los números fluctuaban, a veces mejorando y otras veces empeorando, lo cual le preocupaba muchísimo.
Al atardecer, su asistente le trajo algunos documentos de la empresa, por lo que estuvo ocupado con asuntos de la compañía durante toda la noche. No fue hasta que su asistente vino a recoger los documentos al día siguiente que finalmente pudo relajarse un poco y recordar a Eliana.
Después de la cirugía de ayer, ella debería haber regresado a su habitación para descansar. Le pidió a su asistente que fuera a su habitación para verificar la situación. Sin embargo, el asistente le informó seriamente:
-Señor, la señorita no está en su habitación. La enfermera de turno dijo que no ha estado allí desde anoche.
¿Cómo era posible que no estuviera en la habitación? Hilario frunció el ceño:
-¿Qué está haciendo esa mujer vagando por todo el mundo?
Con el ceño fruncido, Hilario reprimió su creciente irritación y se levantó para salir. Al salir de la habitación, una enfermera de la UCI corrió hacia él con una expresión de alegría en su rostro,
diciendo.
-Señor, ¡la señorita ha despertado!
Hilario detuvo sus pasos y hizo una señal a su asistente, ordenando:
-Ve a buscarla de nuevo.
-Entendido respondió el asistente.
Después de que el asistente se fue, Hilario se puso de nuevo el traje estéril y regresó a la UCI.
En ese momento, Deva aún llevaba una mascarilla de oxígeno y su rostro no se veía bien, pero cuando vio a Hilario, una expresión de alegría apareció en su rostro. Ella levantó débilmente la mano, pero antes de que pudiera completar el gesto, la dejó caer sobre la cama
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nuevamente. Preguntó con un tono débil:
-¿Sigo viva?
Su voz débil y entrecortada evocó la compasión de Hilario. La reconfortó:
-Si has despertado, todo estará bien.
Hilario se sintió mucho más aliviado, se acercó a la cama y tomó su mano.
Las lágrimas brillaron en los ojos de Deva y dijo con una expresión llena de emoción:
-Pensé que nunca más te vería.
-No, estaré aquí. No permitiré que te pase algo malo–respondió Hilario, acariciando suavemente su cabeza mientras la miraba con cariño.
Sin embargo, en sus ojos se vislumbraba una leve preocupación. ¿Cómo estaría la otra mujer en este momento?
Deva percibió sensiblemente la preocupación de Hilario. Apretó con fuerza su mano y reveló una sonrisa pálida para atraer la atención del hombre:
-Hilario, gracias a Dios estás a mi lado.
-El médico dijo que el trasplante fue exitoso. Si descansas bien, te recuperarás pronto dijo Hilario junto a la cama.
Le dio algunas instrucciones antes de salir de la UCI, y luego se dirigió a la habitación de Eliana. ¿Por qué su asistente aún no le informó las últimas noticias? Hilario se preguntaba mientras avanzaba y, justo cuando estaba a punto de llegar a la habitación, se encontró con
Marc.
Los ojos de ambos se encontraron.
Marc estaba vestido con una bata de médico blanca, que estaba algo arrugada. Toda la persona lucía un aspecto agotado.
Hilario frunció el ceño. Cada vez que pensaba en la relación ambigua entre Eliana y Marc, sentía una ira incontrolable. Por lo tanto, apartó la mirada fríamente y pasó junto a Marc. En el instante en que pasó a su lado, Marc lo detuvo y le dijo:
-Ella está esperándote.
Hilario detuvo sus pasos y dirigió a Marc una mirada peligrosa.
Resultaba que era Marc quien se la llevó. Qué relación más sincera entre los dos…
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Hilario no pudo evitar sentirse desdeñoso por haberse preocupado por ella. Esta mujer nunca carecería de atención de otros hombres…
Soltó un leve desprecio y no le prestó atención a las palabras de Marc. Solo continuó avanzando.
Al ver que Hilario parecía completamente indiferente, Marc sintió cómo la ira reprimida en su pecho se apoderaba cada vez más. ¡Ese hombre no merecía todos los sacrificios de Eliana!
Si no fuera porque él todavía llevaba esa bata blanca en el hospital, desearía golpear al hombre frente a él sin piedad.
Apretó los puños con fuerza, luchando por contener las emociones que estaban a punto de estallar, y habló con máxima cortesía:
-Si los familiares no acuden, según las normas del hospital, el cuerpo de la difunta puede ser cremado directamente.
Al escuchar las palabras, Hilario se detuvo bruscamente.
¿Qué significaba eso? ¿Acaso le había pasado algo malo a Eliana?
Hilario le digirió una mirada de interrogación a Marc:
-¿Qué significas?
Marc lo miró fríamente. Todo esto fue culpa de este desgraciado, ¿y ahora vino a interrogarlo? Apretó un poco los labios, pero no le respondió.
Al ver que Marc guardó silencio, Hilario casi se estalló de ira. ¿¡Qué demonio ese maldito quería decir en realidad!?