Chapter Capítulo 106
Capítulo 106 No estás hechizada por ella, ¿no?
En esa fría noche, Waldo se abrió paso entre la multitud del bar y se dirigió hacia la barra; Norberto lo seguia de cerca. Era tarde, pero, una vez más, Alejandro había llamado a Norberto. Esperaban verlo ebrio y desaliñado cuando llegaran. Para su sorpresa, estaba vestido de manera impecable y se encontraba sentado en la barra, con la mirada clara. No habia tocado la copa que tenia delante.
-¿Qué está sucediendo? ¿No nos has llamado para beber? -preguntó Waldo sorprendido mientras se acercaba a Alejandro y lo saludaba.
-¿Estás bien, Ale? No has bebido ni una gota de alcohol hasta ahora.
Al oír la voz familiar, Alejandro volvió en si y levantó la vista. Cuando vio que Norberto había llevado compañía, lo observó con una mirada que parecia preguntarle por qué habia llevado a Waldo. Norberto se detuvo por un momento y enseguida comprendió lo que ocurría al ver la mirada de su amigo. Alejandro solo lo llamó a Norberto, pero este también invitó a Waldo porque no sabia que no le habia pedido que fuera, pero como ya estaban allí, no podían hacer nada. Los dos hombres tacitamente no dijeron nada más. Waldo, despreocupado, se sentó y empezó a ordenar, luego le murmuró a Alejandro:
-Tengo que decir que eres muy extraño. La última vez viniste al bar a ahogar tus penas por Victoria, ¿verdad? ¿Y esta vez? ¿También es por ella? -Alejandro sintió un apretón en el pecho al oir el nombre de Victoria, así que prefirió no contestar-. Crei que iban bien. ¿Cómo la situación terminó asi? Ya que Claudia ha vuelto, ella no deberia reclamar su lugar a tu lado? He oido que Victoria la empujó en la fiesta de bienvenida que celebró Bautista. Claudia incluso resultó herida y tiene una cicatriz. Ale, no deberías consentir asi a Victoria. Aunque fueron amigos de la infancia, no deberias dejar que lastimara así a Claudia.
Esta era la musa de Waldo. Se había enfadado con Victoria en cuanto se enteró de lo que había sucedido en la fiesta, por eso, en ese momento se quejó de ella con rabia. No estaba satisfecho con todo lo que dijo ya que pronto añadió:
-Si alguien se atreve a hacerle daño delante de mi, te juro que voy a hacer lo que le hicieron a Claudia multiplicado por diez. Van a llevarse un buen susto.
Alejandro entrecerró los ojos y su voz se tornó tajante mientras bramaba:
-¿Qué dijiste?
Aunque Waldo se encogió de miedo, se atrevió a desafiar a Alejandro.
-¿Me equivoco? Si un hombre ni siquiera puede proteger a la mujer que ama, ino debería al menos vengarla cuando alguien le hace daño? Amigo, ella tiene cicatrices. ¿No sabes lo graves que son estas marcas para las mujeres?
Alejandro solo lo miró de una manera penetrante y le reclamó:
-¿Quién te dijo eso?
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-¡Ale! -Waldo abrió los ojos de par en par-. ¿De verdad Victoria te hechizó o algo así en los últimos dos años? Le dejó una cicatriz a Claudia empujándola. Todos en la fiesta la vieron cuando lo hizo.
-No fue ella.
Alejandro negó de manera inconsciente la acusación al recordar que ella no se molestó en dar explicaciones durante la fiesta. Estaba claro que Waldo no le creía.
-¿Cómo es posible? Todos los que volvieron después de asistir a la fiesta dijeron que Victoria era quien estaba más cerca de Claudia en ese momento. Solo ella estaba tan cerca como para empujarla. ¿Quién más podría ser si no fue ella? -Se burló entonces con voz desdeñosa-: No vas a decir que Claudia se tropezó sola, ¿verdad?
Alejandro seguia mostrando una expresión sombría mientras permanecía callado. Waldo hizo una pausa porque percibió algo. Entonces, giró la cabeza para intercambiar una mirada con Norberto, quien le devolvió la mirada con indiferencia.
-¿Qué quieres decir? -Waldo no lo podía creer-. ¿Crees que Claudia también tropezó sola?
Norberto reflexionó un momento y, sin confirmar si la mujer se había caído sola o no, se limitó a
preguntar:
-¿Qué te hizo pensar que fue Victoria quien la empujó? ¿Solo porque era la más cercana a ella?
-Que fuera la más cercana a Claudia es una cuestión, pero todo el mundo dice lo mismo insistió Waldo.
-¿Que todo el mundo lo diga lo convierte en verdad?
-Bueno, si todos dicen que es así, aunque no lo sea, ¿cuál es la verdad entonces? -Waldo lo miró, impasible-. Norberto, no entiendo por qué siempre te pones del lado de Victoria cada vez que sucede algo.
-¿Me estoy poniendo de su lado o acaso estás demasiado sesgado por Claudia?
El barman les llevó las bebidas en ese momento. Norberto tomó una de las copas y la agitó con suavidad, el cóctel especialmente elaborado burbujeaba bajo las luces del bar.
-Si el pensamiento subjetivo de una persona está dominado de manera constante por una sola ideología, le resulta fácil pasar por alto otras posibilidades.
A Alejandro se le contrajeron las pupilas al oírlo después de haber permanecido en silencio todo el tiempo. Mientras tanto, Waldo miraba fijo a Norberto y con una expresión extraña.
-¿A qué viene todo esto? ¿Por qué de repente eres tan profundo al hablar de pensamiento subjetivo?
Norberto solo ladeó la cabeza y esbozó una sonrisa.
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-¿Crees que Claudia es tu musa? ¿Podrías aceptarlo si ella hiciera algo que perjudicara a los demás?
-¡Eso es imposible! Claudia es una persona tan bondadosa. ¿Cómo podría hacer algo que perjudicara a los demás? -exclamó Waldo, incrédulo y con los ojos muy abiertos al oir eso.
-Ese es tu pensamiento subjetivo. Es porque eres parcial hacia Claudia que crees con firmeza que es noble e incapaz de hacer nada malo, ni siquiera crees que pueda cometer errores. Siempre que hay la más minima noticia negativa, automáticamente le echas la culpa a los demás, por eso percibes a la persona más cercana a ella como el chivo expiatorio.
-¿Cuándo he pensado eso? -preguntó.
-¿Pero me equivoco? -Norberto lo miró con calma.
-¡Claro que te equivocas! -negó con bastante fervor-. Norberto, ¿qué clase de persona crees que soy?
de -Si no es así, ¿por qué asumiste sin duda que fue Victoria quien empujó a Claudia a pesar que no hay pruebas? ¿Por qué no investigaste antes de dejar que Ale se vengara en nombre de Claudia? -La mirada de Norberto era penetrante y sus palabras eran directas e incisivas cuando fue directo al grano.
-Yo… Waldo se quedó atónito ante las palabras de Norberto. Por un momento no pudo decir
nada.
Lo más aterrador fue que se dio cuenta de que la lógica de Norberto era correcta, asi que todo lo que había dicho quedó invalidado. Era cierto que Waldo no habia presenciado la escena. No fue a la fiesta de bienvenida porque tenia otros asuntos que hacer, pero se arrepintió de no haber ido aquella noche, ya que ocurrió un incidente tan importante. Algo así quizás no le habría ocurrido a la señorita Juárez si él hubiera estado allí.
Creía que podía hacer que todo girara en torno a Claudia cuando estaba cerca de ella; era el centro de su universo. Aunque alguien quisiera hacerle daño, él la protegería y la salvaria de todo mal. La Claudia a la que adoraba era, sin duda, la persona más bella y amable del mundo. ¿Cómo podria hacer algo que perjudicara a los demás? Ante esos pensamientos, Waldo se levanto de forma brusca y con una expresión decidida.
-Dices esto solo porque no busqué pruebas, ¿verdad? Norberto, crees que estoy siendo parcial hacia Claudia, pero creo que tienes prejuicios contra ella. Quieres pruebas, ich? De acuerdo, ite las conseguiré!,